Episodio 3

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– De todos los lugares donde te podía volver a ver... ¿Por qué en la preparatoria? – La voz del pelirrojo suena fastidiada.

– No sabría decirte – Arthur voltea en dirección al pelirrojo y sonríe amablemente, aunque por dentro esté rechinando los dientes de furia por el mal comportamiento del pelirrojo hacia él.

– Espera, espera un momento – Verónica se muestra confundida – Leonardo, ¿lo conocías?

– Por su culpa casi me caigo ayer de la patineta – Leonardo hace una mueca y se cruza de brazos.

– Si... también fue un accidente – Arthur rasca su cabeza con una sonrisa ahora, apenada.

Verónica suspira – Coincidencias de la vida – Truena sus dedos mientras piensa y el timbre suena – ¡Las clases! – Verónica sale corriendo del lugar.

– Se dice adiós – Leonardo ríe levemente, mirando cómo se aleja Verónica.

– Creo que también deberías irte – Arthur mira a Leonardo atentamente, aún con su sonrisa.

– Me voy... pero no porque me lo digas – Leonardo mira amenazante a Arthur una última vez y se va.

– Que molestia – Arthur aprieta sus puños, saca sus audífonos de la mochila, se los coloca, los prende y camina a paso lento hacia su siguiente clase.

***

Ha faltado un profesor, por lo que Arthur ha aprovechado para salir del salón e irse a relajar a la cafetería de la preparatoria, para su horrenda suerte, se ha vuelto a topar con Verónica y Leonardo, quienes al parecer se saltaron una clase junto con otro grupo de chicos.

Arthur camina en la dirección del grupo; logra visualizar a alguien más, un chico de su misma edad, de cabello café y ojos de un tono más fuerte, de una estatura mayor a la de Arthur, ese es Hash, su amigo de toda la vida... o eso quiere creer el chico.

– ¿¡Hash!? – Arthur corre con cierta sonrisa en su rostro y abraza al mencionado al llegar donde se encuentra, Hash ríe.

– ¡Arthur! – Le sonríe al separarse del abrazo, los demás ahí presentes solo observan la situación, extrañados.

– El mundo es tan pequeño – Arthur rasca su cabeza, haciendo que Hash vuelva a reír.

– Veo que se convirtió en un movimiento involuntario – Hash apunta a la mano con la que Arthur rasca su cabeza, Arthur detiene su acción.

– Posiblemente – Arthur ríe un poco.

– Bonito reencuentro... ¿De casualidad conociste al tipo presente por algún accidente? – Verónica pregunta inconscientemente, Arthur aprieta un puño de disgusto, pero sonríe como si nada.

– No, ¿Por qué la pregunta Vero? – Hash voltea en dirección a Verónica desconcertado.

– Vero y yo nos topamos con Arthur de una manera... indeseada – Leonardo pronuncia las palabras cuidando de no provocar un disgusto en Hash.

– Accidentes realmente – Arthur vuelve a rascar su cabeza con una sonrisa apenada.

– ¿Qué hacéis fuera de clases...Arthur? – Un chico de pelo azabache y ojos café claros es quien toma la palabra, tiene una bella sonrisa en cara, se apoya en el hombro de Leonardo.

– Pregunto lo mismo – Arthur baja la mano con la que rascaba su cabeza y la mete en un bolsillo de su pantalón.

– ¿Por qué siempre te apoyas en mí? – En la voz de Leonardo se percibe queja, mira fijamente al azabache y desvía la mirada.

– Es cómodo – El azabache mira a Leonardo, sonríe y luego le dedica la mirada a Arthur – La mayoría estamos fuera de clases porque fuimos llamados por alguien, desconocido.

– ¿Desconocido? – Arthur mira a los chicos presentes con intriga.

– Si, creíamos que estos dos – Verónica apunta a dos chicos, uno de cabello oscuro, ojos color miel, de una estatura alta, el otro con cabello de un tono negro tirando a café, ojos casi del mismo tono, de una estatura mayor a la del chico anterior, ambos han estado escuchando la conversación, sin embargo, ninguno ha aportado nada – Nos habían llamado por separado, pero solo acababan de regresar de la oficina de la directora... – Ambos chicos asienten.

– Por lo que nos quedamos a investigar, por así decirlo – El azabache sonríe y se hace un breve silencio – Por cierto, mi nombre es Elián – Se retira del hombro de Leonardo y le extiende la mano a Arthur.

Arthur le estrecha la mano – Un gusto, tú ya sabes que me llamo Arthur – Esboza una de sus sonrisas características.

– Si, ya sé que vos sos Arthur – Elián también sonríe.

– Ya que nos estamos presentando – El chico de ojos color miel habla por primera vez en toda la plática – Soy Miguel – Se limita a hacer una seña con la mano, Arthur sonríe – Y él – Miguel apunta a el chico de su lado – Se llama Axel.

– Son nombres fáciles de recordar – Arthur sostiene la sonrisa.

– No sé qué haréis vosotros ahora, pero Leonardo – Elián jala a Leonardo del brazo – y yo, nos iremos a clases

– Por lo que más quieras en el mundo... Elián, no vayas a – Leonardo es interrumpido al ser jalado por Elián mientras camina – ¡Elián, puedo caminar!

– Adiós – Arthur se despide de Leonardo y Elián.

– Yo también iré a clases, nos vemos luego Arthur – Hash ríe levemente y se va a su salón de clases con una sonrisa en el rostro.

Arthur sigue sonriendo, levanta sus audífonos del cuello para colocárselos, no sin antes despedirse del resto de chicos, quienes probablemente se queden en la cafetería otro rato; Comienza a sonar la música que ha puesto en su teléfono y se pone a vagar en la preparatoria lo que queda de la supuesta clase.

***

Las clases terminan, Arthur sale de la preparatoria, se pone a caminar lentamente hacia su casa, pero es interrumpido su camino por unos chicos considerablemente más altos que Arthur.

– Entonces tu eres el chico solitario – El chico más alto de todos, con aproximadamente una altura de 1,95 y aparentemente 18 años, es el que toma la primera palabra – Eres más patético de cómo se rumorea – El chico ríe.

– Suerte del demonio – Arthur habla entre dientes, sonriendo.

– ¿Qué? – Ahora, un chico de cabello negro pintado de azul en puntas, es quien habla – La sombra nos está retando – Él, el chico anterior y otros 3 más, ríen.

Arthur cierra sus manos en puños y truena sus dedos, luego baja sus manos y las esconde en sus bolsillos.

– Llevo solo 2 días aquí, una suerte saber quiénes son los que molestan, siempre hay personas que se desquitan en la escuela – Arthur suspira y sonríe sádicamente mirando fijamente al tipo más alto – Moléstenme, golpéenme, háganme la vida imposible, se las devolveré mucho peor – Arthur no cuida sus palabras, deja ver parte de lo que realmente es, después de todo, negaría cualquier cosa que salga de la boca de esos chicos, sin pruebas no corría peligro.

– ¿Nos amenazas? – El chico más alto ríe, no cree lo dicho por Arthur, es solo la sombra para él y sus amigos.

– Posiblemente – Arthur también ríe, se coloca nuevamente los audífonos y pone la música al tope, para sonreír como el ángel que se cree que es; uno de los tipos que faltaba describir empuja a Arthur al piso, se burla y prosigue a irse con los demás, quienes se nota que se van burlándose de Arthur – Ya va una – Arthur frunce el ceño, se levanta, sacude y se va a casa como si nada hubiera ocurrido.

***

 

Masacre 75Donde viven las historias. Descúbrelo ahora