Capítulo 8

776 55 4
                                    

...

-¿Hay algo que quieras contarnos Aina? -Dijo mi madre curiosa.

-No, de verdad... -Dije quedándome pensativa.

Si hay algo que no podía hacer era mentirle a mí madre y a mis hermanas. Siempre nos lo hemos contado todo, pero todavía no estoy preparada para contarlo, al menos no en este momento.

-Bueno...puede que haya algo que tenga que contaros, pero todavía no me siento preparada para hacerlo. Así que no insistais más ya que no vais a conseguir nada, ya os lo contaré cuando quiera.

-Vale cariño mientras no sea nada malo...-Dijo mi madre abrazándome.

-No mamá, no es nada malo, todo lo contrario...-Dije yo y ahí se me escapó de nuevo esa sonrisa tonta.

-Uy tata que intriga...me vas a tener en vilo hasta que decidas contarlo. -Dijo Alba.

Cuando Alba dijo esto Alexia soltó una risa.

-¿De que te ríes? -Pregunté a mí hermana mayor.

-De nada, simplemente me hizo gracia lo que dijo Alba. -Dijo señalando con su cabeza a nuestra hermana mediana.

-Es que es verdad ¿A ti no te da curiosidad Ale? -Preguntó Alba.

-Uy si muchísima...-Dijo sonriendo y con una notable ironía.

-Osea que te da igual. -Dije yo.

-No, no es por eso créeme...-Dijo Alexia soltando una risa de nuevo.

-Pero bueno, ¿Que bicho le ha picado a esta? -Dijo Alba.

-No lo sé. -Dije entrecerrando los ojos mientras la miraba, intentando averiguar porque actuaba así.

Al final dejamos el tema de lado y estuvimos un rato más en la playa entre charlas y risas. Hablando de todo y de nada a la vez, hasta que decidimos volver a casa. Cuando regresamos a nuestro hogar, nuestra madre propuso que Alba, Alexia y yo nos quedaramos a comer, lo cual aceptamos encantadas. Yo me fui al salón y retome la pequeña conversación que tenía con Jana antes de que me empezasen a interrogar en la playa.

Alba estaba también con el móvil conmigo en el salón, mientras Alexia y mamá estaban en la cocina preparando la comida. Al rato salió mi madre de la cocina limpiándose las manos con un trapo y entrando al salón.

-Oye Aina cariño ¿Por qué no le dices a Jana que venga a comer? Hace mucho que no la veo.

Cuando nombró el nombre de mi ahora novia, no supe cómo reaccionar. Normalmente suelo decirle que vale sin ningún problema, pero ahora que Jana y yo estamos saliendo, no sé si ella querrá. Pero claro si me niego van a sospechar y les va a parecer raro, si Jana viene a comer simplemente tendremos que actuar como siempre hemos hecho, básicamente como si fuéramos amigas de toda la vida y olvidar que ayer nos estábamos comiendo la boca la una a la otra.

-Vale, ahora se lo digo mami.

-Perfecto, voy a seguir haciendo la comida. -Dicho esto se volvió a meter a la cocina.

Le dije a Jana si le apetecía venir a comer y dijo que sí sin darle mucha vuelta al asunto. Si que es verdad que me preguntó si le íbamos a decir a mí madre y a mis hermanas que estábamos saliendo juntas, yo simplemente le respondí que ya iríamos viendo, como fuera surgiendo la cosa.

Un tiempo después sonó el timbre de casa y fui yo a abrir. Cuando abrí me encontré a una Jana sonriente.

-Hola de nuevo. -Dijo Jana dándome un abrazo.

-Hola guapísima. -Dije correspondiendo el abrazo.

Todavía abrazadas Jana me miró y me dio un pico fugaz.

Bajo El Brillo De Un Balón De Oro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora