3 días en la cuenta, lunes por la tarde, Arthur se encuentra en la enfermería, siendo vendado en la cabeza, un golpe de parte de Daniel se la ha abierto.
– ¿Cómo pasó esto? – Pregunta la enfermera mientras termina la última vuelta de venda.
– Tropecé en las escaleras, un accidente – Arthur sonríe levemente.
– Debes tener más cuidado – La enfermera termina su trabajo – Ya está, recuerda no asolearte en lo que se cura la herida – Sonríe la enfermera y Arthur hace lo mismo, parándose de la camilla, dispuesto a salir de ahí.
– Tenga buen día – Se despidió de la enfermera y salió a los pasillos con un audífono y música puesta.
Arthur dio un vistazo a la hora a través de su celular, daban las 3:00 de la tarde, en su leve descuido tropezó y empujó a la persona que tenía en frente haciendo que cayera.
– ¡Lo siento! – Arthur exclamó al darse cuenta que había hecho caer muchos papeles de la persona contraria.
– Descuidado – Era Elián, reía recogiendo los papeles tirados, Arthur se agacha a ayudar.
– Me fui un momento – Arthur recoge lo que faltaba de los papeles y se los entrega a Elián – ¿Qué son?
– Papeles que me pidió la directora – Elián contesta mientras acomoda dichos papeles – ¿Fueron Alexander y los otros? – Elián apunta a la cabeza de Arthur al terminar de acomodar.
– Si – Arthur estaba a punto de rascar su cabeza, pero recordó la venda.
– Ya es mucho – Elián suspira e invita a Arthur a caminar por el pasillo en lo que cada quien llegaba a su destino.
– No puedo hacer nada de igual forma – Arthur torna su rostro a uno decaído, aunque estaba verdaderamente enojado.
– ¿No quieres ni tratar? – Elián, pregunta en tono obvio.
– Me van a terminar matando si lo intento y sale mal – Arthur pronuncia esto y el silencio se hace hasta que llegan a la oficina de la directora, Elián entra y Arthur se queda fuera escuchando su preciada música.
Minutos pasaron, Arthur las sintió horas, en su cabeza sentía punzadas cada cierto tiempo y esto molestaba a Arthur.
– ¿Sigues aquí? Creí que ya habías ido a casa – Elián sonríe y rueda los ojos al ver que Arthur no lo ha escuchado por la música, entonces le quita los audífonos – ¿Te esperan en casa?
– ¿A qué la pregunta? – Arthur apaga la música que se reproducía.
– Quiero saber si vienes a tomar algo – Elián ríe, Arthur también le sigue.
– Nadie me espera, puedo ir – Arthur afirma.
***************
– ¿Sigues yendo al psicólogo? – Elián pregunta al acabarse su bebida.
– ¿Cómo es que sabes eso? – Arthur rasca su cabeza levemente y suelta un quejido al haberse lastimado.
– Me lo dijiste la semana pasada – Elián ríe.
– ¿De verdad? No recuerdo habértelo dicho – Arthur sonríe – Sigo yendo, no estoy loco, pero mi madre se aferra a la idea – Arthur suspira.
– Dudo que lo estés – Elián mira al cielo y el tema termina.
– Hay algo que he querido preguntarte – Arthur llama la atención de Elián – Hash ¿Cómo ha estado en estos años?
– ¿Qué quieres decir? – Elián enarca una ceja.
– Se mudó de Baja California cuando empezó la preparatoria, hace 3 años – Arthur suspira – Nunca ha tenido una buena relación con su familia, mis vecinos lo adoptaron, según tengo entendido, pero prácticamente no convivían nada – Elián escucha con atención cada palabra – Para él yo era su modelo a seguir – Arthur sonríe.
– Lo sigues siendo – Elián afirma – Antes de que llegaras a la preparatoria, hablaba muy bien de un amigo, lo maravilloso que era y lo alegre que llegaba a ser – Arthur, entonces mira al cielo tras escuchar esto.
– Era el chico solitario – Arthur borra su sonrisa – Yo el chico al que todos admiraban – Hace una pausa breve – Tras un proyecto se acercó a hablarme y el me consideró su amigo desde entonces.
– Pero tú no sabes que es tener uno ¿Cierto? – Elián coloca su brazo en la banca donde se encontraban sentados y Arthur asiente en duda.
– Después de conocerlo, me di cuenta de que, a pesar de su soledad, era un chico alegre, su vida estaba rota y él seguía sonriendo, aferrándose a aquel peluche y carta de su familia biológica – Arthur abre la botella de agua que había comprado y toma un trago – Pero seguía roto y muerto en vida; la última frase que escuche de él antes de no volverlo a ver en años, fue algo como... "Posiblemente está sea la última sonrisa que se mostrará en mi rostro, recuérdala por mi."
– No fue la última, podría decirte que sonrie más que nunca – Elián ríe levemente.
– No dejó de sonreír
***************
ESTÁS LEYENDO
Masacre 75
Mystery / ThrillerLa sociedad quiere creer que puede identificar a las personas malvadas, o a las personas dañinas, pero no es factible. No hay estereotipos. Todo el mundo interpreta un papel y nadie dice lo que, realmente, está en su mente. En el caso de Arthur Brow...