El trasto del demonio suena. Las 7:00. Me levanto y voy al cuarto de baño. Me coloco de espaldas al espejo y miro mi pelo perfectamente cortado. Ayer, mi queridísima Andrea me hizo pasar un día inolvidable. Por la mañana, caminar con tacones. Por la tarde, me cortó el pelo y me enseñó a pintarme un poco. El pelo se me quedó genial, ya que no me lo cortó mucho, solo me lo cortó a capas y el flequillo a los lados, también le dio un poco de forma triangular.
Me meto en la duchar con un moño para no mojarme el pelo. Salgo y me pongo la ropa interior. Abro mi armario totalmente renovado y por primera vez, no saco lo primero que veo. ¿Qué puedo ponerme?
Saco mi móvil y le escribo a Andrea.
Paula:
En apuros. ¿Falda o pantalón?
Dejo el móvil en la cama y contemplo el armario. El pitido del móvil me sobresalta.
Andrea
Depende. Si tienes deporte unos pantalones cortos de deporte y una camiseta corta. Si no, lo que mejor te queda es la falda, aunque también los pantalones. Ponte hoy falda con unos buenos tacones que te dejé ayer y los dejas a todos deslumbrados. Nos vemos después.
Que arte tiene para la ropa. Cojo una falda negra con vuelo que termina por la mitad del muslo, una blusa rosa chicle sin mangas metida dentro de la falda y unos tacones negros de aguja. Dejo mi pelo caer por mi espalda formando pequeñas olas. Lista.
***
Abrí la puerta del instituto. Eran las 8:15, así que todo el mundo estaría en las taquillas. La puerta se cerró en un golpe seco y comencé a andar. El ruido de los tacones al tocar el suelo resonaba por todo el pasillo. Todos estaban en silencio, habían dejado de hablar al entrar yo, y me miraban con cara de ¿Paula?¿La niña rara?
Cruzaba los pies con paso firme, sin vacilar como las primeras veces. La mayoría de los chicos estaban con la boca abierta. ¡Hombres!
Mi falda se movía por cada paso que daba, de un lado a otro. El pelo chocaba contra mi espalda haciendome cosquillas. Los pies ya empezaban a dolerme. Como les dije, es una Caja De Sufrimiento Mortal Creada Por El Demonio.
Llegué a mi taquilla, la abrí y saqué los libros de mi próxima clase.
-¿Paula? - dijo una voz ronca a mi espalda.
Me giré y vi a Juan con la boca y los ojos abiertos. Me miró un par de veces de arriba a bajo, mientras yo le miraba con una ceja levantada.
-¿Paula Gracia?
-No, soy su abuela. - respondí irónica, seguido de un suplido.
-Estás...guau.
Puse los ojos en blanco y me dí la vuelta para cerrar mi taquilla. Escuché los pasos de Juan marchandose, pero fueron reemplazados por otros casi audibles.
Algo me tapó la visión.
-¿Quién es? - pregunté.
Que sea Adrián, que sea Adrián...
-Soy Juan - dijo una voz que intentaba ser ronca.
La poca esperanza de que fuera él se esfumó por completo.
-Andrea, se que eres tú.
Las manos desaparecieron y me giré. Exacto, era Andrea con una amplia sonrisa.
-Estás preciosa.
Noté como mis mejillas se calentaron cuando me miró de arriba a abajo.
El timbre de que faltaban 5 minutos para que las clases empezaran sonó. Andrea se despidió con un beso en la mejilla, y se perdió entre la multitud.
Busqué con la mirada mi objetivo, pero no lo localicé. ¿Donde está?
Narra Andrea.
Me despedí de Paula con un beso en la mejilla y me dirigí a mi próxima clase, matemáticas avanzadas.
En frente de la puerta había un grupo, donde se encontraba Adrián. Él me vio y se acercó a mí. Iba con unos banqueros por encima de la rodilla claros, unas deportivas negras y sudadera.
-Hola, Andrea.
Nos dimos dos besos, mientras él posaba su mano en mi cintura.
-Hola. Siento robarte ayer a Paula, pero era por su bien.
-Tranquila. ¿Por su bien?
-Si, ya la verás. ¿Entramos?
Asintió, y nos dirigimos a la clase.
¿Me estaba empezando a gustar Adrián?
Uff, creo que sí.
¿El me quería a mí?
No se, pero por como se comporta...
¿Se lo diría a Paula?
Uufff. Debería...
Por fin, ya se ha terminado las segunda hora. ¡Se me hacía eterno! Recojo los libros y voy a la taquilla para guardarlos. Me tocan el hombro derecho y me giro para ver quien era. Se acerca a mi oído y me susurra provocando que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.
-Dentro de diez minutos aquí.
Y se alejó. Expulsé el aire y cerré mi taquilla.
-¿Vamos? - preguntó Paula detrás de mi.
Me giré para mirarla. Era una Paula diferente a la de hace tres días. Ahora llevaba el pelo suelto, mientras que antes siempre con coleta o trenza. Ahora estaba mas erguida y tenía la cabeza levantada, mientras que antes siempre miraba al suelo. Ahora se notaba que era guapa y la ropa definía sus curvas. Y a ella se le notaba que estaba agusto con sigo misma. Pero seguía siendo mi pequeña Paula.
Asentí y nos encaminamos a la cafetería. Una punzada de dolor recorrió mi pecho, culpabilidad.
¿Es que no se lo piensas decir, o qué?
¡Es tu mejor amiga desde pequeñas!
La culpabilidad siguió creciendo, pero no podía decírselo aún.
Aún no.
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Holaa, espero que os haya gustado este capítulo donde hablan sobre su amor hacia Adrián, y las dudas de Andrea.
Besos.
@saralboranista7
