Kakucho Hitto

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Temas como la violencia en el hogar





Tuvo curiosidad cuando estaba los audibles quejidos en un callejón, acompañados esos sonidos por el sonido de unos puñetazos impactando con algo. Con cautela ingresa en aquel callejón escuchando el ligero llanto de una persona, un chico específicamente que está intentando protegerse inútilmente con sus brazos de los golpes que está recibiendo

-¡Te he dicho mil veces que los hombres no lloran, maldito marica!-una patada impacto en el estómago del joven que se quejó sin dejar de llorar, con su mano sostuvo el cuello de su camisa con fuerza para que le viera a la cara-¡Te daré un verdadera razón para llorar, ¿me oíste?!-

-¡Lo siento, lo siento!-se disculpó en respuesta teniendo todo su rostro lleno de heridas, se escuchaba tan asustado, su rostro reflejaba el peor de los miedos

Fue tirado al suelo recibiendo una patada en su estómago, pero se sobresaltó al escuchar un sonido sordo de un cuerpo cayendo al suelo, abrió sus ojos anteriormente cerrados por el miedo viendo apenas un poco sintiendo que todo a su alrededor estaba quedando borroso

Vio una larga gabardina roja, no pudo identificar el rostro de aquel que tuvo la valentía de salvarlo de esa golpiza porque cayó desmayado respirando con algo de dificultad por el dolor en su pecho, por aquellas patadas que recibió

Despertó estando en una cama de un lugar desconocido entrando en pánico porque no cualquiera ayuda sin querer algo a cambio, la vida no es como en los cuentos de hadas que iría un príncipe a rescatar a la princesa sin pedir algo por haberla rescatado del villano, en la vida real las personas hacen para recibir algo a cambio

Revisó su cuerpo en busca de algún extraño dolor, nadie sabe cuando un traficante de órganos pueda tenerlo secuestrado, aunque su padre le dijo una vez que era necesario estar en una bañera con hielo para el dolor que sentiría pero todo se vuelve posible en ese punto donde desconoce el lugar donde está. No encuentra heridas o cicatrices grotescas, aparte de las que tiene desde hace tiempo atrás, es más, su cuerpo había recibido atención médica sin sentirse tan adolorido

-Oh, parece que el amigo de Kakucho despertó-se asustó al escuchar la voz de un joven de cabello trenzado mezclado entre rubio y azabache

-Le avisaré-un rubio de mechones azules con lentes se levantó de su puesto saliendo de aquella enfermería tal vez para buscar al mencionado Kakucho

Kakucho fue quien le salvó, pensó vagamente sin recordarlo muy bien porque se desmayó antes de verle bien el rostro

-No debes moverte mucho, tienes demasiados moretones en el cuerpo que harán que hasta el mínimo movimiento duela-se quejó quieto ante la intimidante voz del chico de trenzas recostando su cuerpo de la cama-¿Y se puede saber como terminaste con tantas cicatrices y golpes?-

-Crianza...-de verdad nada más contestaba porque se sentía intimidado por el chico de trenzas que parece intentar que se relaje un poco

-Despertaste-ahora miró hacía la entrada encontrándose con el chico que seguramente le había rescatado-Pensaba que dormirías más por esa golpiza que recibiste-el chico tiene el cabello rapado con una visible cicatriz que está pasando por su cabeza hasta su rostro pasando por sobre su ojo

Un ojo es color rojo, el otro es color gris

-Lamento las molestias causadas por mi estado-hizo una ligera reverencia sintiendo un punzante dolor en su espalda, de verdad que debía estar lleno de moretones que harían doloroso su día

-No te inclines, te lastimarás-las manos del rapado se colocaron sobre sus hombros para acomodarlo en su posición original para que no sintiera dolor-No es problema, estás en problemas en ese instante y no podía dejar que ese sujeto se usara como saco de boxeo. Me llamo Kakucho Hitto, ellos son mis dos amigos, Haitani Ran y Haitani Rindo-señaló a cada uno antes de extender su mano hacía el lastimado

One-shots Tokyo Revengers (Male reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora