La chica de los ojos verdes (Cuarta parte)
El silencio se apoderó de la habitación. Yaman la sentía vivamente contra su espalda pero no encontraba palabras. Era consciente de lo importante que sería el momento en el que él se volviera hacía ella y mantuvieran su primera conversación. *¡Santo cielo!* pensó, habían pasado la noche abrazados como dos amantes. Había compartido su alma en sus besos, en sus caricias y sus suspiros...bueno él lo había hecho...Yaman no sabía nada de la mujer que aguardaba silenciosa en su espalda. Y la inseguridad apareció y mostró su fea cara. ¿Y si ella era una oportunista?, ¿Y si ella estaba comprometida o....casada?...No, casada no, ni prometida...al menos formalmente, no había visto anillos. Darse cuenta de ello lo dejó volver a respirar mejor. Necesitaba concentrarse, ¿que le diría para mantenerla a su lado...?
- *Preciosa ahora eres mía, para siempre por cierto...¿Cuándo nos casamos?*
Un bufido nervioso escapó de Yaman al pensar en hacer una proposición tan burda y directa a una mujer con la que no había mantenido siquiera una conversación...es más no habían sido ni presentados...
Seher seguía helada y no se veía capaz de moverse. Su sobrino y el mayordomo los habían pillado en la situación más comprometida que alguien pudiese imaginar. Ni ella misma podía entenderlo...Se tenía por una mujer formal, así la había criado su padre. Nunca había tenido novio, porque ninguno de los pretendientes que había tenido le habían interesado...y ahora la situación era surrealista.
Agradecía el hecho de que él no se hubiese dado ya la vuelta. Todavía notaba un fuerte ardor en sus mejillas y en sus orejas. Cuando el hombre le preguntase porqué estaba en su cama o porqué había entrado en su habitación ella no sabía que le iba a decir. Por la noche todo le había parecido razonable y justificado, pero a la luz del sol ...la cosa cambiaba.
En ese momento lo escuchó bufar y se sorprendió...porque...¿Qué significaba aquel bufido? ¿Estaba molesto por la situación? ¿ O era otra cosa? Jamás se había sentido tan perdida y confusa. Su pequeño y controlado mundo se había salido de su eje y un solo sonido proveniente de él lo hacía volver a saltar. Esto la hizo salir de su parálisis y moverse en un intento de comenzar su escape. Antes de que las lagrimas que luchaban por derramarse de sus ojos consiguieran al fin liberarse y avergonzarla aún más de lo que ya estaba.
Ella se estaba apartando, tan pronto Yaman sintió cómo ella se movía supo que se le había acabado tiempo. Era la hora de hablar y...bueno... no sabía de que más. Era consciente de lo que él quería pero ni idea de lo que pensaba Seher...El recuerdo de ella acallando sus suplicas con besos vino a su mente y un ramalazo de seguridad lo invadió. Este loco sentimiento era mutuo...no podía ser de otra manera.
La repentina seguridad de Yaman se vino abajo cuando se dio la vuelta y sus rostros se enfrentaron. Él no sabía interpretar la expresión en la cara de ella. Sus inmensos ojos verdes lo miraban suplicantes pero...¡maldita sea!, no sabía si le pedían que callase o que hablase. Aún en esta situación se volvió a maravillar por la hermosura de ella. Su blanca piel ahora mostraba un hermoso sonrojo, los labios también enrojecidos lucían un tanto hinchados por obra de sus besos y su ensortijado cabello destellaba dorados bajo la luz del sol. Por voluntad propia su mano se levantó para tocar las hermosas hebras.
Yaman era un hombre que evitaba el contacto de forma inconsciente y a veces consciente, pero con ella era justo al revés. Él necesitaba tocarla, necesitaba sentirla más de lo que necesitaba respirar. Era su primera vez...nunca se permitió desear algo tanto...o algo había sido tan deseable para él y justo se dio cuenta de que lo había conseguido porque ella no se había cruzado antes en su camino.
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LA CHICA DE LOS OJOS VERDES
FanfictionRelato corto de Yaman y Seher, protagonistas de Emanet, una historia diferente.