¿Es qué ahora estaba rodeado de idiotas?
– ¿Prefieres el frío o el calor? – Preguntaba Axel a un Arthur cansado de tanta pregunta sin sentido.
– No sé Axel, no sé – Arthur suspira.
– ¿Cómo no vas a saber? – Miguel no lo cree, todos deben saberlo según él.
Es entonces, cuando, el silencio de Arthur, hace que ambos chicos, se miren y sonrían como si supieran lo que el otro está pensando; Arthur cierra los ojos y los de preguntas extrañas, desaparecen.
– ¿Te gusta el frío? – Axel, con un ventilador prendido en máxima potencia, apuntando a Arthur, pregunta sonriente.
– ¡Axel! – Arthur aparta el ventilador de su rostro.
– ¿O el calor? – Miguel, con una secadora con aire muy caliente, hace lo mismo que Axel anteriormente.
– ¡Paren! – Arthur se levanta del piso, se encontraban en la casa de Miguel, han pedido permiso para descansar entre amigos, Hash no pudo venir por ayudar en casa a su madre y los demás no eran bienvenidos – Sus preguntas son agotadoras.
– Aguanta, una última – Miguel sonriente respondió hacia la molestia de Arthur – Si todos fuéramos raros, ¿Eso sería normal?
– No sé y no me interesa – Arthur rasca su cabeza.
– ¿Has conseguido algo de Elián? – Axel pregunta al levantarse, Miguel enarca una ceja.
– No, no he podido hablar con él – Arthur suspira y deja de rascarse – Necesito tiempo.
– ¿A qué se refieren? – Inquiere Miguel.
– Arthur será una especie de espía con lo relacionado con Elián – Contesta Axel.
**************
– ¿Qué se hará al tener la información necesaria? – Arthur, al cabo de unos minutos, cuestiona a Leonardo, quien le da indicaciones a través de una llamada.
– Es buena la pregunta – Agrega Axel.
– Contraatacar – Leonardo murmura, siendo imposible que los demás escuchen.
– ¿Qué? – Pregunta Miguel y Axel al compás.
– Contraatacar – Arthur repite lo dicho por Leonardo y sonríe internamente.
– Básicamente
– Se declara la guerra – Miguel completa la frase de Axel, haciendo que este ría inconsistentemente.
**************
ESTÁS LEYENDO
Masacre 75
Mystery / ThrillerLa sociedad quiere creer que puede identificar a las personas malvadas, o a las personas dañinas, pero no es factible. No hay estereotipos. Todo el mundo interpreta un papel y nadie dice lo que, realmente, está en su mente. En el caso de Arthur Brow...