Tía vidente

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MALIKA

Con un poco de desconfianza me acerque a la puerta y le hice una seña a Tomas para que me siguiera. Al pasar por esa puerta el aire se hizo más pesado, probablemente por el humo de el incienso que quemaba la señora en esa casa, habían muchas cruces por toda la casa, y copas de vidrio con lo que parecían ser velas de muchos colores. Pude ver de reojo un frazco con un liquido que parecia agua, pero curiosamente al moverme por el lugar el color de la sustancia cambiaba.

—Bienvenidos a la casa de Sarah Morgan mis niños, sere breve. —dijo cuando nos miro entrar a su casa. —No soy bruja, soy una mujer muy espiritual solamente, a la que Dios Bendijo con el don de ver mas que cualquier otro. —comentó mientras contoneaba su cuerpo hasta un sillon en la sala, decorado con adornos de oro y plata.

—Malika, estoy asustado. —Susurró Tomas en mi oido.

—Veo mi niña que en tu futuro hay algo muy turbio, que se mezcla con algo de tu futuro. —suspiro la señora.

—¿A qué se refiere con eso? — pregunté.

—No lo sé, él solo me permite conocer la mitad. —susurró.

Tomas y yo nos miramos rápidamente, al parecer el entendía tanto como yo. Nada.

—¿Sabe algo más? —inquirió Tomas.

—Que alguien se sumará a tu vida de una forma muy misteriosa, puedes confiar en él.

—¿Él? —cuestioné.

—Un chico Malika, deberías aprender otros idiomas... Pero ahora deben irse. Y Tomas, ese chico te miente. —agregó.

—No puedo decirles mucho, pero como me gustaria mantener contacto con ustedes...—nos dijo mientras se acercó extendiendonos un pedazo de papel con su numero, lo tome y miré a tomas con el rabito del ojo. —Me pueden llamar Tia Sarah. —Y de verdad me gustaría que se quedaran pero es peligroso para ustedes...

Tome el brazo de Tom y susurré: —Debemos salir de aquí.

Tomas y yo nos despedimos rápidamente de la mujer, y ella me miro por un segundo, toco la parte superior de su estomago y se acercó rapidamente al auto, ya nos estabamos por montar pero antes de entrar al asiento del copiloto ella me tomo del brazo y mirandome a los ojos se acercó a mi, acercó su mano libre a su cuello y se sacó un colgante con una piedra de color rojo muy brillante que curiosamente no parecia de fantasía, la cuerda de cuero que lo sostenía era bastante larga, lo acerco a mi y me dijo: —Pontelo y no te lo quites por nada del mundo. —abrio mi mano y puso el colgante ahí, se alejó despues de soltarme bruzcamente el brazo para acercarse a Tomas, a él no le tomo del brazo, en lugar se sacó una de las pulseras de su muñeca, un brazalete de cuero negro con una piedra colgando, tambien de color rojo, se la dió en la mano.—No se los quiten, hablo en serio.— sin decir nada más se metio en su casa.

—Salgamos de aqui. —dijo Tomas seriamente. Nos apresuramos a entrar en el auto y Tom acelero para escapar de ese lugar, en el auto el ambiente era mas liviano, en comparación a el de la casa de la señora loca. Mientras sentíamos como el ambiente se ponía tenso. —¿Crees que Dylan nos miente? —me atreví a preguntar cuando encendió el auto.

—No lo creía, pero al parecer no es tan honesto como parece. —murmuró.

—Ella nos dijo que algo del pasado se juntaría con el futuro, ¿Crees que sea alguien de Miami? Alexandra no me ha escrito en días. —comenté.

—Alex es nuestra amiga, supongo que sería hasta grosero sospechar algo malo de ella.

—Es cierto. ¿Qué idioma? Ella me dijo que practicara otros idiomas, ya se hablas español e inglés, otros dos y seria poliglota.

OSCURA TRADICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora