➳06

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Había pasado una semana exactamente desde aquella discusión que tuvieron. Esa misma noche al llegar ambos a casa, se sentaron en el comedor uno frente al otro y hablaron como personas civilizadas. Jimin se disculpó por haberse puesto tan sensible al respecto y Jungkook lo hizo por haberle gritado y ser tan insensible al respecto; la verdad era que ambos querían quedarse acurrucados esa vez después de haber tenido sexo.

Pero no es sencillo simplemente admitirlo, cuando se encuentran en esta situación de separación.

Jungkook tomó sus cosas rápidamente y corrió hacia la salida, siendo seguido de cerca por su esposo; ambos se habían quedado dormidos, después de pasar la noche anterior viendo maratones de películas. El rubio se apoyó en el umbral de la puerta y miro atentamente a su esbelto esposo acercarse al auto, cuando estuvo seguro de que esté ya se iba, Jimin hizo ademan de volver adentro.

Un grito con su nombre lo detuvo.

—Jimin, espera —el pelinegro corrió de vuelta a la casa, se paró frente a su pequeño esposo y pasando la mano tras su nuca, se acercó hasta su frente. Dejándole un tierno y suave beso— ¿Que harás hoy?

—Quede con Tae antes del seminario, no te preocupes. Recuerdo bien lo de nuestra cita de hoy —Kook ignoro por completo el último comentario de Jimin, pues por su cabeza solo corría el nombre de Taehyung.

¿Por qué lo llamaba tan cariñosamente? Sabía cuál era el plan, pero no podía evitar sentir un apretón en su pecho.

— ¿Tae? —preguntó y Jimin solo rodó los ojos.

—Sí, el chico guapo del que te hablé —dijo con obviedad y Jungkook frunció el ceño—. Quedamos en tomar un café antes del seminario, le dije que en la tarde tenía un compromiso, así que no te preocupes.

—Eso no es lo que me preocupa —murmura, pero el rubio alcanza a oírlo.

Jungkook no había retirado su mano de la nuca de Jimin, así que la subió hasta su cabellera rubia e inesperadamente jalo de ella, dejando la cabeza de su esposo ligeramente inclinada. Jimin dejó escapar un jadeo de sus labios y el pelinegro aprovecho para besarlos, tomando al más bajo por sorpresa.

Sus movimientos eran intensos, hambrientos y demandantes. No se habían besado ni una sola vez luego de aquella noche, habían quedado en no volver a hacerlo para que sus cuerpos no sucumbieran a la tentación, y así evitarse problemas y posibles consecuencias. Pero Jungkook no lo soportó, sabía lo que estaba haciendo y sabía lo que eso conllevaría, pero no se arrepentía.

Quería besar a Jimin, quería besarlo tan fuerte y dejarlo sin aliento, quería tocarlo de manera tan obscena hasta que su cuerpo temblara, quería tantas cosas de su esposo que cuando se dio cuenta de sus pensamientos se separó rápidamente de él.

—Jungkook... ¿Qué fue...? —No pudo terminar de hablar, porque fue interrumpido.

—Te veo en la tarde, pasaré a recogerte al seminario —Jimin asintió y el pelinegro sólo se marchó.

Jungkook lo confundía tanto, que los latidos emocionados de su corazón, dolían.

•••

Estaban ambos sentados cómodamente en aquella banca oxidada en el patio del edificio, mientras Taehyung apoyaba su espalda en uno de los apoyabrazos con las piernas abiertas y estiradas, Jimin se apoyaba en él, en su pecho, mientras estaba sentado entre el medio de las anteriores mencionadas. Aquella posición podría llegar a ser íntima para muchos, incluso para Tae, pero para Jimin era solo tener confianza en un buen amigo.

Jimin mantenía el vaso desechable con café, entre sus manos, mientras por otro lado, Taehyung sostenía una revista para que ambos fuesen capaces de leerlo.

Un Esposo Para Park Jimin ➳ KOOKMIN °°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora