Capitulo 2

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–Déjalos, que la destruyan. –Dije con naturalidad.
–¡No! ¿Tú eres Tessa cierto? –Dijo Damiano.
–Sí ¿Tú quién eres? –Contestó Tessa con cara de confusión.
–Soy Damiano, el guardia de tu amiga. Ayúdame a detener esto, por favor.
–¿Qué hago? –Me dijo Tessa.
–¿Tienes que pedirle permiso? ¡Por Dios! Yo lo haré –Dijo Damiano y se fue.
–¿Qué te parece, Tessa? ¿Apoco no está como quiere el niñero?
–Se ve realmente molesto.
–Más molesta debo estar yo por todo lo que me ha pasado esta noche, y en vez de deprimirme lo estoy festejando. Vamos por unos tragos. –Nos dirigimos a una de las barras, habían tubos de strippers sobre ellas. Me tomé un tequila y subí.
–Marlena ¿Qué haces? Dijiste que los tubos son para necesitadas. –Me dijo Tessa.
–Lo es, amiga. Pero esto matará a Damiano, quiero verlo combulsionar de la furia. –Reí.
–Este chico no sabe en lo que se metió, pobre. –dijo Tessa.
–¡Súbele a esa música! –Comencé a bailar eróticamente en el tubo mientras todos gritaban y me aplaudían alrededor. A los minutos llegó Damiano con cara que había visto un fantasma.
–¡¡Marlena!! ¡¡Baja de ahí ahora mismo!
–(Me fingí ebria)– Ni lo sueñes, papasito ¡Estoy en la cumbre! –Comencé a gritar como loca y a empinarme botellas de vodka.
Damiano me haló de las piernas y caí sentada en la barra. Luego me tomó de la cintura y me cargó. Caminó hasta arriba y entró a una habitación, habían dos parejas haciendo de las suyas.
–¡¡Largo!! –Dijo muy furioso.
Todos se fueron y él me acosto en la cama. Era un buen momento de seducirlo, ya le traía ganas.
–¡No puedo creer todo lo que hiciste! O sea sí, no es raro de ti, pero ni siquiera estabas presente. Nos fuimos una hora, una simple hora por una película, ni siquiera te dejé sola un segundo y armas todo esto. Tienes un nivel de inteligencia malévola impresionante. –Me dijo con una mirada fulminante.
–Acércate. –Me fingí borracha.
–Mira nada más, ya estás ebria. –Se acercó a mí. Yo lo tomé del cuello y lo acerqué a mi rostro.
–Sabes algo, me encantas. No puedo evitar este gusanito pervertido en mi cabeza que se me activa estando sola contigo en una cama.
–Estás loca, no sabes ni lo que dices. –Se levantó pero lo detuve tomando su mano.
–¿No te quieres divertir un ratito conmigo?
–Estas ebria, jamás te pondría un dedo encima en ese estado.
–¿Y si no lo estuviera? –Damiano sonrió.
–Eres una niña muy loca. –Tomó su teléfono y salió de la habitación.
Me levanté y me dirigí hacia la puerta para salir, pero estaba con llave por fuera.
–¡M@#$%! No es tan tonto como pensé, pero no contabas conmigo –Me dirigí a la ventana pero tambien tenía la seguridad puesta.– ¡Idiota! –Grité molesta.
Minutos despues escuché gritos, balazos y parecía una corrida de caballos, me asusté. A los minutos Damiano entró con Tessa, me lancé al suelo.
–Está ebria. –Dijo Damiano.
–Pobrecilla. –Contesto Tessa y se sentó en el suelo y puso mi cabeza en sus piernas.
–¿Pobrecilla? Esta niña es el demonio encarnado.
–No digas eso, sólo es víctima de las fiestas. –Le dijo Tessa mientras se aguantaba la carcajada.
–Ya llamé a sus padres y les conté todo. Dále un café cargado, una bofetada, échale un balde de agua fría ¡Lo que sea! Llamaré al servicio de limpieza para que arreglen el desastre que está hecha esta casa. –Dio un portazo y se fue. Abrí los ojos.
–¿Ya se fue? –Me senté.
–Sí, le sacaste las canas verdes. Llamó a tus padres y les dijo todo, te viene duro.
–Para nada. Mis papis no me harán nada, todo lo culparán a él por permitírmelo.
–Él no te lo permitió. Trató de evitarlo pero contigo nadie puede. –sonreímos.
–Para que le quede claro a mis padres y al mundo entero que no existe quien pueda conmigo y que nadie me controla más que yo misma cuando así lo deseo.
–¿Eso crees? –Entró de repente.– ¿Cómo te sientes?
–(Fingiendo)– Me duele la cebeza y el cuerpo ¿Quién me dio de agazajos?
–Muy fina ella, Tessa ¿Cómo la soportas?
–Ya me acostumbre a sus expresiones. –Contestó Tessa.
–Tú lo que necesitas son un par de nalgadas, niña malcriada. –Me dijo Damiano mirándome a los ojos.
–¿Quién me las va a dar? ¿Tú?
–No tienes tanta suerte. –Me dijo y me levanté y quedé frente a él.
–Esto sólo fue una probadita de lo que puedo hacer, así que por tu bien te aconsejo que no te vuelvas a meter conmigo. –Le dije desafiante.
–Ya le hablé a tus padres, estás en problemas.
–Uy pero que malote. Me acusaste con mi mamá, mira como tiemblo. No sabes el poder que puedo ejercer sobre la gente.
–Eso está por versé. –Se acercó a mi rostro invadiendo todo lo que puede llamarse espacio personal.
–Marlena, Damiano, Tessa. Ya llegamos. –Dijo mi mamá, venía de abajo.
Damiano sonrió maléficamente. Bajamos por las escaleras, la casa estaba como si nada hubiese pasado.
–Recibimos la llamada de Damiano, estás en problemas jovencita. –Dijo mi papá.
–¿A qué se refieren? He estado en mi habitación toda la noche. –Conteste.
–Eso no fue lo que Damiano nos dijo.
–¿Y qué fue exactamente lo que Damiano les dijo? –me crucé de brazos.
–Hiciste una fiesta que estuvo a punto de destrozar la casa.
–¿Una fiesta? ¿La casa destrozada? ¿Es en serio? –di una carcajada– ¿Tessa tu sabes de alguna fiesta? –la miré insinuante.
–Para nada, estábamos arriba viendo la película contigo. –sabía que podía contar con ella.
–¿Damiano? –Dijo papá.
–Señor, no lo hubiese llamado si en verdad no fuera una emergencia, su hija está fuera de control.
–Sólo que no me agrades no significa que voy a destruír la casa de mis padres y mírala, está intacta. No sé de qué fiesta me hablas. –''Tonto, debió dejar la casa como estaba si quería que mis padres le creyeran''.
–Entonces ¿No hiciste ninguna fiesta? –Dijo mi papá mirándome fijamente.
–Nunca te mentiría. –Le contesté.
–Entonces ¿No eras tú quien bailaba en el tubo de una barra? –Miré a Damiano.
–No debiste haberme dicho que habían cámaras grabando. –Sonrió.
–¡Mira, idiota! No sé quien te has creído tú para...-Me iba a acercando a él amenazante y muy furiosa.
–¡MARLENA! ¡Cálmate! –Me detuvo mi papá.
–¡Sólo quítenlo de mi vista! No quiero volver a verlo en mi vida. ¡Papá!
–Marlena. Sé que siempre te decimos que una más y tomaremos medidas drásticas y nunca lo hacemos, pero esta vez es diferente. –Dijo está vez mi mamá.
–¿Y qué harán? –Me crucé de brazos.
–Enviarte a un internado. –Dijo papá.
–¡¡¡Qué!!! –Dijimos Tessa y yo al mismo tiempo.
–Señor, usted no puede hacer eso. ¿Qué voy a hacer yo sin ella? –Dijo Tessa.
–¡Pero que dependencia sicológica tan enferma tienes con Marlena! –Dijo Damiano.
–Ella es mi mejor amiga y la defiendo con uñas y dientes. –Tessa dijo molesta.
–No querrás estropearte la manicura. –Se burló.
–Dime que no te burlaste de ella, idiota. No sabes las amistades que tengo yo, puedo hacer que te asesinen. –Le dije a Damiano furiosa.
–¡¡Marlena!! ¿Tienes amigos criminales? –Dijo mi madre.
–Era un decir. –Fingí.- Papi, no me puedes mandar a ningún internado ¡Qué horror!
–Tranquila amiga, no lo permitiré. –Me dijo Tessa.
–Lo siento, Tessa. Hablamos con tus padres y están deacuerdo con esto y los cuatro tomamos la desición. Ambas iran a un internado. –Dijo mamá.
–¿Qué? Mis padres no me harían eso.
–Es por tú bien, querida. Sabemos que eres una gran chica, y una gran persona y por eso mismo queremos lo mismo para tí y para Marlena. Sólo será un tiempo, una vez que ambas estén curadas de su obsesión por la vida nocturna podrán volver a juntarse. –Le contestó mi madre.
–Yo no puedo ir a un asqueroso internado. –dijo Tessa.
–Mucho menos yo ¡No me pueden estar haciendo esto! –Miré como Damiano tapaba su sonrisa con su mano– ¡Y tú deja de reírte, imbécil!
–Te amamos hija, pero es por el bien tuyo y de Tessa. Sabemos lo que tenemos y queremos ayudarte, además eres muy mala infleuncia para Tessa. No queremos separarte de ella pero debemos hacerlo. –Dijo mamá.
–¿Cómo que separarnos? –dije.
–Tessa y tú no irán al mismo internado. Ambas cuando están juntas son capaces de muchas cosas y capaz y torturan a la directora del internado y liberan a todas las internas del reformatorio. –Dijo está vez mi padre.
–¿Reformatorio? –Contesté. Estaba impactada.
–Lo necesitan...así que por eso las mandaremos a internados reformatorios de muy buen prestigio y exclusivo para mujeres.
Marlena tú irás al mejor internado de Roma y Tessa al mejor de Milán. No estarán tan lejos.
–¿Milán? Lo siento, tengo que irme. Debo hablar con mis padres. –dijo Tessa.
–Ni te apures, que ya estamos aqui. –Entraron los padres de Tessa.
–Papá, mamá, díganme que es una broma. –dijo casi llorando.
–Todo lo contrario, tienen toda la razón. Esto es demasiado, no queremos que ustedes dos dejen de ser amigas por la gran amistad que tienen ambas familias desde hace más de 25 años, así que es lo mejor para ustedes. Irán al reformatorio. –Contestaron sus padres.
–¡Maldición! ¡Esto no puede ser! ¡Todo esto es culpa tuya! –Apunté a Damiano.
Damiano reía como loco.
–Te lo advertí. –contestó él.
–¿Lo escucharon? Todo esto lo planeó él para hacerme la vida imposible. –Dije desesperada.
–Él no dio la idea, pero si la oportunidad. –Contestó mi mamá.
–¿A qué se refieren? –Dije.
–Que irás al reformatorio en Roma, el más costoso y estricto de Europa, igual Tessa pero de Milán...-pausó papá.
–¿Y? Sé que hay algo más...¡Dilo de una vez! –Dije.
Ambos padres suspiraron.
–Es el internado en el que Damiano es el guardia principal.–dijo mi madre.

NIÑA MAL [Damiano David]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora