DIEZ

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JOAQUÍN

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JOAQUÍN

Contra todo pronóstico, nos hemos levantado temprano esta mañana

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Contra todo pronóstico, nos hemos levantado temprano esta mañana. Luego de la gran charla que Emilio ha tenido con mi madre, la verdad no sé qué puedo esperar de ella hoy. Jamás pensé que le diría todo lo que le dijo a Emilio, pero nuevamente, ella es mi madre, y como siempre, suele hacer cosas que nos sorprenden a todos. Bostezo nuevamente, y parpadeo un poco. Amira me mira desde su lugar en mis brazos, mientras bebe su mamila, con unos ojitos risueños. Tiene hambre, pero también tiene sueño. Es igual a mí en ese ámbito. Emilio me ha traído un pequeño desayuno hace unos minutos, pero sigo bostezando, y eso no me permite comer bien, o al menos comenzar a comer algo. Tengo demasiado sueño.

—Mi rey, trata de mantener los ojos abiertos —dice Emilio, soltando una pequeña risa. Se está terminando de arreglar en el espejo de la habitación. Se le ve muy guapo, como siempre—. Renata parecía muy ilusionada por este pequeño plan.

—No es solo eso... —respondo, volviendo a bostezar. Amira hace lo mismo—, estoy segura de que está tratando de hacer que mi madre nos trate un poco mejor. Ya de por sí, se me hace sumamente extraño que mi madre haya accedido a ir con nosotros.

—Bueno, como esa, debemos apurarnos, amor. No queremos llegar tarde. Yo también he visto fotos, y creo que será un lindo lugar para que Amira mire nuevas cosas.

Y como si entendiera a la perfección lo que significa eso, Amira abre los ojos, como despertándose por completo. Suelto una risa, y le beso las mejillas, haciéndola reír. Le doy un besito en la frente como último, y respiro profundo. Huele muy bonito. Ella aprovecha para tomar mi collar en forma de libro, y apretarlo en sus pequeños puñitos. A ella le encantan nuestros collares. Cuando Emilio la tiene en brazos, suele tomar su collar en forma de corazón, y cuando yo la tengo en brazos, toma el mío.
La acomodo bien en mis brazos, y mientras ella juega con el collar, tomo mi desayuno, para a tomarlo de a poco. Emilio nos mira desde el espejo, y yo le guiño un ojo. Suelta una risa, y continua con su trabajo diario de tratar de acomodar su cabello. Nunca digo nada, pero siempre termina igual de bien que al inicio, solo que Emilio en secreto es muy cuidadoso con como luce. Sobre todo, luego de que cada día, al salir de casa, una foto de nosotros estuviera en redes. Lo entiendo por completo.

Our Little Queen. || Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora