Capitulo 15

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Narrador omnisciente

Las horas transcurrían, y en la sala de espera de alguna clínica en Londres se encontraban Axel, su familia, además de los padres de quién el decía era su chica; a la expectativa de cualquier información que los médicos pudieran dar.

La tensión era palpable en el lugar, los nervios y la incertidumbre al no recibir noticias ya estaba haciendo estragos en cada uno de los presentes. Las lágrimas abundaban, y la culpa por parte de Axel seguía latente. Las mujeres rezaban, mientras que los hombres permanecían sentados en las sillas del pasillo, sumidos en silencio; batallando con los tormentos de sus cabezas.

Por otro lado Mavra yasia inconsciente en una cama de hospital, debatiéndose entre la vida y la muerte. El golpe de su cabeza dejó grandes ematomas, que posiblemente dejarían consecuencias en ella. La herida por puñalada era realmente profunda, y sumando el hecho de que había perdido mucha sangre; no hacía tarea fácil la operación que se estaba llevando a cabo en aquel quirófano del lugar.

Axel lloraba, y Mavra luchaba. Pues sus ganas de vivir eran sumamente grandes, sus ganas de cumplir su deseo de estar con su chico sobrepasaban todo golpe, y todas las heridas que tenía en estos momentos.

Ella creía que el amor que sentía por él, era el motor que la impulsaba a seguir batallando para vivir. Ella creía que el era su ángel. Y es que si Mavra supiera lo que Axel creía de ella, se daría cuenta de que para él, el título de angel solo podía ser usado con ella. Pues fue capaz de llegar llena de luz a iluminar cada segundo de su vida, de darle sentido a lo que él creía no era vida. Ella si era un ángel, uno con apariencia de diosa; aunque él no la pudiera ver.

— ¿Familiares de la señorita Mavra Vasíliev? — Preguntó un doctor llegando a la sala donde todos se encontraban. Su mirada no expresaba nada que les pudiera decir a los presentes que la chica estaba bien.

— Soy su padre. ¿Mi hija está bien? — La preocupación era palpable en su voz, pues el señor Faddei jamás imaginó pasar por una situación como la que estaban viviendo.

— Seré sincero. — Todos lo miraban expectante, a excepción de Axel. Quien estaba atento a cada palabra que saliera de la boca de aquel doctor. — La herida con arma blanca fue profunda, causando que perdiera mucha sangre; pero por suerte lo pudimos controlar. El problema está en los golpes recibidos en su cabeza, pues la radiografía hecha arroja varios ematomas que pueden causar la perdida total de su memoria, o el desarrollo de un tumor cerebral.

» También cabe la posibilidad de que ninguno de los dos casos ocurran, pero el porcentaje es muy pequeño.

Todos permanecían en silencio, mirando al doctor fijamente como si esperaran que se retractara de lo que acababa de decir.

Una lágrima rodó por la mejilla de Axel, y lo único en lo que podía pensar era en la posibilidad de que ella lo olvidara, de que no recordara como se conocieron, ni lo fastidiosa que fue con el.

Axel tenía miedo. Miedo a que olvidara que el era su tú de los ojos bonitos.

— ¿Puedo verla? — Preguntó el padre de Mavra, con voz temblorosa. A todos les dolía ésta situación.

— Señor Vasíliev, ahora la señorita se encuentra dormida a causa de los sedantes. — Informó el médico.— Cuando despierte, pondrá entrar.
Todos murmuraron un gracias al doctor que se dió la vuelta para salir del pasillo.

Los padres de Axel salieron del lugar, rumbo a la cafetería acompañados de los padres de Mavra.

Suspiró, y tomó asiento nuevamente. Estaba agotado, no había dormido en aproximadamente 24 horas; sin embargo, nada era más importante que el saber si su chica lo había olvidado.

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