Sentada en la grada del estadio del Granada viendo al que podría ser el partido definitivo que llevaría al Barça Femenino a ganar la liga.
Estaba tranquila mirando el móvil, ya que se había acabado el primer tiempo, pero notaba que la persona al lado mío estaba mirándome, lo que me hizo sentir bastante incómoda.
-Perdona... -Dijo aquel chico que tenía sentado al lado.
-¿Si? -Dije yo apartando la vista del móvil y prestándole atención.
-Es que me suena mucho tú cara, pero no se exactamente de qué, pero se que te he visto por alguna parte...¿Como te llamas?
-Aina. -Respondí yo, sabiendo lo que iba a pasar a continuación.
-Aina...¿Eres Aina Putellas, la hermana de Alexia Putellas?
-Si, esa misma. -Lo sabía, ya estaba acostumbrada, no era la primera vez que me reconocían como la hermana pequeña de Alexia.
-¿Nos podemos tomar una foto? -Dijo mientras sacaba su móvil.
-Si, claro. -Respondí yo con amabilidad.
-Gracias, admiro mucho a tu hermana ¿Sabes? Es increíble. -Dijo mientras preparaba la cámara, para después sacarnos la foto.
-Gracias Aina, muy amable.
-De nada. -Dije, volviendo a sentarme y a prestar atención de nuevo al campo, ya que volvía a comenzar el partido y las jugadoras saltaron de nuevo al campo, entre ellas mi hermana.
Alexia Putellas, la doble balón de oro, la reina del Barça femenino. La gente la adora y yo la verdad que la quiero mucho, es mi hermana al fin y al cabo, pero a veces se me hace atosigante que solo se me reconozca por ser la hermana de la gran Alexia Putellas. Yo también me esfuerzo día a día por cumplir mis metas y conseguir mis objetivos y ser reconocida por alguien más que la hermana de Alexia Putellas.
Desde pequeña también he tenido gran pasión por el fútbol, jugué de pequeña en el barça durante una temporada, después me fui al europa y estuve bastante tiempo allí pero llegó un momento de mi vida en el cuál no me sentía del todo agusto a nivel personal en el equipo. Ahí fue cuando llegó la Queens League y me presenté ya que sentía que necesitaba algo nuevo en mi vida, mandé mi vídeo de presentación, me escogieron para hacer las pruebas y las pasé. Me sentí muy orgullosa de mí misma y el día de ver qué jugadoras estaban en cada equipo, me sentía muy nerviosa y emocionada. Finalmente me escogieron en Pío el equipo de Rivers y actualmente juego ahí y no puedo estar más agusto en ese equipo, hemos formado una gran familia entre todas y un día muy especial para nosotras fue el día que ganamos la primera Queens League en el Civitas Metropolitano, fue un día increíble.
A Alexia al principio le pareció un poco raro el formato de la Queens y decía que nadie se lo iba a tomar en serio y que era más show que otra cosa. Hasta que poco a poco se fue acostumbrando y al ver lo feliz que me hacía estar allí lo acabo aceptando y hasta me fue a ver junto con mi madre y con Alba mi otra hermana al Civitas, fue un momento muy bonito para mí ya que se veía que se sentían orgullosas de mí.
Entre pensamiento y pensamiento ya había pasado la mayoría de tiempo y pronto acabaría el partido. Después de un tiempo la arbitra pitó el final del partido proclamando al barça femenino como campeón de liga por quinta vez consecutiva. Las chicas que estaban en el banquillo saltaron al campo y se reunieron llenas de alegría con las demás.
La verdad estaba muy feliz por ellas ya que amo este club y conozco a las chicas desde hace mucho tiempo, todas y cada una de ellas son un referente para mí.Después de celebrar, recibir las camisetas de campeonas y hacerse la foto grupal, las chicas se acercaron a la afición y ví a mí hermana la cual parecía que me estaba buscando ya que le dije que si podía vendría a verlas. Cuando estaba por mí zona grite su nombre e hice un gesto con mi mano para que me viera. Cuando me localizo se acercó a mí y con una sonrisa me saludó, después se acercó a un guardia y le dijo que me dejará bajar y entrar al campo. Cuando pisé el césped mi hermana me recibió con un abrazo el cuál fue muy reconfortante, me encantan sus abrazos.

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Bajo El Brillo De Un Balón De Oro
FanfictionDas todo lo mejor de ti, pero aún así sientes que no es suficiente. Sientes que no tienes brillo propio, que ese brillo que tienes viene de alguien externo pero a la par muy cercano a ti.