El castigo de Dios

10. Miradas perdidas

La voz del profesor retumbaba por todo el salón mientras este se paseaba de un lado a otro explicando apasionadamente el tema de la clase, pero todo esto pasaba desapercibido para el ojinegro, cuya mirada se encontraba perdida en algún punto fuera de la ventana y su mente aún más lejos.

-...entonces jóvenes, ¿alguien tiene alguna duda con respecto al tema?- preguntó el hombre de traje como lo hacía siempre que finalizaba la explicación de algún tema , y, al igual que siempre, todos en el salón contestaron con un fuerte y claro "no", como si de un coro se tratara.

 -Perfecto chicos, entonces, sumando lo que acabo de explicar con lo que vimos la clase pasada, ¿alguien me puede decir qué podemos concluir sobre el tema?- tan pronto como terminó de realizar la pregunta, todos comenzaron a evitar cruzar miradas con él- ¿alguien quiere dar su opinión?- no había respuesta alguna lo que desanimaba de a poco al hombre de traje -vamos chicos, ustedes dijeron que no había ninguna duda sobre esto, además, no quiero una conclusión enorme, es más, podrían solo decir los puntos importantes - el silencio del salón dejaba en claro que nadie estaba dispuesto a contestar- esta bien, yo elegiré al afortunado o afortunada que se llevará un punto si contesta correctamente-. 

El maestro se dirigió a la mesa de madera donde se encontraba su maletín y la hoja de asistencia de la clase -veamos- estiró el brazo y tomó la hoja para comenzar a deslizar su dedo de arriba a bajo sobre ella- y aquí esta, tenemos... ¡un afortunado! y es el joven Himmel, así que por favor joven Himmel ¿podría usted compartir con sus compañeros la conclusión del tema?- al no recibir respuesta volvió a llamar al chico de pelo ondulado- ¡joven Himmel! ¿me ha escuchado?-.

-Disculpe, ¿podría por favor repetir la pregunta? no escuché con atención la primera vez- sonaba tan tranquilo que hacía parecer que en verdad no había escuchado la pregunta cuando la realidad era que ni siquiera había prestado atención a la clase entera.

-Si claro, ¿Podría compartir con nosotros la conclusión a la que llegó sobre el tema o comentar los puntos con más relevancia sobre el mismo?-.

-Claro profesor, pues tomando los puntos que revisamos la clase anterior y complementándolos con los que explicó ahora puedo comentar que...-.

🌙

La tarde había caído ya y el cielo se pintaba de colores naranjas y azules mientras un suave viento soplaba los rostros de los estudiantes que acababan ya sus clases y se dirigían por fin a sus hogares.

-Oye Han puedo preguntarte ¡¿cómo rayos hiciste para contestar bien la pregunta del profesor hace rato?! - la mirada del chico más bajo se encontraba perdida de nuevo- ¡Hansol! Te estoy hablando- dijo Marco mientras sacudía la mano frente la cara de su amigo.

-Oh lo siento, estoy un poco distraído-.

- Si lo noté, te estuve viendo durante toda la clase del profesor Rodrigo y estoy seguro de que no pusiste ni una pisca de atención a lo que dijo, pero bueno, te pregunté que ¿Cómo le hiciste para contestar bien la pregunta de su clase?-.

-A eso, pues investigue por mi cuenta el otro día así que no fue difícil contestar, además no era tan complicado el tema-.

-Claro, como tú eres un sabelotodo puedes darte el lujo de decir eso, en cambio yo no entendí ni una palabra de lo que dijo el profesor, estoy seguro que ahora sí reprobare su materia- comenzó a hacer pucheros mientras fingía llorar.