Advertencia: contenido muy explícito, leer bajo vuestra propia responsabilidad ya que puede subir demasiado la temperatura. 🔥Ahora sí disfrutad...
No entendía nada de lo que estaba pasando, estaba anonadada, pero tengo que confesar que la escena que estaba presenciando no me desagradaba en absoluto. No sé si es por el alcohol que llevaba en mi cuerpo, pero me atrevería a decir que me ponía verlas así.
-¿Jana? -Me atreví a hablar por fin.
Jana se separó de Ona y se me quedó mirando fijamente para después dedicarme una de esas sonrisas que pone cuando se le ocurre hacer algo que no sabes cómo va a acabar. Ella me cogió del brazo y tiro de mi hasta tener nuestros cuerpos pegados, pronto tuve sus labios pegados a los mios y yo no pude evitar no corresponderle.
-No estoy entendiendo nada...-Dije separándome de ella algo sofocada por ese beso.
-No hace falta, simplemente dejate llevar...-Dijo Jana para volver a besarme, de repente empecé a sentir besos en mi cuello por parte de Ona, lo cual solo hizo que la llama en mi interior se avivará.
De un momento a otro estábamos yendo las tres hacia la casa. Sabíamos perfectamente de que las chicas estarían en la verbena y no iban a volver hasta muy tarde. Cuando entramos fuimos derechas a la habitación, de verdad no sé quién estaba más borracha de las tres y si a eso le sumas que las dos estábamos más calientes que un horno da un resultado el cuál no se cómo se va a solucionar a la mañana siguiente. Pero en ese momento solo pensaba en disfrutar y de vivir el momento.
Nos empezamos a quitar las tres la ropa, hasta quedar solo con la ropa interior. De repente Jana se lanzó a los labios de Ona y yo simplemente me deleite con esa escena mientras empezaba a repartir caricias por el cuerpo de las dos. Jana se separó y me dijo algo que después de todo lo que pasó nunca pensé que me fuera a decir.
-¿Y tú qué? ¿No vas a besar a Ona amor? -Dijo Jana mirándonos a las dos mordiéndose el labio.
Yo miré a Ona que estaba igual de deseosa que yo y no me lo pensé más y la besé con todas mis ganas. Nuestros besos eran fuego puro y entre sus besos y las caricias y tocamientos de Jana sentía que la habitación podría empezar a echar llamas. La atracción sexual que había entre Ona y yo era inevitable, las dos queríamos disfrutar la una de la otra pero se le añadió un nuevo deseo que era hacerlo también con el amor de mi vida Jana.
No aguanté más necesitaba hacer tocar las estrellas a Ona. La guíe hacia la cama y la tumbé donde empecé a repartir besos húmedos en su cuello, bajando hasta su clavícula, llegando por su abdomen, hasta que llegue a su entrepierna donde empecé a dejar besos en esa zona, haciendo que sus piernas temblaran. Disfrutaba de cada jadeo que escapaba de ella pero disfrute aun más al alzar la mirada y ver a mí novia besando a Ona mientras amasaba los pechos de la susodicha y jugaba con sus pezones.
Ona pasó de soltar jadeos a empezar a mover sus caderas y soltar pequeños quejidos debido a la excitación que sentía en su parte íntima pero que nadie satisfacía. Me ponía mucho saber que en ese momento yo tenía el control sobre esa situación, pero decidí no hacerla esperar más, le quité las bragas y pasé mi mano lentamente por su zona íntima comprobando lo mojada que estaba ya.
-Mmmm... porfavor Aina, haz lo que quieras pero hazlo ya...-Dijo Ona llena de deseo y desesperación.
-Lo que quiera eeh...-Dije empezando a juguetear con mis dedos en su clítoris, lo que provocó que Ona empezará a soltar pequeños gemidos. Mi lado dominante estaba saliendo y la verdad que me lo estaba pasando en grande. -Querida Onita, sabes que lo que es mío no se toca ¿verdad? Sin embargo te has atrevido a liarte con mi novia. Aunque veo que a ella no le ha afectado mucho...-Dije viendo cómo Jana seguía besando a Ona.
-Aplicate el cuento...-Dijo Jana mirándome de forma lasciva. -Tu lo hiciste mal, pero nuestra querida Onita a jugado a dos bandas, habrá que hacer algo al respecto ¿No amor?
-Efectivamente... totalmente de acuerdo contigo cariño, ahora te vas a acordar de las dos Onita...-Dije parando mis movimientos y separando mi mano de su zona.
-Por favor Aina...¡Aaaaah! -Gimio Ona arqueando su espalda, al meterle tres dedos de golpe. Estaba tan mojada que no hacía falta ir despacio.
Empecé a penetrarla con mis dedos jugando con las velocidades, yendo lento, después rápido e ir bajando la velocidad de nuevo. De repente vi que Jana se ponía de cuclillas sobre la cara de Ona y está empezaba a lamer ese punto de mi novia el cuál la volvía loca. Escuchar los gemidos de Jana y Ona sincronizandose entre sí y retumbando por la habitación solo hizo que me calentará más y aumentará los movimientos de mis dedos mientras estimulaba el clítoris de Ona. Cuando sentí que estaba a punto de venirse pare mis movimientos y saque los dedos de su interior, Ona se quejó y justo cuando iba a replicar yo subí arriba y la miré cara a cara, Ona abrió los ojos y las dos chocamos miradas. Ona tenía una cara de confusión.
-Relevo pecas...-Dije con una sonrisa y dejando un beso sobre sus labios. -Amor demuéstrale lo que sabes hacer. -Le dije a Jana.
-Vas a flipar...-Dijo Jana guiñándole un ojo, pasando su lengua por la humedad de Ona, haciendo que está echará su cabeza hacia atrás y volviera a arquear su espalda de placer.
Mientras Jana la hacía tocar el cielo con su lengua yo repartía besos por todos su cuerpo y jugaba con sus pechos. Cuando Jana sintió que Ona estaba a punto se apartó.
-Sois unas cabronas...-Dijo Ona quedándose al borde del precipicio del placer.
-No cariño, es que ahora quiero disfrutar de mi chica, tranquila que en seguida te llegará a ti...-Dijo Jana yendo hacia a mí tumbándome en la cama mientras me besaba.
Jana siguió encima de mí, pero está vez se posicionó quedando sus nalgas en mi cara y su cara en mi intimidad. De repente sentí los dedos de mi chica en mi punto sensible haciéndome gemir, poco tiempo después sentí su lengua recorriendo toda mi zona lo que me hizo tocar las estrellas. Yo no me quedé atrás y también empecé a estimular su zona íntima, estaba tan mojada, tan lista para mí... No lo pensé dos veces y metí mis dedos en su interior haciendo que ella soltará uno de esos gemidos que tanto me gusta oír, mientras jugaba con mi otra manos jugaba con su clítoris.
Ona nos observaba atenta mientras se acariciaba a sí misma y así estuvimos un buen rato hasta que Jana y yo nos dejamos ir a la vez. Cuando nos incorporamos vimos a Ona muy necesitada.
-Venga amor, vamos a aliviar a la pobre Ona...-Dijo Jana mirándome.
-De acuerdo...-Dije empezando a acercarme a Ona besándola mientras Jana bajaba a su zona metiendo dos dedos dentro de ella, estaba tan sensible y necesitada que con nada que le hicieras soltaba gemidos de puro placer.
Mientras Jana la penetraba con sus dedos yo estimulaba su punto más sensible. Haciendo así que en poco tiempo Ona se dejará ir en nuestras manos, dejándola jadeante, agotada y satisfecha en la cama.
Jana y yo la miramos y después nos miramos entre las dos orgullosas, para después darnos un beso y chocar nuestras manos por el trabajo realizado. Ona estaba tan cansada que no tardó en quedarse dormida a un lado de la cama, Jana y yo también estábamos bastante cansadas asi que también nos acostamos una al lado de la otra.
-Bien hecho Aina...que sepas que esto lo he hecho porque te quiero mucho aunque la verdad que tampoco me ha desagradado jajaja. -Dijo Jana susurrando.
-Tu también lo has hecho genial Janita, sabía que te iba a gustar, aunque mañana hay que explicárselo a Ona. -Dije susurrando y dejando un piquito en sus labios.
-Si, pobrecita, mañana se levantará ralladisima. -Dijo Jana dejando un pico en mis labios. -Buenas noches Aini.
-Buenas noches Janita. -Dije acomodándome para dormir.
Y así Jana y yo caímos rendidas en los brazos de Morfeo.
N/A: Bueno, bueno...han saltado chispas y fuego en este capítulo. 😏Me gustaría mucho saber que os ha parecido. ¿Que creéis que pasará en los siguientes capítulos? No tengo nada más que decir, comentad, no os olvidéis de votar y muchísimas gracias por el apoyo gente bonica. 🫶🏻
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Bajo El Brillo De Un Balón De Oro
FanfictionDas todo lo mejor de ti, pero aún así sientes que no es suficiente. Sientes que no tienes brillo propio, que ese brillo que tienes viene de alguien externo pero a la par muy cercano a ti.