Me volteé para quedar frente a él. Él rozó su mano con mi rostro y unió sus labios con los míos en un beso dulce, delicado, tierno y hasta sentía que estaba lleno de amor, pero no por mi parte. Justo pasaba un mesero, yo tomé dos copas, le extendí una a Damiano y yo me tomé la otra. Se notaba que nunca había bebido por la expresión de asco que hizo al tomárserla, seguimos bailando y tomando. Luego de unos tragos Damiano llegó al estado de ebriedad, no al punto de caerse ni perder el conocimiento, sino al de decir todas las verdades, yo por tener más experiencia tenía más resistencia con el alcohol.
–Damiano ¿en serio me quieres?
–Si. –Sonrió. Mi cara se mantenía inexpresiva.
–¿Aunque sea una niña mal?
–Creo que si no lo fueras no me gustaras tanto.
–Tú sabes que una cosa es gustar y otra querer.
–Yo siento ambas por ti, sino no me hubiera entregado a ti. –Me dio un beso en la mejilla.
Esto no era el típico caso de la chica ingenua con el chico malo, sino al revés. –Tú me quieres? –Preguntó Damiano.–No ha terminado el día.
–Óyeme, que rica está esta m&%$@.
–Dijiste una mala palabra. –Di una carcajada. –Me llevaré todo el crédito por esto.
–Mi madre diría que eres una mala influencia, pero nunca creería posible que yo me dejé influenciar por ti.
—No ha nacido quien pueda contra mí, David. Vamos a seguir bailando para que aguantes más alcohol.
–¿A qué hora vomito?
–En un par de horas, aún estás entero.
–Oye ¿Tú no te drogas?
–¿Bromeas? Eso sólo es para desesperados. Si me drogo pierdo el conocimiento y cualquiera se puede aprovechar de mi y aquí la única que puede aprovecharse soy yo.
–Bestia super dotada. –Dijo con una mirada sexy y mordiéndose el labio inferior.
–Angelito descarriado, vamos por más vodka. –Nos sentamos en una mesa y seguimos tomando.
–Quiero comer.
–Lo vomitarás todo al final. –Le conteste.
–No me importa.
–Como quieras.
–Pero no comida. –Se acercó a mi. –Quiero comerte a tí.
–Más tarde, muchachote. Dicen que es mega divertido hacerlo hasta los quesos.
–¿Cómo?
–Es un dicho. Me refiero a que dicen que es rico cuando estás ebrio.
–Si eso lo entendí. Pero dijiste "dicen" como que si tú no lo has hecho.
–Es que...yo...b-b-bueno. Es que estaba tan...tan ebria que ni cuenta me daba. –Uff.
–¿A qué hora nos vamos?
–¿Ya te quieres ir?
–¡¡No!! Quiero más. –Dijo mientas miraba la botella.
–Vodka.
–Si, eso. Pero antes... –Me tomó de la mano y me llevó a un lugar apartado, el ruido era menor.
Unió sus labios a los míos y me besaba con intensidad, me tomó de la cintura y me aferró a su cuerpo.
En ese momento sentí mil sensaciones a la vez. Sentí la necesidad de su cuerpo, de su calor, sentía que si lo apartaban de mí tan sólo un segundo mi vida se acabaría. Era una necesidad de tenerlo conmigo insoportable, no podía pensar en la idea de desprenderlo de mí, de no tenerlo. Lo quería mío y sólo para mí. Por un momento pensé dejarlo todo, fuese lo que fuese por él. Estaba dispuesta de ser lo que él me pidiese con tal de tenerlo conmigo y no alejarme de su piel jamás. Sacrificaría mi vida por él. Su calor se hacía tan necesario para mis poros, sus besos se volvían en la adicción más grande que podía tener sobre cualquier otra. Su presencia era todo lo que necesitaba para vivir. No era un deseo o un capricho; era una necesidad.
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NIÑA MAL [Damiano David]
FanfictionLas fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. Mi nombre es Marlena Pagani y a mis cortos 17 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y vivien...