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CopterLuego de su partida las cosas siguieron su curso. El día fue tranquilo, casi como un domingo cualquiera y digo casi porque a diferencia de otros días estaba solo en casa.
Me la pasé durmiendo, jugando en la consola y pensando en él. Aunque ... ¿a quién quiero engañar? La mayor parte del tiempo, si no es por decir el día entero, estuve pensando en él. En sus últimas palabras, en las últimas caricias, en el último beso de despedida.
Lo extraño.
Es gracioso pensar en como hace unos días podía estar bien con la idea de no verlo hasta en siete días e incluso un mes entero, pero ahora lo necesito conmigo. ¿Esta es la luna de miel? He oído que los primeros meses de una pareja son los más melosos. Que uno quiere estar junto al otro las veinticuatro horas del día y todo es perfección y alegría. ¿Es eso cierto? ¿Aplica en esta situación por cómo me siento?
Yo siempre supe que, si algún día él llegaba a quererme tanto como yo lo hacía, iba a necesitar toda la eternidad para demostrarle lo mucho que me encanta. Entonces, estas horas separados no ayudaban en nada.
Había decidido darle espacio para que pueda disfrutar a su mamá, a su familia, para que pudiera tener un grato momento en casa y relajarse. Pero ya no estaba seguro de si fue una buena idea o no. ¿Era tan malo querer oír aunque sea por unos instantes su voz?
Entonces marqué su número y los nervios me carcomieron por completo al oír timbrar el teléfono.
— ¿Mi amor? — él llamándome así es algo que me gusta, me gusta mucho pero aún no asimilo.
— Mhhh ... — asentí apenado.
No lo tengo en frente y aún así ya estoy todo sonrojado.
— Lo siento. Me han tenido de un lado a otro que ni tiempo tuve de llamarte. ¿Cómo estuvo tu día? ¿Me extrañaste? Porque yo no he dejado de pensar en ti ni por un pequeño instante.
Reí. Reí sintiendo mi corazón estallar de alegría. Reí enamorado. Reí a causa de él.
— Está bien. Yo ... — y dudé, dudé por unos cuantos segundos porque sigo sintiendo pena. Pena absurda, inexplicable y muy muy absurda pues me muero por llenarlo de mimos, me muero por demostrarle todo mi cariño.
— Ter ... ¿Estás ahí?
Me muero por él.
— Te extraño. — muero por su bonita mirada. — Me hiciste mucha falta. — muero por sus dulces palabras en mi oído. — Ya me voy a acostar y quizás te suene raro, pero la cama se siente tan vacía. — me muero por sus brazos rodeando mi cintura. — ... quisiera que estés aquí conmigo. — me muero por sus besos, por su cuerpo junto al mío.
— Suficiente. No vayas a dormir aún que estoy en camino.
— No ... — le respondí riendo. — No lo dije para que vengas. Es tarde y es peligroso, no quiero que manejes así. Sólo quería que lo sepas.
— No me importa. ¿Cómo esperas que duerma tranquilo después de eso? Déjame ir ¿si?
— Kimmon por favor, no me perdonaría jamás si te pasara algo.
Lo oí suspirar. Lo oí renegar.
— Está bien. — estaba inconforme — Pero debes prometer que mañana serás sólo mío.
— Solo tuyo. — siempre lo he sido.
— Pasaré por ti mañana temprano y no acepto un no por respuesta. — yo también moría por verlo así que no pensé en objetar en ningún momento.
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➸ Would you be mine? ⁃ KimCop ⁃
Fiksi Penggemar" ... ¿Qué pasaría si te beso? Dime, ¿qué harías si un día de estos solo me acerco y apago esta sed, estas terribles ganas que tengo de ti, que me no me dejan dormir, que me roban los suspiros, las horas del día, la vida? Entonces ... ¿sería el fin...