One-shots Tokyo Revengers (Male reader)

Mitsuya Takashi

-Quédate quieto, muñeco de prueba-ordenó el costurero mientras estaba sacando las medidas de aquella prenda que estaba haciendo

Mitsuya le había pedido el favor de ayudarle con unas medidas de un traje que estaba haciendo, Fumiya no pudo negarse siendo que el de cabellos plateados siempre le iba haciendo favores sin dudar, aunque le resultaba bastante incómodo hacer aquello con público

Público femenino para mencionar, las chicas del club estaban mirando a ambos con atención notable algo que lograba poner nervioso a ____, ¿cómo no lo estaría? No convivía con muchas chicas, solamente lo hacía con Emma, Yuzuha y Hinata

-¡Ay!-se sobresaltó cuando una aguja pinchó una parte de su pierna mirando de reojo a su amigo alzando una ceja-Cuidado-pidió

-Quédate quieto, si te mueves te pinchare muchas veces más-recalcó logrando que el contrario quedara como una estatua-Ya terminé, ve para allá y quítatelo con cuidado-

Asintió caminando hasta un pequeño probador improvisado quitándose con mucho cuidado la ropa para evitar ver a su amigo molesto sabiendo que un mínimo error y uno de las tantas agujas podría salirse de la tela que en unos días de mucho trabajo sería un traje bastante lindo

-Aquí está-le entregó las telas ya vestido con su ropa escolar propia siendo que no estudiaba ahí-¿Algo más?-

-¿Podría ser mi sujeto de medidas?-preguntó una de las chicas algo apenada pero ella también parecía estar trabajando en una prenda para hombre, le daba vergüenza pedirle aquello a su capitán que estaba más ocupado

Con un gentil sonrisa sin poderla rechazar el de cabellos azules (obviamente teñidos) acepto, por su parte Mitsuya volvió a su lugar de trabajo ayudando a sus compañeras mirando de vez en cuando hacia donde estaba su compañero. Sabía de sobra que él no podía negarse hacía un pedido de cualquier persona aunque dependía de que era lo pedido, pero aún así observo cómo aquella camisa que se estaba amoldando a las medidas le estaba quedando bastante bien

Una camisa que lucia bastante gentil y delicada para un chico que con sus puños podría matarte a golpes, estuvo casi a nada de pedirle a la chica que le vendiera aquella camisa o también pensando en que debería hacerle algo de ropa a su compañero viendo que cualquier prenda le quedaría bien

-Muchas gracias, Fumiya-kun-la muchacha de cabello castaño agradeció mientras tomaba la prenda que le entregó el chico tras cambiarse

-No hay de qué, cualquier pedido que tengan las ayudaré-sonrió logrando sonrojar a la chica, no es como si ellas vieran a chicos lindos todos los días

-¿Ya tienes que irte a trabajar?-indicó Mitsuya al notar que estaba ordenando sus pertenencias para irse

-Sip, mi mamá me matara sino la ayudo con la tienda-se colocó su bolso antes de hacer un ademán de despedida hacia las chicas-Prefiero las patadas de Mikey que a esa mujer molesta, nos vemos-

-Mándale saludos a la señora Akiko-

-Lo que pida, Don Perfecto-le llamó por aquel apodo que se había ganado tras un día que su madre lo conoció notando que era un chico perfecto casi pidiéndole que fuera el novio de ____

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Trabajaba en la tienda de su madre donde se vendían toda clase de cosas, normalmente trabajaba tras salir de la escuela pero como aquel día Mitsuya le había pedido su ayuda con las medidas de una prenda le aviso a su madre sabiendo que no le diría que no si se trataba de Mitsuya

Los miembros más cercanos de la ToMan sabían que aquellas horas de trabajo no podían ser interrumpidos sino querían ver a la madre de su amigo molestaba, suspiro mientras acomodaba su cabello pensando que posiblemente ya debía teñirlo porque sus raíces negras estaban saliendo nuevamente

La pequeña campana indicó la llegada de un cliente, su madre no estaba en el mostrador así que debía ir por su cuenta a atender a la persona

-¡Atiende al cliente, ____!-escuchó desde el depositado la voz de su progenitora

-¡Ajá!-asintió llegando hasta el mostrador-Buenas tardes, ¿en que le puedo ayudar?-sus orbes ámbar se notaron confusos ante la presencia del chico costurero en la tienda-Mitsuya, ¿qué necesitas?-

-Mana y Luna me pidieron llevar unos dulces, llevan días pidiéndolos, ¿podrías darme un chocolate de leche y uno normal?-habló, el de cabellos azules asintió sabiendo cómo eran las hermanas de su amigo

-Claro, eso serían—iba a comentar el precio cuando su madre apareció pegándole un zape en la nuca-¡Mamá!-se quejó mirando a la mujer que sonreía dulcemente hacía el "Don Perfecto"

-Va por la casa, Mitsuya-kun-sonrió la mujer hacia el muchacho de cabellos plateados que sonrió algo apenado

-No creo que sea necesario, es su trabajo-intentó dar el dinero pero la mujer negaba varias veces mientras su hijo maldecía que aquella propina no llegara a sus manos

-No podría cobrarte jamás, Mitsuya-kun-la sonrisa en los labios de la mamá de su amigo era grande-Siempre ayudas a este tonto cuando no entiende nada de las clases y eso me es demasiado-

El hijo se noto algo apenado por aquel dato mencionado, no era su culpa no entender las estúpidas matemáticas o química

-Ya mamá, Mitsuya, llévatelo gratis-le pidió con ojos suplicantes debido a que le estaba apenando que si madre actuara así siempre cuando estaba presente

-Está bien-acepto a duras penas aunque posiblemente cuando se vieran después le daría el dinero a escondidas

Cuando Takashi abandonado la tienda subiéndose en su moto para dirigirse a su hogar ____ volteó a ver a su madre cruzándose de brazos

-No me mires así, debes conquistarlo de algún modo, cariño-se ruborizo por aquellas palabras, su madre por mala suerte sabía de sus sentimientos hacía su amigo

-Pero lo haces muy notorio, mamá, se dará cuenta-intentó defenderse

-Podría saberlo ya, a veces te quedas embelesado viéndolo, todos ya lo sabrían-las manos de ____ fueron a su rostro completamente sonrojado, ¿había sido tan notorio?

-¡Solo, no dejes que se te salga con los demás cerca!-pidió caminando hasta el depósito para hacer como si trabajara esperando a que su rubor se fuera

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Aunque no lo parezca rayito quiere mucho a Mitsuya pero su madre lo adora porque lo ve como un yerno maravilloso