➸ Would you be mine? ⁃ KimCop ⁃

6. Cómplices

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Mi corazón palpitaba con rudeza. Sentía que estaba al borde del infarto, al borde del ahogo, al borde del desmayo.

—  ¿Copgi? ... ¿Eres tú?

No estoy seguro si yo lo empujé o él se apartó a tiempo.

— ¡Mamá!  —  cubrí mis labios automáticamente avergonzado mientras avanzaba hacia ella.

Sentía que en mi había rastro, había huella de sus besos que por alguna razón necesitaba esconder en esos momentos.

— Cariño ... ¿Pasó algo? ¿Estás ...

— ¡Buenas noches!

Su voz, su voz toda desordenada me hizo temblar una vez más. Aún tenía presente sus respiraciones agitadas, la forma en la cual hace unos instantes trataba de articular con dificultad las palabras.

—  ¡Kimmon!  — su reacción me hizo feliz. A ella le agrada. —  ¿Cómo estás?

—  Muy bien, gracias. Traje a Copter hoy a casa.

—  Gracias, muchas gracias. — Lo tomó de las manos con tanto cariño, ambos sonrientes se veían tan bonitos. —  ¿No quieres pasar y acompañarnos a cenar?

— Bueno ...

—  ¡No! —  Las señales de alarma se encendieron. Por alguna razón el miedo volvió a apoderarse de mi cuerpo.

Ambos me miraron sorprendidos por mi repentina exaltación.

— Mamá, P'Kim no puede.

—  ¿No? — me lo dijo tan decepcionada.

—  Me gustaría saber porque no puedo Ter.  — Su mirada, su sonrisa coqueta me estaba haciendo perder la poca cordura que me quedaba.

Tenía tantas ganas de lanzarme a sus brazos y continuar con lo que hacíamos a penas unos momentos atrás.

—  Porque ... Porque P'Kim ... —  necesitaba algo realmente bueno. — Tiene una llamada muy importante que hacer y él necesita ... privacidad.

Enarcó las cejas totalmente sorprendido, se veía muy gracioso y hermoso.

—  ¿Es enserio? —  me dijo sin emitir sonido alguno. Me gustaba mucho esa complicidad.

—  Mamá, mejor dejamos que vuelva a casa pronto.

—  Está bien. Para una próxima será.

— Estaré más que encantado. — Muy educado se despidió de ella para luego hacerme un gesto con las manos tratando de conseguir que lo siguiera.

—  Nos vemos mañana Phi. — dije en cambio muy sonriente quedándome parado en la puerta.

Entramos a casa a resguardarnos del frío, ambos sonrientes a causa del mismo hombre pero por razones totalmente diferentes.

Hablamos de mi día durante la cena, de las escenas que faltaban, de otras grabaciones extras. Ella estaba muy interesada en mi itinerario para los días siguientes.

—  ¿Pasa algo? —  Pregunté muy curioso al respecto, esa actitud no era normal en ella.

—  No mi amor, nada malo. Es solo que ... Es que, Natty quiere que salgamos de viaje unos cuantos días.

—  ¿Y eso está mal? —  Había algo en su voz que me empezaba a preocupar.

—  No. No. Es solo que estás tan ocupado que no quiero dejarte sólo.