–¿Y qué ya es hora de alguna convivencia o actividad? –Dije.
–Hora de dormir. –Contestó Andy.
–¿De dormir? ¡Pero si nisiquiera ha oscurecido! –Bufé.
–Claro que si, hay que dormir ya...Damiano vendrá en cualquier momento a la revisión. –Dijo Allie.
–¿Por qué si Damiano hace la revisión, ayer vino su mamá? –Pregunté.
–Por ti. Quiere ver si no te habías escapado. –Dijo Jude.
–¡Por favor! Si quisiera escaparme, ya lo hubiera hecho. –Contesté.
–No es tan fácil como crees. –Dijo Andy.
–¿Qué me dan si logro escaparme del internado esta noche? –Dije.
–Te damos un bolso Versace cada una cuando salgamos. –Dijo Jude.
–Trato hecho. –Respondí.
Sonó la puerta y al instante se abrió; Damiano entró.
–¿Por qué no se han vestido? –Preguntó Damiano.
–En eso estábamos. –Dijo Jude.
–Es que me secuestraron hace rato y me dejaron tirada en un extremo del internado. –Dije.
–Debiste haber hecho algo malo para que te dejaran ahí. –Dijo Damiano.
–No pensé que esa persona esperara que no hiciera algo malo. –Dije.
–Vístete, es hora de dormir. –Dijo y se volteó.
–No.
–¿Qué dijiste? –Se volteó hacia mí.
–No tengo sueño, no soy gallina para dormirme a estas horas. –Le contesté.
–Las reglas de este internado es que a las diez de la noche las internas deben estar dormidas. –Dijo.
–Las reglas tambien dicen que no se le puede decir la hora a las internas y tú lo acabas de hacer; así que al parecer ambos las romperemos. –Dije.
–Buenas noches. –Salió por la puerta.
–Idiota. –Bufé.
–¿Cómo lo haces? –Preguntó Allie.
–Siempre lo trato así. –Respondí.
–Me refiero a...como haces que te mire así. –Dijo Allie.
–¿Así como? –Pregunté un poco confundida.
–Con...¿ternura? –Dijo Andy.
–¡Ja! Ese no tiene ternura. –Dije.
–Es en serio chicas, debemos dormirnos. –Dijo Andy.
–No no no. Tenemos un trato y ustedes deben ser testigos de que lo cumplo. –Contesté.
–¿Cómo harás para escaparte? –Dijo Andy.
–Damiano me ayudará. –Dije.
–Imposible. –Dijo Allie.
–Ya regreso. Tenganme listo un abrigo. –Salí de la habitación, vi que Damiano entró a la habitación de Leigh, corrí hasta ahí y me pegué a la puerta para escuchar lo que decían.
Leigh: –¿Cómo estas, Damiano?
Damiano: –Muy bien. Hora de dormirse, chicas.
Kristy: –Damiano ¿A dónde te llevaste a Marlena en la cena?
Estúpida, nadie se dio cuenta que Leigh te dijo que le preguntaras eso, si como no.
Damiano: –Debía preguntarle unas cosas.
Alana: –¿Qué cosas?
Damiano: –Deben dormirse ya.
Leigh: –Antes quiero preguntarte algo.
Damiano: –Dime, Leigh.
Leigh: –¿Aún me quieres?
Pobre desesperada, tus verduras son las que te quieren.
Damiano: –Leigh, no es el momento de hablar sobre eso.
Leigh: –Sólo es una sílaba, no es tan difícil hacerlo.
Damiano: –Sí te quiero.
Maldita hija de @#&%
Leigh: –¿Me das un beso?
Bésala y verás, David.
Damiano: –Sí mi Leigh. –Escuché su beso.
Muy bien Damiano David...¿así quieres jugar?
Escuché los pasos de Damiano y me alejé de la puerta, justo cuando la puerta se abrió yo caminaba en dirección contraria cabizbaja.
–¿Marlena? –Dijo Damiano.
Siempre fui una actriz nata, así que fingí unas lágrimas.
–¿Damiano? –Me volteé.
–¿Por qué lloras? No me digas que me escuchaste con Leigh. –Dijo.
–¿Escucharte? ¿Leigh? ¿De qué hablas? –Me fingí confundida.
–De nada. ¿Dime qué te pasa? –Dijo.
–No...no es nada. –Dije cabizbaja.
–Puedes contarme, anda. –Contestó.
–Pero es que debo ir a dormir. –Me volteé y sonreí a espaldas.
–Si quieres platicamos en nuestra...mi habitación.
–¿En serio?
–Claro. –Dijo, se miraba preocupado.
–Sólo déjame ir a decirle a las chicas, no quiero que se preocupen por mí.
–Mejor no les digas.
–Pero si no les digo podrían ir a buscarme, tu madre las hallaría y nos encontrarían. –Dije.
–Está bien, ve...aquí te espero. –Contestó.
Corrí hasta la habitación, las chicas estaban sentadas en una cama.
–¿Qué pasó? –Dijo Jude.
–Luego les explico. Necesito que hagan algo por mí. –Dije.
–Lo que sea. –Contestó Jude.
–Necesito que hagan que Leigh vaya a la habitación de Damiano pero sin que él la mire.
–¿Cómo haremos eso? –Preguntó Allie.
–Yo sé como ¿En cuánto tiempo? –Contestó Jude.
–Manténganla entretenida afuera, una de ustedes esté vigilándome y yo le haré una señal para que la asomen. –Contesté.
–Lo tenemos, véte.
–Nos vemos. –Dije.
Salí de la habitación fingiendo tristeza y me encontré a Damiano.
–¿Se durmieron? –Preguntó.
–Sí, ya estaban acostadas. –Contesté.
–Vamos. –Me tomó de la mano y me guió hasta su habitación.
Me senté en el fondo de su cama para quedar frente a la puerta, él se sentó de espaldas a ella.
–Ahora sí, dime. –Dijo.
–Extraño a Tessa, a mis padres y a Dylan. –Dije.
–¿Dylan es hermano tuyo? –Preguntó.
–Es mi ex novio.
–¿Tú qué? ¿Y cómo que lo extrañas? –Dijo.
–Me partió el corazón, lo encontré con otra chica pero aún lo quiero. –''Ay, Damiano una cucharada de tu propio chocolate''.
–¿Por qué nunca me dijiste sobre él?
–No tuve la oportunidad. –Dije.
Miré por la puerta, Jude se asomaba y me sonrió, yo disimule.
–Damiano ¿Qué piensas de Leigh?
–Que es muy agradable, tal vez si quiero estar con ella luego de que salga. –Respondió.
–Claro. –Dije cabizbaja.
–¿Acaso te afecta eso?
–¿Me darías un abrazo?
–¿Es enserio? –Dijo.
–¿Sabes qué? Olvídalo todo, me largo. –Me levanté y me dirigí hacia la puerta.
–Espera... –Me detuvo. Yo me hice atrás de él para quedar frente a la puerta, él se volteó.
–¿Qué? –Dije.
–¿Por qué te pones así? Tú puedes estar con Dylan y yo con Leigh.
–No quiero estar con Dylan.
–¿Y con quién? –Preguntó.
–No lo sé...bueno tú estás con Leigh así que no lo sé...–Miré a la puerta y troné mis dedos, Jude se fue y Leigh se asomó.
–Leigh no me importa tanto, es más algo por compromiso, estoy abierto a nuevas personas pero es que ella es muy insistente, ahorita me hizo darle un beso, no quería problemas con ella así que se lo di pero la verdad con ella no creo volver a tener nada. –Me respondió.
–¿Qué dijiste? –Entro Leigh.
–Leigh ¿Qué hacías escuchando? –Dijo Damiano.
–Por Dios, Leigh. Eres una chismosa. –Dije.
–No te hagas, tú le dijiste a Jude que viniera a ver. –Me dijo.
Los tres salimos de la recámara.
–Yo no veo a Jude por ninguna parte. –Dije.
–Estaba aquí hace un segundo. –Dijo Leigh.
–¿Leigh, estás inventando? –Dijo Damiano.
–Damiano te juro que no. –Contestó ella.
–No deberías estar despierta a esta hora, te mereces un castigo. –Dije aguantando la risa.
–Y tú no deberías estar en la habitación de Damiano.
–corrección. No se puede estar fuera de las habitaciones sin supervisión; yo estoy con Damiano ¿Tú con quién? –Dije.
–Damiano, ¿Qué hacías con esta estúpida? –Le reclamó.
–Leigh, respeto por favor y vete a tu habitación. –Ordenó Damiano.
Leigh se quejó y se fue a su habitación.
–Sé lo que hiciste. Odio que me utilices, a partir de ahora se acabó tu amigo, no daré más mi brazo a torcer por ti, pensé que comenzábamos a ser amigos. –Me dijo Damiano.
–¿Por qué le crees? –Dije.
–¿Crees que soy idiota? Miré a Jude mientras corría. Vete a tu habitación. –Respondió.
Entró a su habitación. Bien Damiano, quieres quedarte con ella perfecto. Me fui a mi habitación, las chicas me preguntaban de todo, yo sólo me acosté, apagué las luces y todas se durmieorn, yo me debatía en mi mente. No podía ser esto posible, no podía con todo a la vez. Sin Tessa me debilitaba, a pesar de que era yo quien planeaba todo sin ella no me salían tan bien las cosas, debía hacer algo. Tenía que salir de ahí, debía conseguir que me expulsaran, debía romper todas las reglas habidas y por haber y salir de ese maldito internado, me levanté y encendí las luces.
–¿Qué haces? –Dijo Jude.
–Me fugo, asegúrense que la directora se de cuenta. –Dije.
–¿De qué hablas? –Preguntó Andy.
–Me ganaré tres Versace y saldré de aqui pronto, le dicen a la directora que no estoy dentro de media hora. –Contesté.
Tomé la chaqueta y me escabullí por todo el internado, salí por una ventana y llegué al gran muro que separaba los internados, subí por un árbol y me tiré al enorme muro, había guardias del otro lado así que caminé sobre el muro unos metros hasta perderlos de vista, estaba muy alto y si me tiraba iba a hacer mucho ruido así que me quité la ropa, la até al árbol y me resbalé por ella hasta cruzar el muro. Una vez dentro me infiltré por una ventana y subí las escaleras, abrí cualquier dormitorio y encendí la luz...cuatro chicos se levantaron y me miraron asombrados.
XxX: -¿Nos están asustando?
XxX: -¿Eres un fantasma?
–No sean imbéciles, vengo del internado de chicas. –Dije.
XxX: -¿Cómo cruzaste?
–Eso no les importa, vengo a decirles que mañana habrá una fiesta en mi dormitorio, habrán chicas, bebidas y música. Avísenle a todos los que puedan. –Ordene.
XxX: -Estás en ropa interior.
–¡No me digas! –Rodé los ojos.
XxX: -¿Cómo llegaremos hasta el internado de chicas?
–Pasaremos una sábana por el muro, hay una zona fuera de la vista de los guardias, subirán por ahí...deben esperar que haya suficiente gente en la reunión social, no le digan a nadie que pueda delatarnos. –Dije.
xXx: -¿Te quedas a dormir?
–Lo haría con gusto pero...en breve vienen por mi.
XxX: -Soy Nate.
XxX: -Bryan.
XxX: -Chris.
XxX: -Andy.
–Como mi amiga...yo soy Marlena.
–¿Quieres sentarte? –Dijo Chris.
–Claro. –Me senté en una cama. Todos me miraban asombrados, se notaba que tenían tiempo de no ver a una chica.– ¿Puedo tocar tus abdominales?
–Claro. –Dijo Nate y toqué todos sus abdominales marcados.
–Eres la primera chica en arriesgarse a venir. –Dijo Andy.
–Lo sé, soy única. –Respondí.
–Tienes lindas piernas. –Me dijo Bryan.
–Y tú lindos boxers, mira como se abultan cuando me miran. –Todos comenzaron a burlarlo.
–Eres muy sexy. –Dijo Andy.
–¿Pueden traer más chicos? Necesito suficiente culpa. –Pedí.
–Llama a los de enfrente. –Dijo Nate.
Chris se levantó y salió de la habitación, más chicos llegaron y todos me miraban con ese deseo que los carcomía por dentro.
Los chicos me hacían bailes exóticos se quitaban la ropa, me hacían darle nalgadas, todo era una locura total cuando abrieron la puerta mientras uno masajeaba mis pies y otro mis hombros...Eran la directora, Damiano y otro hombre...ups!
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NIÑA MAL [Damiano David]
FanfictionLas fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. Mi nombre es Marlena Pagani y a mis cortos 17 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y vivien...