Ausführung.
(Ejecución).
Berlín, Alemania.
Michelle.
El cielo nublado, el frío del día congelando la piel de mi rostro, las manos tullidas por el agua fría y el arma pesada. «Corre» Mis ojos observan, mi cuerpo no se mueve y analizo el panorama, actuar como un depredador es la clave y para mí no es nada costoso.
Las hojas de los árboles gotean cuando se mueven por las ráfagas de aire congelado, pero no hay ningún objetivo a la mira, me levanto poco a poco y salgo del lago en el que estoy sumergida, el barro se pega a mis botas y lo único que puedo hacer es ampliar mi vista a todo lo que me rodea. A paso cauteloso avanzo apuntando puntos estratégicos, prevenida por cualquier cosa.
Algo se mueve con rapidez a mi derecha y me giro disparando sin pensar, el corazón me retumba en los oídos, siento lo rodeada que estoy y...
La alarma depuradora suena con potencia y salgo corriendo disparando a todos los que ya me tenían en la mira, cubriéndome de sus ataques. Las hojas y ramas crujen bajo mis pies cuando las pisoteo cuando corro mientras no paro acabando con todo el que se me cruce. Acá es una de dos: mato o me matan. Y no pienso quedar en el suelo.
—¡Desgraciados!
No paro bajándome de las puntas de los árboles a los tramposos que se aliaron. Eso está en contra de las normas por lo que me siento enardecida con verlos caer para nunca levantarse.
La meta está cerca, puedo ver las rejas frente a mí, los disparos y las luchas de los demás se escuchan escandalosos bajo la alarma que desespera. Solo debo llegar y gano, solo un poco más y tengo la victoria para presumir.
Salgo del bosque, la amplitud del campo se hace presente en medio de la espesa neblina y miro a mis lados encontrándome con los que han salido igual que yo, apunto y disparo, así como ellos lo hacen contra mí, pero yo voy a ventaja, tengo la ventaja y...
Un golpe en mi espalda me lleva de rodillas al suelo, me levanto en un segundo, el arma se me va por un lado cuando me la patean y ensarto el puño en el rostro del hombre que se me viene encima nuevamente.
Me zampa un rodillazo en el abdomen y me quejo mandando mi brazo alrededor de su cuello, haciendo una llave, le devuelvo los rodillazos, pero con más fuerza, atrapa mi muslo izquierdo, lucho para quitármelo pero se impulsa y me levanta con intenciones de desequilibrarme. Cree que me derribará pero aprovecho la elevación de mi pierna izquierda para elevar la derecha y envolverla en su cuello agarrándome de su cabello haciendo fuerza para quebrarlo.
—¡Ya hay un ganador!
La descarga masiva de los cartuchos se hace presente y levanto la vista notando como un agente maestro va corriendo a las rejas, escalándolas para tocar la bandera que alza con orgullo «¡Ah, maldición!»
Vuelvo a lo que hago y maldigo por segunda vez con lo siguiente que ocurre: este hombre me tira al suelo y así como caigo intento levantarme, pero el impacto de la culata del fusil en mi nariz me bloquea cayendo de espaldas en el campo, la vista se me vuelve negra y siento que me tiembla todo.
Líquido caliente, es lo que empiezo a sentir que recorre mi cara, el dolor es jodido y abro los ojos llevando mis manos a mi extremidad que arde, me levanto queriendo evitar la hemorragia, pero ocurre lo que no tenía en mente.
—Buena resistencia, pero le hace falta más, mucho más. —La voz es solo un tinte de lo que ahora no sé cómo sobrellevar por lo que mis ojos captan.
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Felonía ©
AkcjaMichelle es una Agente Maestro en la RDLA, la organización militar más grande del mundo. Han pasado dos meses desde que sus padres fueron asesinados por una de las tres organizaciones más sangrientas de todos los tiempos; La Yakuza. Para ella la ven...