VI

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- ¡Feliz cumpleaños!

Sam casi se cae de sentón a oír tremendo grito. Tanto Sadie como Ethan la esperaban ocultos dentro del camión de helados con sus mejores sonrisas.

- ¿Pero como...

-¡Feliz cumpleaños! -repitieron extendiendo los brazos.

- ¿Qué hacen aquí? -chilló

- ¿Eso es lo único que dirás? -se indignó Ethan.

- ¿Todo este tiempo esperándote aquí para que solo preguntes eso? -le siguió su amiga.

-Si. Quiero decir, no.

Y se apresuró a entrar y abrazar a ambos.

-Ay gracias chicos- apretujó sus mejillas para molestarlos- No saben lo feliz que me hace tenerlos -dijo con sinceridad.

La realidad es que últimamente se sentía muy sentimental, sola y triste. Hace algunos años (por las mismas fechas) su madre se había ido y aunque a esa edad era muy pequeña sin duda la extrañaba y sentía su ausencia.

Por ello la repentina aparición de sus amigos le había subido los ánimos.

- Para eso estamos -la pelirroja le guiñó el ojo.

-Pero ya enserio cómo le hicieron para abrir.

- Tu papá nos prestó sus llames -explicó - Queríamos sorprenderte.

- Y vaya que si lo hicieron -Sam tocó su pecho-Casi se me sale el corazón.

- Pues bien -Ethan se adelantó a abrir las ventanas del negocio- Como hoy es un día especial y cerraremos temprano, tenemos que abrir temprano -y luego de la nada sacó un delantal para ponérselo.

- Creí que dirías que por ser un día especial yo no trabajaría -sonrió la castaña.

- Que seas nuestra amiga no significa que te tengamos que desobligar jovencita. -contestó él - Además estamos aquí para distra- ¡Para almorzar contigo! -se corrigió.

Sam sonrió mirándolos con los ojos entrecerrados, esos dos tramaban algo. Y pronto lo averiguaría.

Almorzaron unas tortas que Sam se hacía normalmente para almorzar en el negocio y se tomaron unas cuantas fotos. Ethan hizo un buen trabajo fotografiando a la cumpleañera, que a pesar de ir toda "greñuda" como ella dijo, lucía bonita.

- A ver -ambas estiraron el cuello para mirar las fotos.

Y justo cuando estaban en ese asunto alguien se aclaró la garganta.

-Hola - al oír la voz Sam levantó la mirada - me podrías dar uno de chicle y uno de chocolate, por favor -pidió la chica rubia.

-Si, claro - respondió de la manera más amable que pudo.

Sus amigos se hicieron a un lado, repentinamente serios.

Ella despachó los helados, recibió el dinero y después observó como la rubia se alejaba para llegar con su novio, Gallagher. Aidan solo levantó una mano para saludar a su mejor amiga.

No esperen. Sam ya no lo concideraba su mejor amigo.

Ya no hablaban como antes, ya no la invitaba a salir, ya no comían juntos y era solo cuando se encontraban por los pasillos era que se sonreían. Ya nada era igual.

Pese a eso, Sam le tenía un profundo cariño y sabía que él igual. Esa clase de sentimientos no se iba de un día a otro. Por eso lo había invitado a su cumpleaños.

- Esa rubia oxigenada solo quiere presumir- dijo Ethan sentandose a su lado - Pero ¿Qué tiene? Solo a un novio alto, flaco y sin trasero. Eso no se presume.

I CREAM 🍦 •Aidan Gallagher•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora