Dos meses ya han pasado desde que Arthur está en la preparatoria 75, se ha hecho cercano a Elián a pesar de la lista dada hace días; el tema sobre la reunión y los sospechosos quedó en tercer plano.
Arthur ya no soporta el no poder realizar su venganza contra Alexander, Isaías, Daniel, Sebastián y Jair, está más que harto, no ha ido a clases durante una semana por la misma razón, si no puede vengarse, no tiene sentido soportarlos.
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La mente de Arthur da vueltas, se encuentra con un psiquiatra, quien le ha seguido a un psicólogo; a Arthur realmente no le importa nada de lo que dicen, no los necesita después de todo, su madre es la que estaba paranoica.
Ha salido de aquella sala asfixiante, el teléfono de Arthur suena y contesta sin siquiera mirar la pantalla, la voz de Elián sale de aquel aparato.
– ¿Estás ocupado?
– Recién me desocupo ¿A qué la pregunta? – Arthur pregunta extrañado.
– Iba al cine con Leonardo pero nos hemos peleado y ahora me ha bloqueado, así que estoy libre ¿Nos vemos en el parque central? – La voz de Elián se escucha decaída.
– Llego en minutos – Arthur cuelga la llamada y se dispone a irse.
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Al llegar a aquel parque, Arthur se sienta en la banca donde se encuentra Elián.
– ¿Ya comiste? – Elián habla con la boca semi llena.
– No hables si estás comiendo, es asqueroso – Arthur sonríe burlesco.
Elián se pasa el bocado – Da igual ¿Comiste?
– Si, ¿Para qué querías que viniera? – Arthur se rasca la cabeza.
– No lo sé – Elián hace una mueca y sigue – ¿Vos por qué viniste? –
– Porque me dijiste que viniera... – La voz de Arthur suena confundida.
– Si, bueno, tiene sentido – Se hace un silencio denso y Elián lo rompe – Por mera curiosidad ¿Nos consideras amigos?
– ¿Qué? – Arthur se sobresalta.
– Si, eso, a Leo, Migue, Vero, Axel, Hash y a mí – Elián le da un bocado a el sándwich que tiene en mano y mira fijamente a Arthur, quien está pensando cuidadosamente su respuesta.
– Ciertamente no sé qué es tener un amigo, así que... de alguna forma no, pero de otra posiblemente sí – Arthur rasca su cabeza y mantiene su mano ahí, Elián pasa el bocado de golpe, exaltado.
– ¿¡No sabes que es tener un amigo!?
– ¿Por qué te sorprendes? – Arthur baja su mano.
– Nunca he conocido a alguien que no haya tenido ni un amigo – Elián sonríe apenado – Perdón por gritar
– No hay problema – Arthur suspira – ¿Cuántos amigos has tenido?
– Muy cercanos, solo Leo, pero los otros tres, Migue, Axel y Hash, también son amigos a los que les tengo confianza – Elián sonríe.
– ¿Verónica no es tu amiga? – Arthur se encuentra confundido.
– No, nunca me ha tenido confianza, sin confianza mutua no hay amistad – Elián se come lo último que quedaba del sándwich.
– Entiendo
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Los minutos pasaron, Arthur estaba recostado en su cama, aburrido al cien; entonces, su teléfono sonó.
– Leonardo... una sorpresa que tú me llames – Fue lo primero que salió de la boca de Arthur al contestar.
– Por algo tengo tu número – Leonardo suspira a través del teléfono – Solo lo diré una vez – Hace una gran pausa que intriga a Arthur – No te juntes con Elián, su mente está... – Leonardo es interrumpido.
– Se pelearon y ahora tratas de que no hable con él porque tú crees que tienes la razón ¿Me equivoco? – Arthur sonríe burlesco a través del teléfono.
– ¡Arthur! – Leonardo calla a Arthur con solo un grito – Elián es quien nos reunió, hay pruebas, trate de confrontarlo y pasó lo que pasó, no te juntes con él – Leonardo cuelga la llamada, dejando a Arthur con palabra en la boca.
– Se te olvido que yo no estoy incluido, no le dejaré de hablar porque tú me lo digas – Arthur habla solo, se acuesta en su cama y se queda mirando al techo, pensando.
¿Se aleja o no se aleja? Le daba igual cualquier opción, pero cualquiera que escogiera, quizás arruinaría todo lo de alrededor.
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Masacre 75
Mystery / ThrillerLa sociedad quiere creer que puede identificar a las personas malvadas, o a las personas dañinas, pero no es factible. No hay estereotipos. Todo el mundo interpreta un papel y nadie dice lo que, realmente, está en su mente. En el caso de Arthur Brow...