Once Upon A Time - Armin Arlert

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Al día siguiente, _________ tuvo que irse a la universidad como siempre lo hacía, pero ahora Armin la estaba esperando con aún más ansias que de costumbre; una vez ella estuviera de vuelta, los dos saldrían y él podría ver lo que hay en el mundo exterior que lo rodea.

Por suerte para él, ________ ya le había comprado ropa nueva y zapatos para poder salir, así que sólo tuvo que cambiarse y esperar pacientemente hasta la hora de llegada de la chica.

Estaba tan emocionado que no podía quedarse quieto en un sólo lugar; caminó por toda la casa varias veces mientras esperaba, trató de distraerse viendo la televisión, o intentaba de manera fallida quedarse sentado sin hacer nada.

Finalmente, y luego de una larga espera, ________ regresó y Armin la recibió con un abrazo como ya era costumbre para él.

— Hola Armin, déjame cambiarme y nos vamos ¿sí? — él asintió y después de unos pocos minutos ella ya estaba de vuelta usando ropa casual. — Te ves muy emocionado.

— Lo estoy; no puedo esperar a ver qué hay afuera. Ayer me costó mucho quedarme dormido por la misma razón. — ella rió con ternura.

— Recuerda no alejarte mucho de mí, ¿entendiste? No queremos que te vaya a pasar nada.

— Entendido, quedarme cerca; puedo hacer eso.

— Vámonos. — abrió la puerta y él fue el primero en salir. A simple vista tan sólo había un pasillo y más puertas; esto debido a que ella vivía en un departamento y por ende tenía vecinos, pero obviamente Armin no tenía idea de eso. — Ven por aquí, hay que bajar en el ascensor.

— ¿Qué es un ascensor? — le preguntó mientras caminaba a su lado.

— Es algo como.... más fácil y rápido que las escaleras.

— ¡¿Existe algo así?!

— Sí, te va a gustar. De hecho, mira, es ésto. — señaló con su dedo.

— Parecen dos puertas juntas.

— ¿Ves éste botón? — apuntó a uno que tenía una flecha hacia abajo. — Lo usaremos para llamar al ascensor. — presionó el botón.

— ¿Cómo puedes llamar algo que no tiene vida? ¿Cómo funciona?

— No es tan literal, pero ya verás. — las puertas del elevador se abrieron.

— ¡Woah! ¡Eso fue increíble! ¡Se abrió sola! ¿Lo viste? ¿Lo viste? ¡Fue genial! — empezó a sacudirla.

— Jajaja, sí lo vi Armin; vamos. — entraron al ascensor. — Mira, iremos al primer piso, donde está la puerta principal para salir del edificio; así que presionamos éste botón que el número uno y-

— ¿Puedo presionarlo yo?

— Adelante. — él presionó el botón y las puertas del elevador volvieron a cerrarse. Un instante después pudieron sentir la manera en que comenzaban a bajar.

— ¡Se está moviendo! ¿Cómo pasa eso?

— No estoy segura; sabes que no lo sé todo ¿verdad?

— ¿No?

— Por supuesto que no; soy un ser humano y hay muchas cosas que no sé.

Salieron del edificio y empezaron a caminar por la cuidad; Armin iba viendo todo lo que se cruzaba por su camino con curiosidad queriendo ver qué cosas eran, pero _______ no dejó que se emocionara mucho porque parecía que en cualquier momento iba a tocar todo lo que veía.

— ¡¿Qué es eso?! — exclamó él.

— Es un auto.

— ¿Cómo funciona? Es como una carreta que se mueve sola; ¿es algún tipo de magia? — trato de acercarse, pero ________ fue más rápida y lo tomó de la muñeca para evitarlo.

— Ten cuidado Armin; no puedes lanzarte así a la carretera.

— ¿Por qué no?

— Porque es peligroso; pueden atropellarte. Vamos por éste lado. — se colocaron frente a un cruce peatonal, donde el semáforo permanecía en rojo.

— ¿Y qué es esa cosa brillante y con luces?

— ¿Te refieres al semáforo? Es para poder indicarle a las personas cuando es seguro pasar para que no ocurran accidentes; mira ¿ves eso? — señaló que el otro semáforo que estaba colgado sobre la calle. — Ese es para los autos; el color rojo significa “pare” el amarillo es para ceder el paso o detenerse y el verde es para avanzar. Justo ahora el semáforo de los autos está en verde y el de los peatones, o sea nosotros, está en rojo; lo cual significa...

— ¡Que no podemos pasar todavía! Esos semáforos son muy útiles al evitan accidentes; ojalá tuviéramos de esos en mi mundo.

— Armin, trata de no decir esas cosas tan alto estando en público. — puso su dedo índice sobre sus propios labios indicándole que hiciera silencio. — La gente puede malinterpretar las cosas, y no queremos incidentes en la primera vez que te dejo salir ¿o sí? Trata de pasar desapercibido.

— Oh, no no. Ya me calmaré; no mencionaré eso más y pasaré desapercibido. — el semáforo cambió a verde. — ¡Mire! ¡El semáforo volvió a cambiar de color! — empezaron a cruzar la calle juntos.

— Con cuidado; los semáforos son muy útiles, pero desgraciadamente no todos respetan las leyes de tránsito. Recuerda siempre mirar hacia ambos lados de la carretera antes de cruzar para asegurarte de que ningún auto se esté acercando muy rápido.

Se sentía rara diciéndole eso a una persona de su edad; de hecho la gente a su alrededor los estaba viendo raro, pero ella no quería echarle a perder a Armin su alegría por estar afuera, así que no iba a dejar que nada le baje el ánimo ni le arruine el día.

— ¿Y a dónde vamos? — le preguntó él una vez estuvieron al otro lado de la calle.

— Al centro comercial; ahí habrán un montón de cosas que sé que te van a encantar. Y no sólo eso, sino que allí mismo podemos comer.

— ¿Y qué es exactamente un centro comercial?

— Es como... un mercado, pero mejor. Hay un montón de tiendas y cosas para comprar; además de que, como dije, hay lugares donde puedes comer allí.

— ¡Suena increíble! ¿Está muy lejos?

— No mucho, sino no te hubiera traído caminando; estamos a unos 15 minutos a pie.

— No puedo esperar a llegar; ¿vamos a comprar muchas cosas?

— Bueno, hoy quería dedicarme a comprar cosas para ti así que... compraremos tanto como tú quieras; siempre y cuando no exageres con respecto a los precios.

— Entendido.

📕 Ahhh, me costó mucho escribir éste capítulo. Últimamente ando sin ganas de nada.

Cuídense y tomen mucha agua.