Capitulo 11.

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Estaba mirandome con una sonrisa. Empezó a acercarse y yo hice lo mismo. ¿En serio, sigo soñando o algo? Estaba ya junto a mí, aún con su deslumbrante sonrisa. Me contempló con la mirada de arriba a abajo, y luego me miró fijamente los ojos. Acercó su mano a mi cintura y me atrajo con cuidado a su cuerpo. Me rodeó la cintura con sus brazos y yo con torpeza entrelacé mis dedos en su nuca. Empezamos a bailar lentamente. Tenía el corazón a mil. Estaba tan cerca.

Se acercó a mi oído y me susurró.

-Estas preciosa.

Empecé a notar como mis mejillas se calentaban. No, por favor, ahora no. El rió. Mierda, se ha dado cuenta.

Se volvió a acercar a mi oído.

-Me encanta cuando te sonrojas.

Eso provocó que me sonrojara más. Imbécil, pero te amo.

Seguimos bailando tan pegados que notaba sus latidos. ¿Es mis sensación, o lo he soñado? Bah. Estar tan cerca suyo me ponía nerviosa y a la vez súper activa.

Se acercó lentamente a mi, mirando mis labios. Me va a besar, me va a besar... ¡qué me va a besar! El corazón se me aceleró aún más. Joder, joder, joder. Nuestras caras estaban a escasos milímetros. Me miró como pidiendome permiso, pero yo ya no podía esperar más. Junté nuestros labios con fuerza y nos dimos un apasionado y dulce beso entre la gente bailando. Pero solo sentía que estabamos él y yo, besandonos con pasión. Nos separamos y apoyamos nuestras frentes. Sonreí ante aquel momento. Todavía mi cerebro no lo había formulado. ¡Es un poco retarder! ¡Acabo de dar mi primer beso a la persona a la que estoy enamorada!

Me separé de él para ir al baño. Todavía no me lo creía, pero era la realidad. ¿O no? ¿Y si todavía era un sueño? Me pellizque el brazo. No, no era un sueño.

Salí del baño y busqué con la mirada a Adrián por donde estaba antes. No lo encontré. Me dirigí a por una copa, la cogí y volví al centro de la pista.

Cuando llegué me quedé paralizada. No, por favor... pero sí, estaba pasando. Delante de mi cara. La copa se me resbaló de entre las manos, cayó produciendo un sonido sordo y la gente me miró, incluido Adrián. Noté como una lágrima caía por mi mejilla. ¿Cómo había sido capaz de besarme a mi y luego a ella? Y también ella, ¿cómo ha podido? Adrián me miró preocupado, mientras que Andrea no advirtió mi presencia. Estaba borracha, y encima él... no podía. Los ojos comenzaron a escocerme por aguantar las lágrimas. Todavía no, delante de todos no.

Adrián se acercó y me cogió la mano, pero se la aparté de un manotazo.

-Paula... - susurró.

-¿Sabes qué? - no aguanté más y las lágrimas empezaron a caer. - no quiero verte nuca más en mi vida, ¡nunca!

Salí corriendo hacia el exterior de la casa con lágrimas por las mejillas, saliendo por la puerta principal. Me quité los tacones y los tiré al suelo con fuerza, quedandome descalza. Me senté en la acera, junté lo más posible mis rodillas al pecho, escondí la cabeza entre ellas y comencé a llorar más fuerte produciendo ruidos raros y sin preocuparme llamar la atencion.

El aire empezó a faltarme, y respiraba con mucha dificultad. Lloré mas fuerte al pensar en lo que acababa de ocurrir. El aire me faltaba, me estaba ahogando entre lágrimas. Coloqué una mano en mi pecho. Respira, Paula, respira.

Alguien se sentó a mi lado, pero ni me importaba ver quien era ni tenía ganas de hablar. Me puso una mano en mi hombro y levanté la cabeza.

-Eh, Paula. ¿Estás bien? - preguntó Juan.

Negué con la cabeza, ya que si hablaba seguro que volvía a llorar.

-Ven - alargó sus brazos y me rodeó con ellos. Apoye mi cabeza en su hombro y volví a llorar.

Tenía una sensación como si el mundo se derrumbara dentro de mi, como si todo hubiera sido aplastado repetidas veces, era una sensación desagradable que no quería experimentar.

¿Por qué me había hecho esto? Mi mejor amiga, supuestamente, y él chico al que quiero muchísimo, él que me había besado anteriormente. Lo quería tanto, me había hecho tantas ilusiones de que hoy sería mi gran día, que hoy estaría por fin al lado de Adrián, pero todo se fue a la mierda, se ha ido con mi mejor amiga. Y ella... ¡joder, es mi mejor amiga! Ya se que no lo sabía, pero ella me lo podía haber dicho, joder, me hubiera ahorrado tantas lágrimas. Joder.

Me separé de él y forcé una sonrisa. Se levantó y me ayudó a levantarme.

-Te acompaño a casa. - dijo.

Asentí. Él se estaba portando tan bien cuando yo todo este tiempo me había portado fatal.

Llegamos a mi portón y nos quedamos unos minutos en frente en silencio, mirandonos.

-Oye, que gracias por todo. - le dije en voz baja.

-No me enamoré de una chica débil y llorona, que lo pasaba mal. - respondió. ¿¡Qué!? Abrí la boca para contestar pero me interrumpió. - no, no me rompistes el corazón, no lo pasé tan mal como tú ahora.

Asentí. Le dí un corto abrazo, entré en casa y subí a la habitación. Me quité el vestido, me puse ropa cómoda y me acosté en la cama. Una lágrima recorrió mi mejilla dejando un rastro húmedo.

En una cosa tenía razón, este iba a ser un día inolvidable.

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Buenoo, aquí esta este "precioso" capitulo. Pobre Paula.

Espero que lo disfruten y que le den a me gusta.

Bessooos

@saralboranista7

Entre el amor y la amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora