𝑆𝑤𝑎𝑛𝑄𝑢𝑒𝑒𝑛 •𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔•

«𝑴𝒂𝒓𝒊𝒉𝒖𝒂𝒏𝒂»

Emma vaciló mientras empujaba el ataúd para bajar a la bóveda de Regina. Esta era la tercera vez que llegaba tarde a sus lecciones de magia esta semana, y seguramente iba a recibir una conferencia una vez más además de lecciones adicionales. Regina tenía una forma de hacer que Emma se sintiera como una niña de nuevo, y no de la buena manera.

La mujer estaba demasiado tensa, y si no fuera por las faldas ajustadas que usaba casi todos los días, Emma pensaría que tenía un palo metido en el culo. Pero esta vez, Emma estaba preparada. Leroy le debía un favor, y resulta que él y los otros enanos tenían un pequeño negocio secreto para ganarles algo de dinero extra.

Y por secreto, es decir, básicamente todos excepto Regina lo sabían. Si el alcalde se enterara de las verduras de hoja verde que flotan por la ciudad, sería un infierno que pagar. Seguramente culparía a Emma, ​​ya que la joven era la sheriff de la ciudad y la marihuana era técnicamente ilegal.

Pero a Emma no le importó el uso de la droga. Después de todo, era mejor que la nicotina, y al menos no era dañino como las drogas más poderosas que existen. Mantuvo a todos de buen humor, aunque Emma tuvo que admitir que el trabajo en la ciudad había sido más lento de lo habitual.

Regina también lo había notado, pero la ingenua mujer pensó que los ojos enrojecidos y los movimientos lentos de todos se debían a alergias. "El pobre Henry ha tenido alergias durante semanas, y el Benadryl que le he dado no ha ayudado", le dijo Regina a Emma un día.

Poco después de eso, Emma sorprendió a Henry y Violet compartiendo una galleta comestible. Sólo entonces confiscó la olla y acusó a Leroy de su irresponsabilidad. Si Regina se enterara de que Henry estaba probando marihuana, Emma estaría muerta en un instante.

"Llegas tarde", dijo Regina mientras Emma bajaba las escaleras. A pesar de que estaba de espaldas a la joven, Emma aún podía decir que estaba enojada. "Sí, lo siento. No me he sentido bien", mintió Emma. "Lo siento no me devuelve los 20 minutos de mi tiempo que podría haber pasado haciendo algo útil, Emma".

Emma puso los ojos en blanco y tomó asiento. Tomó un mordisco de su nervio comestible para calmarse mientras esperaba a que la mujer terminara su discurso.

Regina se volvió hacia ella y dejó un libro grande. Emma gimió por dentro. Regina ni siquiera le había enseñado nada útil todavía, como apagar y encender las luces con un movimiento de muñeca o un hechizo de calentamiento para descongelar su auto en segundos. Simplemente la obligó a leer este lenguaje estúpido que apenas entendía.

"¿Te siguen golpeando esas alergias?" Regina preguntó mientras se sentaba a su lado. "¿Mmm?" Preguntó Emma distraídamente. "Oh, sí. La primavera es una puta", respondió.

"Yo también he tenido un poco de picazón en la garganta. Traje un poco de té para nosotros", dijo Regina con una pequeña sonrisa mientras le entregaba a la rubia una taza para llevar. "Aunque no debería ser tan amable, ya que obviamente no tomas mis lecciones en serio."

"No, no, lo hago. De verdad. No quiero leer todo el tiempo. ¿No podemos hacer algo divertido? ¿Como convertir el agua en vino o hacer un muñeco de nieve parlante?"

"Incluso si eso fuera posible, señorita Swan, no está ni cerca de estar lista para la magia", dijo Regina. "¡Estoy totalmente lista! Derrotamos al Chernabog y al monstruo de los malvaviscos", argumentó Emma. "Esas fueron situaciones espantosas. Para comprender completamente su oficio, debe comenzar desde abajo y trabajar hacia arriba, no solo confiar en sus instintos. Ahora, recite esto". Regina señaló la página.