25. Purificación emocional

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Haber compartido el fin de semana con Emilio lo había llenado de alegría y energía para empezar con la mejor actitud su semana.

Era como si las palabras de Emilio le hubiesen inyectado el positivismo y seguridad que necesitaba entorno a su matrimonio y el resto. Tanto que durante la noche tomó la decisión de confesarle a Emilio de su conocimiento sobre la identidad de su amante.

Él fue el primero en exigir sinceridad y comunicación, sin embargo es el primero en incumplir al ocultar información que, aunque no considera que no hará diferencia entre ellos, es importante que sea de conocimiento de ambos.

Hoy hablaría con él. Sí o sí.

–¿Te acabaste todos los chocolates? –Emilio preguntó. Había pasado por él y ahora iban de camino al spa.

–Los de la primera caja sí. Ya sabes, platica entre amigos... Eso sí, la segunda caja es intocable. Ni yo he querido comerme uno para no arruinar la palabra.

–Tahi. –Murmuró.

–Sí, no quiero arruinar nuestro Tahi. –Dijo sonriente.

Algo en el corazón de Emilio se agitó. Hacía un tiempo que no miraba una sonrisa tan sincera y real en Joaquín. ¿Estaba volviendo a ser el de antes? ¿Era buena señal? ¿Significaba que estaba haciendo las cosas bien? Esperaba que sí.

–Emi, ¿podrías llevarme a casa después del trabajo? –preguntó, cuando el auto se detuvo en un semáforo.

–¿Por qué me lo pides? Sabes que lo haré, los planes no han cambiado.

–No me refiero a la casa de Niko.

–¿A..a nuestra casa? –preguntó calmando su emoción. Joaquín asintió. –Si es lo que quieres, por supuesto. –Sonrió con sus ojos brillando de alegría.

El semáforo cambio y avanzaron.

–Necesito hablar contigo a solas. –Sonaba nervioso y eso lo inquietó.

–Bien. –Se forzó por sonreír.

¿Habrá tomado ya una decisión? ¿Me pedirá el divorcio y por eso está nervioso porque no sabe cómo reaccionaré? No, pero ayer fue una tarde tan hermosa y su mirada me gritaba amor. Estaba alegre y feliz al igual que hoy, entonces ¿qué pasa?

Apretó su mandíbula y reprimió un suspiro.

Ya Emilio. Cálmate. Espera a que él te diga lo que tenga que decirte y después ves. Quizás no es nada malo y tú te estas volviendo loco a lo pendejo.

A veces la vida manda señales inesperadas y muchas veces apresuradas, sobre algo que se tiene pensado hacer. Es como si dijera: Eso es lo correcto. No lo pienses más. Hazlo ya. Y es ahí donde se debe actuar a las medidas de las circunstancias, sin un guión, sin un plan, a lo que surja.

El hecho que Christopher estuviese en la entrada del spa, era para Joaquín una señal. No lo había visto desde que se dejó de ser su masajista y justo ahora aparece. Hoy que planeaba decirle todo a Emilio. Y no hay manera que esperase a la tarde para ello ya que desde donde están en el auto, Emilio lo vería sin duda y lo reconocería. Pero, ¿Qué debe hacer? ¿Hablar primero o esperar a la reacción de Emilio? ¿Le diría quién es sin necesidad de preguntar antes?

De reojo, observó a Emilio terminar de escribir un mensaje a un compañero de trabajo y luego girar su cuerpo un poco hacia él.

–Te enviaré un mensaje cuando este por salir ¿sí? ¿Quieres que compre algo para la cena o cocinamos allá? No sé qué planes tienes. –Sonrió nervioso.

Como el otro | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora