9. El Bar De Brandy

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(Pv Aras)

—No puedo creer que estemos pagando las reparaciones del pueblo...vendiendo cosas porno con nuestras caras.

Mis hermanos y yo vinimos al local de Tequila a comprar juguetes sexuales nuevos, y en eso vimos que Brandy colocó una sección exclusiva de la familia Real, vendiendo cosas de nosotros, así como fotos, figuras semidesnudas, calendarios, incluso ropa interior con nuestras iniciales. Lo más triste es que prácticamente la mayoría de los que compraban la mercancía eran los propios olueses.

—Mmmm, de hecho más del 90% de la mercancía de ustedes la compran su propia gente, lo que queda lo arrasan los turistas—dijo Brandy acercándose—. Hasta tienen diferentes clubes de admiradores

Sacó un cuaderno de su bolsillo y comenzó a leer.

—El lunes se reúne el club de "Nos postramos ante el Rey Ace", el martes el club de "Anímate Aron" (son otakus)—explicó—. Los miércoles se reúne el club "Píntame como tu esclavo, Aras", el jueves el club "Vísteme Akarin", los viernes el club "Explótame Arisha" y finalmente los sábados se reúnen los viejitos en el club "Baila Lúa", todos son los clubes de admiradores que tienen ustedes, al menos los oficiales.

Todos lo miramos impactados.

—Brandy ¿Cómo sabes esos nombres?—preguntó Aron.

—¿Y dónde creen que se reúnen?—preguntó divertido antes de sonreír—. Alquilan un espacio en mi bar y obtienen un descuento en la compra de cualquier producto relacionado a su club.

—¡¿Incluso los viejos?!—exclamó Akarin

—Bueno, de mamá Lúa no vendo mercancía erótica—aseguró—. Pero tengo varias fotos de ella cuando era joven y están autografiadas por ella, así que vienen por ella, de hecho ese grupo sólo ve videos o fotos de ella bailando...de hecho es el único club medianamente sano de todos.

—...Esto es culpa tuya—le dije enojado mientras varias chicas entraban al local.

—Oigan ¿Quieren reparar la ciudad o no?—preguntó haciendo puchero—. Tampoco es como si me estuviera haciendo rico con esto ni ustedes tampoco, al final termina siendo para el pueblo, ellos tienen sueños húmedos con ustedes y son recompensados con una mejor calidad de vida.

—Siento que es una nueva forma de robar a la gente—dijo Arisha.

—¡Brandy! ¡¿Puedes traer otros tres calendarios de la familia real y vibradores max, por fa?!—le gritó Tequila desde la caja.

—¡Voy!—respondió antes de irse, pero luego se acercó y susurró—. No olviden que este fin de semana deben pagar su deuda de ir al bar, espero un buen trabajo.

Y se fue como si nada mientras las chicas hablaban entre ellas, a un volumen que se podía escuchar.

—Que suerte tuve, conseguí un póster tamaño real del Rey, él es tan guapo.

—A mí me gusta más el príncipe Aron, es taaaaan sexy.

—Y por estupideces como esta, ahora tenemos que salir a la calle más disfrazados que nunca—me quejé mientras me acomodaba un turbante en la cabeza.

Luego de que nuestras caras salieran al público nuestra poca privacidad se fue al garete, nuestros hackers prácticamente trabajaban noche y día para proteger nuestras cuentas, fotos y cualquier otra información que pudiera afectarnos, Brandy al menos se había tomado la molestia de ponernos máscaras o antifaces para que no se viera en sí nuestras caras en la mercancía, pero la gente simplemente se hizo a la idea de que, como la familia Real estaba formada por hombres y mujeres atractivos, por lógica éramos una importante celebridad que debían alabar.

Cuentos de Oluwa 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora