•30•

3.2K 343 23
                                    



Se encontraba completamente sola en la casa de su padre.

Una botella de wishky la acompañaba, mientras una música melancólica sonaba a la distancia.

Las lágrimas que creyó ya se habían acabado volvían en pocos minutos, y los solloza que había intentando acallar se escuchaban como un chillido lastimero en la estancia.

Pensó que tendría un final feliz como los cuentos de Hadas.

Con un vestido largo y de color marfil, caminando agarrada de su padre directo al altar, donde un apuesto pelinegro con traje blanco la iba a esperar para ir a su futuro magnífico.

Pero no sucedió

No fue así

Y todo por culpa del maldito rubio que le robo la atención a su prometido

Sabía quien era, no tenía dudas, no muchos usaban él cabello rubio en esa época pues hacía demasiado calor para meterse a un salón y blanquearse el pelo.

Taehyung

—¿no pudiste enamorar a otro? —preguntó a la nada, sus ojos perdidos en el ventanal de enfrente —. ¿Tuviste que escoger a mi prometido?

Dio otro trago a su bebida, y cuando vio que esta se había acabado decidió buscar más. Se levantó del sofá a tropezones, chocando con cada esquina y recostándose de esta mientras más lágrimas amargas salían.

—¡¿Porqué?! —Grito de nuevo a la nada, intentando desahogar su adolorido corazón —. ¡Eras mío Jungkook! ¡Mío! ¡Y te fuiste a revolcar con otro! ¡Con un hombre! —Seguía gritando mientras se acercaba a la barra de bebidas, tomando una y quitándole la tapa se lo llevó a los labios —. ¡Con un hombre! ¿¡Que tiene el que yo no tenga?!

Cayó al suelo, su garganta dolía por los gritos y sus pies estaban débiles, más no le importó, siguió gritando, llorando y bebiendo


                                   (...)

Sentía la vena de su cuello casi estallar

Los reporteros y demás lo jodian de sobre manera. Sabía que era su trabajo informar , ¿pero a caso no entienden que no es un buen momento? Se frota la frente mientras intenta calmarse y no gritarles en las caras que le larguen a joder a otro.

Las ambulancias no habían tardado en llegar, llevándose así a los muerdos y algunos heridos. Vio con tristeza el cuerpo de Sehun uno de sus mejores guardias de seguridad, quien le había servido desde que inauguró su empresa hace ya más de siete años.

Veía como su novia y si madre lloraban amargamente, cómo soltaban chillidos de dolor puro.

Apartó su vista de ellas, sintiendo sus ojos picar por el retener de las lágrimas. Unos hombres se acercaron a él, explicándole cuánto sería el monto a pagar por reparar los daños, y después de leer con dificultad firmó los papeles.

La construcción ahora de su edifico comenzaría en dos dias, por lo que más o menos en dos semanas no podía trabajar.

Escucho su teléfono vibrar y rápidamente lo tomo, vio en la pantalla el nombre de Taehyung y rápidamente contestó.

—¿h-hola? ¿Taehyung?

Silencio fue la única respuesta que tuvo

—¿hola? —volvió a decir, la preocupación calando su ser cuando escuchó un grito y después un golpe tras otro —. ¿¡Tae?! ¿¡Tae que sucede?! ¿¡Que son esos sonidos?! ¡Respo-

—Hola yernito

Sintió como si el alma se le iba por unos segundos. Una voz frívola y con algunas risas fue lo que escucho, reconociéndola casi al instante

—Jin-Young —Escupió las palabras

Cuando empezó su relación con Nayeon, y está le haya presentado a su padre nunca pudo fiarse del él. Siempre tenía una sonrisa torcida y arrogante.

Este al parecer tenía una fuerte obsesión con alguien, pues cuando se quedaban solos en la sala, siempre le hablaba de un hijo perdido que había salido defectuoso y que él podía sanarlo.

Nunca le dijo el nombre y tampoco le interesaba, pero lo que sí le había dicho es que no mencionara nada frente a Nayeon porque ella no tenía idea.

—¡el mismo! —Gritó, haciendo que el pelinegro se alejara un poco el celular de la oreja.

—¿Que le hiciste a Taehyung? —No retuvo más esa pregunta, quería saber porque él contestaba el teléfono de Taehyung y si este se encontraba bien.

—Te dire algo Jeon —Su voz se tornó más seria, más oscura —. A mi hijo le hago lo que me venga en gana

Y con eso todo tuvo sentido

Por qué Taehyung huía

Porque el miedo a salir solo

El sentimiento de ser vigilado

La visita de Nayeon

Todo cuadro perfectamente en su cabeza. Pero antes de contestar la llamada se había colgado.


                                 (...)

Con mi hijo hago lo que se me venga en gana —Fue la última palabra que salió de su boca antes de colgar.

Con una sonrisa torcida miró hacia atrás, encontrándose la mirada filosa de su hijo.

Dio unos cuantos pasos, acercándose de a poco, quedando cerca del rubio.

—tienes agallas cariño — dijo mientras lo tomaba de la barbilla y apretaba, viendo la mueca de dolor de este —Pero que no se vuelva a repetir entendido, o esos golpes en tu cara serán de adorno en todo tu cuerpo.

Dijo, mientras examinaba el cuerpo del rubio, formando una cara asqueada al ver el prominente vientre del rubio.

Soltó la barbilla de este con brusquedad y se acercó al vientre. El rubio intentó removerse, hechuras para atrás o algo con tal de que ese hombre no tocara a su bebé.

—¡aléjate! ¡Si le pones una mano encima te juro por lo que las quieres que me las pagarás! — dijo, antes de escupirle en la cara a Jin-Young.

Este, llevándose una mano a la cara, tocó la viscosidad de la saliva, y con una sonrisa torcida se lo llevó a la boca.

La cara asqueada de rubio lo hizo reír en demasía, parándose en seguida y propinandole una cachetada a Taehyung.

—¡que sea la última vez que hagas esto Taehyung! ¡Soy tu padre y debes de respetarme!

—¡Nunca te voy a considerar mi padre viejo asqueroso, por mi puedes irte a la mierda!

Otra cachetada impactó en su mejilla

Y luego otra

Otra

Otra


La nariz del rubio chorreaba algo de sangre, y su labio inferior e da va partido. Sus mejillas estaban rojas e hinchadas, y la lagrimas saladas se deslizaban por su rostro.



Jungkook, sálvame

•Inocente Tentación • KooKTae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora