10. Anelis En Wonderland

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—¡Yupiiiiiiiii! ¡Sigue así Tony!

—¡BAAAAAAAAA!

—¡Anelis!

En la mansión del príncipe Aras, él y su esposo tramitaban las primeras rutas turísticas luego de la batalla de Oluwa, cuando vieron a Tony tirando un trineo donde estaban sus hijos, por lo que ambos corrieron a rescatarlos y luego se los llevaron al cuarto para echarles un regaño.

—Anelis, tu hermano es muy pequeño para que te lo lleves de paseo—le decía Marcos mientras ella miraba un rincón haciendo puchero—. Además, eso era muy peligroso incluso para ti.

—Pero no nos iba a pasar nada—refutó ella.

—Señorita, aunque estés acostumbrada, los tigres siguen siendo peligrosos, tienen mucha fuerza y sin querer, Tony pudo lastimarte o a Alex, sé que para ti no son peligrosos, pero debes tener cuidado con tu hermano—le regañó Marcos mientras Aras dejaba a Alex en la cuna que hacía puchero.

—Mira que los dos son iguales—se burló este—. Bueno, los dos se quedarán aquí para que reflexionen, mamá y yo regresaremos en una hora—colocó el monitor de bebé junto a la cuna—. Si pasa algo nos avisan.

—Si—se quejó Anelis mientras Alex agarraba un peluche de tigre.

Cuando los adultos se fueron, Anelis se aseguró de que no hubiera nadie cerca para correr a la cuna.

—Lo siento Alex, papá y papá Aras se asustaron de que algo te pasara, tendré más cuidado cuando juguemos juntos.

El pequeño se acercó hasta el borde y sacó su manita a través de los barrotes riendo, claramente no estaba molesto con su hermana.

—Jeje por eso te quiero—rió ella tomando su mano—. Mmmm ¿Qué hacemos mientras tanto?—miró el cuarto pensando en la manera de distraerse—. ¡Ah! Papá debió dejar el cuento que nos contó ayer bajo la cama.

La pequeña se agachó y tomó el libro de cuentos debajo de la cama y con cuidado lo metió entre los barrotes de la cuna, luego se quitó los zapatos y bajó el pestillo de la seguridad para subirse, volvió a cerrar el pestillo y se acomodó al lado de su hermano que mordía la oreja de su peluche.

—Vamos a ver qué cuento podemos leer—dijo ella abriendo el libro—. Mmmmm ¡Ah! Este ¡Alicia en el país de las maravillas!

Alex miró a su hermana curioso y luego el dibujo del libro.

—Muy bien ¡Ejem!—ella se aclaró la garganta como hacía Aras cuando le leía libros—. Había una vez, una niña llamada Alicia...

—Aeis—balbuceó Alex

—¿Mn?—su hermana lo miró mientras él señala el dibujo y luego a ella—. ¿Quieres que se llame como yo?—él asintió—. Jaja vale vale....Mmmm entonces, tal vez podamos hacer unos arreglos.

____

Había una vez una niña llamada Anelis, que jugaba en el jardín de su casa, un día vio un tigre con un reloj diciendo que llegaba tarde a algún lugar.

—¡Se me hace tarde!—gritaba Josei con un disfraz de tigre llevando un reloj.

Sorprendida de lo que veía, Anelis lo siguió, pero en eso cayó por un agujero llegando a una habitación con una puerta que tenía un picaporte que dormía.

—Disculpe señor—le preguntó Anelis.

—Silencio niña, estoy durmiendo—respondió el adorno del picaporte con la forma de un chico.

—Tío Akarin ¿Has visto un tigre con un reloj?

El chico abrió los ojos y la miró.

Cuentos de Oluwa 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora