EPILOGO

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EMILIO:

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EMILIO:

Amira suelta una risa emocionada cuando el timbre de la casa suena, por lo que inmediatamente, sonrió

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Amira suelta una risa emocionada cuando el timbre de la casa suena, por lo que inmediatamente, sonrió. Trata de moverse como una pequeña lombriz para que deje mi tarea de terminar de ponerle los zapatos y pueda correr a ver quién ha llegado, pero le agarró ambos pies, haciendo que se recueste, y suelte otra adorable risa. Escucho la voz de mi rey en la parte de abajo, junto con el sonido de risas, y sé que debe haber llegado el primer invitado de la fiesta.

Fiesta por los tres años de Amira.

—Papi, papi, papi —murmura mi pequeña con esa pequeña voz que cada día me hace sentir maravillado, y suena igual de emocionada que Joaquín cuando comenzó a organizar todo para este día. Mi rey siempre se emociona inmensamente cuando llega algún cumpleaños de Amira. Termino de amarrar bien su zapato, con mucho cuidado para que no se le salga cuando esté corriendo por toda la casa, como siempre hace—. ¿Ya? ¿Ya?

La tomó de los bracitos para poder pararla sobre la cama, y hago una cara de fingida observación mientras miro lo que lleva puesto. Ella sonríe y levanta los bracitos para que pueda verla bien. Tiene un vestido largo, que le llega casi hasta los tenis blancos, color amarillo, el cual es su color favorito, y está lleno de brillos por todos lados. Sus pequeños rizos marrones caen por todos lados de su cabeza, reacios a acomodarse, pero la corona que porta hace que eso no importe.

Sus tenis prenden luces blancas cuando camina, como casi todos sus zapatos, ya que Amira verdaderamente ama los colores brillantes, dice que le recuerdan a nosotros, y un pequeño collar de perlas descansa sobre su cuello, terminando su atuendo. El atuendo que ella escogió para este día.

—Perfecta, mi Reina —le digo, lo que la hace reír emocionada, y sentarse de un brinco en la cama, para después bajar rápidamente al suelo, y salir corriendo al pasillo—. No corremos en las escaleras, Amira, lo sabes bien —le recuerdo, ya que suele olvidarlo cuando está demasiado feliz, como es este caso. Sin embargo, es una niña muy obediente, así que cuando miro por la puerta de la habitación, la encuentro bajando las escaleras, una por una, con sumo cuidado, y sonrió.

Our Little Queen. || Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora