OSCURA TRADICIÓN

Mi nuevo compañero

MALIKA

Hace tres horas...

7:02 am

-¡¡¡Vamos Mal!!! -escucho a Tom gritar desde alguna parte del departamento mientras lucho por lograr ponerme esta estúpida bota, subiendo con cuidado el cierre que tiene en el interior evitando que mi piel quede atrapada en el mismo, cuando por fin lo logro subirme bien el cierre, veo a Tom en el marco de mi puerta con el ceño fruncido.

-Llegaremos tarde, solo por que tu quieres una botas para tu primer día de clases, dime que tiene de gracioso eso. -el tenia esa mirada de superioridad que solo podía hacer unas pocas veces cuando yo bajaba la guardia al responder.

-Entonces vámonos Tomas, -salgo por la puerta dejándolo de lado, corro a la cocina y encuentro a mi papá sentado en la mesa comiendo el desayuno.

-¿Por qué tardaban tanto? -pregunta levantando la vista de su desayuno.

-Es que Tom no conseguía sus zapatos? -mentira.

-Eso no es cierto papá. -Tom le dice papá a mi padre desde que estamos chiquitos de vez en cuando señor, o padre de Mal, pero casi nunca, y no es raro que siempre lo trato como un hijo más.

-Lo se hijo. -le respondió mi desconfiado padre al momento de levantarse a servirnos el desayuno.

-No me jodas.

-¡Esa boca, Malika! -me reprendió mi padre, cuando deja dos platos en la mesa, Tom y yo nos acercamos para comer, para encontrarnos unos deliciosos huevos revueltos, pan tostado, tocino, y jugo de naranja.

-¡Rico!

-Papi, esto es demasiado rico, gracias, ¿Puedo decirle papi? -mi padre estallo en carcajadas por la voz de bebé que Tom usa para hablar de la comida y decirle Papi a mi padre.

-Puedes Tomy. -responde mi padre con el mismo tono aniñado.

-Muy bien par de infantiles, -digo entre carcajadas mientras ambos me ven con una sonrisa gigante. -Sera mejor que Tom y yo nos vayamos a la escuela ya es tarde, y nos perderemos la oportunidad de que nos enseñen las instalaciones.

-Si... -dice mi padre aclarándose la garganta y volviendo a modo papá serio de nuevo, dejando su lado Papi de lado. -Váyanse o llegaran tarde.

Tom y yo tomamos el carro de papá para irnos al colegio, mi tía ya nos dios la dirección, ella quería traernos por su cuenta pero dijimos que era una buena forma de adaptarnos a la nueva ciudad, además, ya tendríamos mucho de mi tía para que también nos llevara la colegio.

El trayecto fue rápido, unos quince minutos fue lo que tardamos para llegar al colegio, un edificio muy moderno con ventanales de cristal gigantes, escaleras blancas enormes con muchos adolescentes apoyados en ella, chicos y chicas sonriendo, parecía un edificio de oficinas mas que un colegio, pero mi Tía no estaba tan loca para mandarme a trabajar sin graduarme, parecía un lugar muy bueno para estudiar, y no es que me gustara mucho el estudio.