21- "Try it again."

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ᵒᵐⁿⁱˢᶜᵉⁿᵗᵉ

Luego de haber escapado de su horrible experiencia en ese establecimiento, el dolor de cabeza había vuelto, lo que la hizo querer descansar, pero para su mala suerte, estaba lo suficientemente lejos de la Academia, por lo que acabó durmiendo en el suelo a unas 20 calles de diferencia de la Academia.

La gema en su frente tenía un pequeño resplandor, mientras se escuchaba como crujía el estómago de la pequeña.

__________...— escuchó un pequeño susurro en su oído— Déjame ir. Déjame libre. Yo te puedo ayudar.

Número ocho se quejaba un poco entre sus sueños, pero evitaba darle mucha importancia, hasta que el dolor de cabeza era fuerte, a tal ponto de hacerle sangrar los oídos.

¡Déjame salir!— escuchó, de esta vez, un grito fuerte y desgarrante en su oído, haciéndola despertar, pero quedando en un trance.

ⁿᵘᵐᵇᵉʳ ᵉⁱᵍʰᵗ

Abrí mis ojos y me percaté de que estaba en una calle algo familiar, par mí. La gente caminaba con ropa de verano y felices de la vida. Las cafeterías y tiendas de ropa estaban casi desbordándose.

Empecé a buscar medios cercanos para ver dónde me encontraba y me encontré con un periódico.

— ¿1663?— murmuré— ¿Que es lo que quieres?

Dejé el periódico caer en el suelo para seguir caminando. Me percaté de que la gente murmuraba mientras que se me quedaban viendo, algo que para mi gusto, era raro.
Todos ellos se veían elegantes. Vestidos “para la ocasión”. Ridículo.

Sin duda, no estaba en mi línea del tiempo actual. Pero, ¿por qué? ¿Que pasó en esta fecha que sea tan importante para soñar con ella?
Intenté recordar que cosas de importancia pudieron haber sucedido y, aún así, nada me servía lo suficiente.
¡Maldita sea!

Seguí caminando. Ocultaba mis ganas de llorar y gritar de la impotencia que tenía. Yo solo quería volver a la Academia Umbrella y ayudar a Cinco con lo que Es que tenga que ayudarlo, ¿es tan difícil?

— Lo siento, pequeña. ¿Estás perdida?— se me acercó una señora que parecía que solo se quería burlar de mí.

— No. Gracias.— solté sin más.

— Es que tienes tus oídos llenos de sangre.

— ¿De que habla?— murmuré.

Me acerqué a un espejo para comprobar, y en facto, comprobé que así era.
También me pude percatar de que mis oídos no eran lo único extraño en mí. Tenía una ropa de batalla como los que portaban Diosas en un pasado. Claro que, un poco más moderno y renovado. Aún así, se veía muy bien en mí.

El traje se trataba de un pantalón estirable, algo pegado a mis piernas; sumamente cómodo, de color negro. Una camisa que parecía tener una parte de corsé, adaptándose a mi cintura y caderas; las hacía resaltar; este era cómodo y de color negro.
En mis hombros había una especie de capa en caída, la cual resaltaba por ser algo larga y de color azul oscuro; este comenzaba en mis hombros, agarrados por u os broches plateados, y terminaba más allá de mis tobillos. Para finalizar, tenía unas botas rústicas y algo gruesas; estás llegaban algo casi a las rodillas.

Mi cabello se veía algo despeinado. No me interesó y solo continué con mi camino.

— Ten. Tal vez esto te ayude.— la señora me entregó una servilleta. Yo sonreí en respuesta y ella se marchó.

𝗪𝗘'𝗥𝗘 𝗧𝗛𝗘 𝗔𝗣𝗢𝗖𝗔𝗟𝗬𝗣𝗦𝗘➖ Cinco Hargreeves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora