En la preparatoria San Gabriel, el timbre de salida ya había sonado, y todos los estudios estaban saliendo de sus salones para irse a casa a descansar...
Salón dos...
—¡Hasta mañana!
—¡Adios!
—Hasta mañana Towa — dijo una pelinegra
—Hasta mañana — se despidió con una sonrisa, mientras la chica se iba
—Bueno, ya es hora de irnos — anuncio Tomoyo
—¿Hoy las vienen a ver? — pregunto Kaho acercándose dónde las gemelas
—Si... — respondió la peliblanca — ...sabes que papá es muy sobreprotector y no nos quiere dejar solas
—Cierto. — apoyo Setsuna
—ah, ya veo...— comento desanimada
—Oigan, ¿En dónde está Moroha? — pregunto Tomoyo al no verla ay
—No lo sé...creí que estaba aquí...— respondió Towa mirando a todos lados
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En el otro lado de la preparatoria, una joven peliazul con negro, se encontraba caminando hacia la biblioteca para dejar un libro... Pero en medio del camino se topa con alguien...
—¡Ah! — dijo la chica cuando chocó
—Lo siento...— se disculpo separándose de la persona con quién había chocado
—No tranquila, está bien — al escuchar esa voz... La joven alza su mirada y al hacerlo se sorprende...
—¡Ah! K-Kohaku... — menciono algo nerviosa
—Hola Moroha, ¿Como estas?— saludo con una sonrisa
—Eh...b-bien gracias, ¿Y tú como estas? — pregunto tratando de no sonar nerviosa
—Me mucho saber que estes bien... — respondió sonriendo — yo también estoy bien... Solo vengo a dejar un recado de la universidad San Francisco, nada más...
—Ah ya veo... Entonces es por eso, que bueno, me alegra mucho verte por aquí...— concluyó sonriendo con un leve sonrojo en sus mejillas
Kohaku Yamada, un chico de diecinueve años, alto y guapo, estudiaba en la universidad San Francisco que quedaba en las partes de atrás de la preparatoria San Gabriel... Prácticamente eran las mismas instalaciones, pero con diferentes nombres...
—Y dime Moroha, ¿Como están todos? ¿Como están tus padres? — pregunto mirándola tiernamente
—Todos están bien, aveces mi madre pregunta por ti...
—Ya veo...me alegra eso...
La pequeña charla termino y un silencio casi incómodo se instalo en el lugar... La joven tenía la cabeza agachada y el muchacho estaba mirando las flores que estaban cerca de las ventanas...
Moroha se sentía incómoda, quería salir corriendo de ese lugar...pero sabía que decirle "nos vemos" y salir corriendo, seria de muy mala educación...así que no hizo nada y solo se quedó callada, hasta que alguien hablo...
—Las flores están lindas hoy, ¿no crees? — pregunto repentinamente
—¿Eh? — alzó su mirada — eh...si tienes razón — mira las flores
Kohaku se acerca a la ventana y toma una de las flores del árbol...
—¿Sabes...?
—¿Hmm?
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ℒ𝒶 𝒫𝓇ℴ𝓂ℯ𝓈𝒶 𝒟ℯ 𝒩𝓊ℯ𝓈𝓉𝓇𝒶 ℐ𝓃𝒻𝒶𝓃𝒸𝒾𝒶
De TodoCuando eres pequeño... Haces y prometes muchas cosas... Pero al final no todo sale bien... Si haces una promesa a alguien, tienes que cumplirlo... No importa cuánto te cueste, tienes que cumplirlo... Y más... Si se trata de la persona que más amas...