–¡Señorita Marlena! ¡¿Qué significa esto?! – Gritó la directora.
–Es una fiesta, Simonetta ¿Viene a unirse? –Me levanté.– Miré le presento a Chris, está buenote, se lo recomiendo. –Me acerque a su oído y susurré.– La tiene bien grande.
–¡Pero que irrespeto! –Dijo la Directora.
–Estoy muy decepcionado de ustedes, muchachos. –Dijo el hombre.
Era un tipo alto, ojos cafes, cabello castaño, se parecía mucho a Damiano.
–No puedo creer que hayas llegado a esto. –Me dijo Damiano mirándome con decepción.
–Ay, pero que culpable me siento. –Dije sarcástica.
–Franco, ocúpate de estos chicos, yo me llevaré a Marlena. –Al parecer él era el director.
–Sí, cielo. –¿Escuché bien? ¿Cómo le dijo?
–Salga por favor. –Se apartó para darme lugar, yo me volteé hacia los chicos.
–Me voy amores pero no olviden lo que les dije, no me fallen. –Les dije.
–¿No te fallen en qué? –Preguntó la directora.
–Directora por favor ¿Qué en su internado no le han enseñado que no se debe andar husmeando en los asuntos ajenos? –Dije.
–¡A mi madre no le hablas así! –Gritó Damiano.
–Mucho menos tú así a mí, así que vete ubicando, candadito. –Le dije.
–¿Candadito? –Preguntó Damiano.
–Sí, que te las quieres dar de cerrado y cualquiera que te mete la llave te abre. –Respondí.
–Mira niñita... –Intentó decir.
–¡Damiano, basta! No le sigas el juego. Marlena sal por favor. –Dijo la directora, y salí.
–Tranquilo, hijo. –Dijo el director y le puso la mano en el hombro a Damiano.
–Sí, papá. –¿Papá? Gran concepto tienen de mi los suegros ¿Suegros? ¿Qué tonterías pienso?
Me fui con la directora, Damiano se quedó con su al parecer padre. Salimos por la puerta principal del internado de chicos, estábamos más cerca de lo que creí del internado de mujeres. Subimos hasta las habitaciones, ahí estaban todas las internas murmurando.
–¿Qué hacen despiertas? ¡A sus camas todas! –Ordenó la directora.
Todas salieron corriendo entrando a las habitaciones, entramos a la habitación; ahí estaban las chicas, todas fingiéndose dormidas.
–Duerme, mañana te reportas a mí oficina después del desayuno, ya es muy tarde para regaños y castigos, buenas noches. –Dijo la directora y se fue.
Inmediatamente todas las chicas se levantaron y me rodearon.
–¿Qué pasó? ¡Cuéntanos todo! –Dijo Jude.
–¿Cruzaste? ¿Viste chicos? ¿Tocaste alguno? –Preguntó Allie.
–Tranquilas, muchachas. –Dije.
Les conté todo lo que había pasado, al final quedaron sorprendidas, al fin me dormí bromeando en la misma cama con Jude, me llevaba muy bien con ella.
A la mañana siguiente nos alistamos y bajamos a desayunar.
–¿Sigue lo de esta noche? –Preguntó Andy.
–¡Claro que sigue! ¿Ya corrieron la voz? –Dije.
–Claro, no puede ser posible que nos echemos para atrás. –Contestó Allie.
–Eso es imposible, vienen los chicos. –Dije.
Damiano y su madre se sentaron en la mesa frente a nosotras, Damiano me fulminaba con la mirada. Tomé uno de los palillos de pan que nos habían servido y comencé a lamerlo, lo metía y lo sacaba de mi boca, simulando...ya saben qué. Damiano sólo rodó sus ojos, yo solté una carcajada.
–Lo estás torturando. Se le ve en los ojos que mataría por que ese palillo fuera su... –Dijo Jude.
–¿Su qué? –Dije riendo.
–Eres malvada. –Dijo Andy.
–Pregúntale a tu ex novio quién es la malvada. –Le respondí.
–Ni me lo recuerdes, sangraba como vaca degollada. –Dijo Andy.
–¡Qué asco, Andy! –Le gritó Allie.
–¿Y no has vuelto a ver al cura? –Pregunté a Allie.
–Gracias al cielo no. Ni me gustaba.
–Con ustedes me siento en mi charco, pero me hace falta Tessa. –Dije.
Sonó el timbre.
–Suerte con la directora. –Me dijo Andy.
–¿Acaso voy a jugar póker con ella? No pienso ir a su oficina. –Bufé.
–¿Y a dónde? –Preguntó Jude.
–Las bebidas no se comprarán solas. –Conteste.
–¿Y cómo cargarás de regreso esas cosas? –Preguntó Allie.
–Esto es lo que haremos: Subiré por el árbol gasta el muro, ataré una soga que irá directo en descenso hasta nuestra habitación ¿Sabes cuál es la señal del espejo, no? –Dije.
–Sí, la que se hace con el sol. –Contestó Jude.
–Correcto. Cuando regrese lanzaré los paquetes por la soga y ustedes los recibirán en la habitación. –Les dije.
–¿Segura que podrás entrar y salir sin que te vean? –Dijo Jude preocupada.
–Por favor, ayer lo hubiera logrado si tú no me hubieras delatado, pero bueno, todo era parte del plan. –Dije.
–¿Estás segura que quieres que te expulsen? –Preguntó Jude.
–Eso es tan cierto como que a Damiano se le paró con lo del palillo de pan y de que las bubis de Leigh son implantes. –Todas rieron.
–Pervertida. –Dijo Jude.
–Realista, Thirwall. –Contesté.
Jude se fue a la sesión de tenis, yo caminé por el salón principal pero por desgracia me encontré a mi peor pesadilla....la Perreigh.
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NIÑA MAL [Damiano David]
FanfictionLas fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. Mi nombre es Marlena Pagani y a mis cortos 17 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y vivien...