Capítulo 34

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Me había despertado bajo la atenta mirada de Jana. Cuando nuestros ojos conectaron, ella me brindo una sonrisa y yo con mi cara de recién levantada hice lo mismo.

-Buenos días preciosa. -Dijo Jana dándome un beso.

-Buenos días, que raro que tú estés despierta antes que yo. -Comenté soltando una risa.

-No se, simplemente me desperté hace un ratito y vi a esta mujer maravillosa durmiendo a mí lado y pensé, "que suerte tengo de tenerla conmigo aquí en nuestra casa". Después me quedé observándote ya que parecías un ángel durmiendo. -Dijo Jana dándome un pequeño toquecito en la nariz que me hizo sonreír al instante.

Hace poco Jana y yo tomamos la decisión de irnos a vivir juntas y la verdad fue la mejor decisión que podríamos haber tomado. Despertarme con ella cada día era sin duda un chute de energía para mí día a día y estoy muy agradecida de tenerla a mi lado.

Hoy era un día tranquilo, no teníamos entrenamiento, así que decidimos quedarnos en casa prácticamente todo el día.

-¡Jana, mi amor! -Dije alzando la voz desde el baño, mientras me cepillaba el pelo.

-¿Si mi vida?...-Dijo Jana desde la cocina.

Cuando terminé, fui hacia la cocina y me encontré a Jana limpiando lo que habíamos manchado del desayuno.

-Me tengo que ir ha hacer un recado, en seguida vuelvo. -Dije dándole un beso de despedida.

-Vale mi amor, hasta luego. -Dijo Jana correspondiendo el beso.

....

Iba andando por la calle tranquilamente con mis cascos puestos y la música sonando a través de ellos. Fui a cruzar la  carretera, miré a los lados y justo cuando estaba cruzando oí un fuerte pitido y cuando gire mi cabeza un coche a toda velocidad venia hacia a mí, intenté cruzar lo más rápido posible pero de repente sentí un impacto y con el un dolor agudo, segundos después caí al suelo donde la oscuridad me invadió.

Jana

Estaba preocupada, Aina había salido a hacer un recado hace un buen tiempo. No tenía ni idea de dónde había ido, ni siquiera sabía que había ido a hacer; le había llamado ya varias veces, pero no había respuesta.

Algo no andaba bien, esto era muy raro, decidí llamar otra vez. Un pitido, dos pitidos, tres pitidos...hasta que la llamada fue descolgada al otro lado de la línea.

-¿Aina? ¿Estás bien? -Pregunte algo preocupada.

-Perdone, pero no soy el dueño de este teléfono, pero como no paraba de sonar supuse que sería algo urgente ¿Me podría decir quien es porfavor? -Dijo la voz de un chico al otro lado de la línea, lo cual hizo que mi corazón diese un vuelco.

-Soy Jana Fernández pareja de Aina Putellas, la dueña del móvil ¿Me podría decir quien es usted y que ha pasado porfavor? -Dije con preocupación en mi voz.

-Esta bien señorita Fernández, soy Miguel Rodríguez, policía. Su pareja ha tenido un accidente, la ha atropellado un coche.

Cuando oí esas palabras se me vino el mundo encima, mis piernas flaquearon y me sentí desfallecer. El corazón me iba a mil por hora, las lágrimas empezando a caer por mis mejillas, sentía los latidos acelerados de mi corazón, no podía articular palabras, estaba en shock...

-¿Señorita? -Preguntó la voz del policía al otro lado de la línea.

-¿Está bien? -Pregunté con la voz rota.

-En este momento está inconsciente, pero tiene pulso, estamos esperando a que lleguen las asistencias médicas.

-¿Donde está?

Bajo El Brillo De Un Balón De Oro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora