Capitulo 31

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Narra Juliana

-Interesante?... -abrazo su cuello.

-Si... -susurra y me da un pico.

Agarró su mano para empezar a subir hacia su habitación.

-Me gusta donde va esto... -me abraza por detrás y siento su erección en mi trasero y no es para nada pequeña.

La empujo dentro y cierro la puerta con seguro.

-Uuuuh, vas a matarme?... -sonríe.

-No, es por si quieres escapar... -me acerco a ella.

-Créeme que contigo, no quiero escapar a ningún lado... -acaricia mi mejilla con su dedo índice.

Le desabrocho los botones de su camisa, rápidamente mientras ella acaricia mis brazos y espalda, lanzo la camisa al suelo y acaricio su marcado abdomen.

Me toma las mejillas para besarme pero me aparto, dejándola confundida.

La lanzo en la cama y sonríe, me subo encima de ella, le quito el sujetador y me acerco a su rostro.

-Hoy no caeré en tus encantos... -susurro sobre sus labios y cierra los ojos un momento, amor... -le ordeno, mientras lo hace voy agarrando las esposas que tenia escondidas y se las coloco- Esta noche mando yo... -cierro las esposas y abre los ojos.


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-Eso sí que no me lo esperaba... -dice mirando las esposas de terciopelo rojo.

-Ahora, yo voy a ser la activa... -susurro cerca de su rostro.

-Juliana tops?... me encanta! -sonríe.

Empiezo a besar su cuello dando ligeras succiones y mordidas dejándola bien marcada.

Bajo con besos húmedos hasta sus pechos, la miro y veo que tiene sus pupilas dilatadas y la respiración entrecortada, sonrió y empiezo con su pecho izquierdo succionándolo y dando ligeras mordidas, mientras que con mi mano estimulo el derecho escuchando sus jadeos y alguno que otro gemido. Paso al derecho dejando el otro sensible y con un tono rojizo.

Termino con sus pechos, bajo con mi lengua hasta su abdomen y beso y lamo sus abdominales.

-Juls! si... -mueve sus caderas impaciente.

Bajo hasta sus pantalones, los desabrocho y se los quito.

-Necesito tocarte... -la miro y veo que tiene sus ojos cerrados.

Me acerco a su rostro, suspiro en sus labios y me mira.

-Y besarte... -susurra y sonrió.

Junto nuestros labios en un beso apasionado, nuestras lenguas se encuentran y nos separamos por la falta de aire.

Bajo a sus boxers, agarro el elástico de estos y empiezo a bajarlos liberando su pene ya bien erecto, los lanzo al suelo.

Bajo por sus piernas hasta llegar a sus pies y ponerlos con otras esposas a la cama.

La Italiana Juliantina g!p adaptDonde viven las historias. Descúbrelo ahora