–Como escuchaste. Tu querida mami ya sabe que me dejaste... –Hice un sonido presionando mis labios. –Hasta donde ni el jabón me limpia.
–¡No puede ser! –Se levantó. –Tú no tienes los resultados.
–Cuando salí huyendo fui a la clínica por una copia, se la mandé por fax a ambos internados marcado como urgente igual que a mi papá...¡ah! se me olvidó al noticiero, pero no te preocupes que mañana lo hago.
–¡No! ¡Esto no puede ser! Mi madre no se puede dar cuenta.
–Damiano, un hijo no se niega y además tarde o temprano se iba a dar cuenta.
–¿No entiendes la gravedad del asunto? ¡Tú no estás embarazada! –Gritó.
–¿De qué hablas? La prueba decía...
–¡La prueba es falsa! Le pagué al hombre para que fingiera que saliste embarazada.
–¡¡Que!! ¿Por qué lo hiciste?
–Por haberme engañado tú primero, para que supieras lo que se siente...pero lo arruinaste todo al decirle a nuestros padres ¡Me matarán
–¡¡Entonces no andes haciendo idioteces!! ¿Cómo se te ocurre hacerme una broma a mí? Eso es suicidio. –Dije.
–¡Pero como se te ocurrió contarle algo así sin decirme!
–¿Qué querías que hiciera? Yo creí en serio que no te habías protegido.
–¿Qué no me había protegido? ¿Tan imbécil me crees? –''Lo suficiente para creerte esto'' Pensé.
–¡Es que eres un idiota, eso te pasa por ponerte a jugar a las bromas con una niña!
–Debo llamar a mi madre.
–Hazlo. –Dije.
Damiano tomó su teléfono y marcó.
–Hola, mamá ¿Cómo estás? ¿Ya leíste los faxs?...Mamá, necesito explicarte lo que leíste no es cierto, Marlena no está embarazada, nunca lo estuvo. Lamento en serio haber tenido relaciones con ella pero ella no está emba...
–¡Ah, olvidaba una cosa! Lo del fax es una broma también. –Sonreí, Damiano quedó paralizado, el teléfono resbaló por su mejilla y cayó al suelo, yo alcé una de mis cejas.
–¡¡Voy a matarte!! –Se lanzó sobre mí.
–¡Damiano, no! ¡No abuses de mí! ¡Auxilio! –No había cortado el teléfono su madre seguía escuchando.
–¡¡Cállate!! –Dijo Damiano.
–Tú mami sigue escuchando.
Damiano se levantó y tomó el teléfono.
–Mamá. Nada de lo que dije es cierto, luego te explico, debo encargarme de un asunto, no te preocupes, confía en mí si. Adiós. –Colgó y me miró fulminante.
–¡Ta-dah!
Damiano se lanzó sobre mí, se sentó en mi cadera y presionó sus manos con las mías contra la cama.
–¿Te crees muy lista, no? ¿Muy graciosa y bromista? –Me dijo.
–¡Todo es tu culpa!
–¿Mi culpa? Tú fuiste quien llegó a arruinar mi vida.
–¿Yo arruiné tu vida? Para comenzar tú fuiste quien llegaste a mi casa y se ofreció a llevarme a un internado. Y aparte quien arruinó la vida a quien fuiste tú a mí alejándome de mi casa, mi vida y mi mejor amiga.
–No niegues que una parte de ti se quería ir conmigo al internado. –Dijo.
–Jamás en mi vida deseé estar cerca de ti, entre más lejos esté de ti mejor para mí. No te soporto, no soporto tus reglas tontas, tu forma tan agria y recta de la vida.
–Se llama orden y disciplina.
–¿Pero qué rayos? Maldita sea, Damiano ¿Cuántos años crees que tienes? Diecinueve nada vividos años.
–Para tu información he vivido mis diecinueve años muy bien, como me gusta.
–Encerrado en un internado cuidando mujeres bajo la supervisión de tu madre, vaya vida. No has disfrutado nada, sino dime ¿Cuantas chicas han estado en tu vida? ¿Cuántas novias has tenido? ¿Cuántas veces has salido a una fiesta, y no, no me refiero a un reventón striptease de borrachos, sino a una reunión a charlas con amigos que no sea dentro del internado? ¿Tan siquiera tienes amigos? ¿Un amigo? ¡¡Responde!! Diecinueve años sin un mejor amigo, ni siquiera conocidos agradables de tu edad con quien conversar ¿Eso te parece una gran vida? Comenzando sólo con eso puedes figurarte que tan vivida la tienes. Acéptalo, vives la vida de un anciano, un viejo aguado que ya no tiene ánimos de levantarse cada día y hacer algo nuevo. Esta maldita vida sólo es una vez como para vivirla encerrado bajo las faldas de tu madre de cuidador. Y acepta una maldita cosa...Yo te encanto, y no sólo por mi físico. Te vuelvo loco, amas ver como me rebelo ante todo, mi creatividad para jugármelas con todo y todos, como salirme con la mía, las experiencias que vivo, lo que imagino, la controversia que hago en la vida de los que me conocen porque tú quisieras hacer lo mismo, por dentro mueres por portarte tan mal como yo. Todo lo bien que te has portado en estos diecinueve años quieres mandarlos al cuerno y comenzar a vivir, pero por muy macho y estricto que dices ser tienes miedo, miedo a vivir la vida a sentir y conmigo comienzas a hacerlo y es por eso que no me has mandado al demonio a arruinarle la vida a otro. Amas como pongo tu sangre a combustión, los dolores de cabeza que te doy, como te pongo los pelos de punta cada vez que hablo, que hago algo o simplemente verme en silencio mientras tratas de descifrar lo que estoy tramando, es como un juego para ti, uno muy excitante que vives escondido. Acéptalo, Damiano. Mueres por sentir la adrenalina corriendo por tus venas y eso sólo pasa cuando estás conmigo.
Damiano se levantó y salió de la habitación, yo me senté en la cama. Damiano había dejado el teléfono en el suelo, yo lo tomé. Marqué a su madre.
–Damiano ¿Qué pasa? Me tienes preocupada. –Dijo la Directora.
–No tienes porqué, disculpe. Lo que pasa es que le jugué un par de bromas a Damiano y él la llamó para confesárselas a usted, le tiene mucha confianza y es muy cumplidor con lo que le ordena. Ahorita está muy enojado por lo que le hice, y sobre que tuvimos eso, no es cierto, sólo le hice creer que así fue para darle dolor de cabeza, no se preocupe, Damiano es demasiado simple y respetuoso para mi.
–¿No hay problema? –Dijo ella.
–Bueno, está hablando conmigo, no espere que me comporte como una niña bien. Pero Damiano me está controlando demasiado como para salirme con la mía ¿Sabe cuando regresamos de nuestro castigo por la fiesta?
–¿Por qué quieres saberlo? –Dijo la Directora con desconfianza.
–Extraño a Jade. Por lo menos estaba con ella en el internado y no aquí con el aburrido de Damiano.
–Ella volverá en unos días, tú hasta que aprendas a no poner a las internas en revolución.
–¿Cómo consigo probar eso? –Le pregunté.
–Cuando Damiano lo considere así.
–Está bien. Gracias y pase buenas noches, no se preocupe por nada, Damiano me controla bien.
–¿Por qué le dijiste eso a mi madre? – Damiano se acercó.
–¿De qué hablas?
–¿Por qué me excusaste? No me desprestigiaste con ella.
–Porque estas sólo son bromas, juegos. No quiero arruinar tu vida por completo, sé cuanto significa para ti este empleo y demostrarle a tu madre lo capaz que eres, también tengo alma ¿O qué creías? –Sonreí.
–No me digas que ahora tienes sentimientos. –Dijo él.
–No, no te equivoques. Yo todo lo que hago lo hago por algo, no ando acabándole la vida a todo el mundo sólo porque si, sólo lo hago cuando quiero algo, es parte un plan o quiero vengarme o algo así. Todo que tenga un propósito para mí. –Respondí.
–Apenas tienes diecisiete y eres tan inteligente, tienes una mente que maquina tantas cosas, admito que la manera en arreglar las cosas y acomodarlas a tu favor para cuando quieres algo es impresionante. –Confesó.
–Sin halagos que me sonrojo. –Dije con sarcasmo.
–Hora de dormir.
–¿Hablas en serio?
–A tu cama. –Ordenó.
–No creo que te convenga dejarme sola.
–Debemos dormir, mañana te mostraré algo.
–Whoo. Aquí me huele a que alguien me está agarrando confianza. –Dije.
–Duérmete, mi bestia súper dotada. –Sonrió.
–Bien. –Me quité la camisa y el pantalón y me recosté en ropa interior en la cama.
Damiano se acercó, tomó la cobija y la acomodó sobre mí.
–Me impresionas cada día más. –Susurró en mi oído y salió de la habitación. Cerré mis ojos y a los minutos quedé dormida.No olviden votar, así me dejan saber si les esta gustando. 👀
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NIÑA MAL [Damiano David]
Fiksi PenggemarLas fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. Mi nombre es Marlena Pagani y a mis cortos 17 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y vivien...