El castigo de Dios

11. Lágrimas

-¡Lena ya llegamos!- gritó Hansol tan pronto como cruzó la puerta de la casa- ¿dónde estás? Quiero que me cuentes todo sobre la MJM- el brillo en sus ojos hacía evidente su emoción.

-Estoy preparando la comida, y no es a mí a quién llamaron, fue a mamá, así que tendrás que esperar a que llegue, por lo mientras suban a cambiarse los uniformes y dejar las mochilas a sus cuartos- contestó la mayor de los hermanos mientras asomaba su cabeza por la puerta de la cocina- por cierto, que guapo te has puesto Marco a comparación del enano que tienes al lado- miró a Hansol con una mueca en el rostro- pero bueno- volvió la mirada a Marco- no todos corren con la misma suerte que tu cierto.

-Ey, ¡¿cómo que enano?!- se quejó el más bajo de los chicos- ya te dije que soy de lento crecimiento, además, mamá te dijo que no me hicieras burla con eso ya- hizo un pequeño puchero- cuando mamá llegue te acusaré y ya verás como te va- giró en dirección a las escaleras y comenzó a subirlas con pasos fuertes para que fuera notoria su molestia- vamos Marco, no te quedes ahí parado y sígueme- dijo sin parar de subir.

- Creo que mejor voy a ayudar a Lena con la comida, sabes que no me gusta venir a tu casa y no hacer nada- contestó.

-¡Cómo quieras!- gritó Hansol antes de azotar la puerta de su cuarto.

Marco soltó una pequeña sonrisa y se dirigió a la cocina para ayudar a Lena luego de dejar su mochila en el pequeño sillón de la sala.

-Hola Lena, me da gusto verte también- se arremango las mangas de la camisa del uniforme para poder lavarse las manos- veo que sigues disfrutando de molestar a Hansol, me pregunto cuando pararás-.

-Hola Marco- le extendió una pequeña toalla para que secara sus manos- toma, y, contestado a tu pregunta, lo haré cuando crezca 15 centímetros más o sea al menos tan lindo como tú- la chica en verdad se divertía molestando a su pequeño hermano.

-Yo creo que es perfecto así como es- aquellas palabras salieron sin autorización de su boca y para cuando se dió cuenta de aquello y quiso arreglarlo la chica comenzó a hablar.

- ¿Tanto te gusta ese niño berrinchudo como para creer que es perfecto?- dijo sin dejar de agregar ingredientes a la comida- seguro dices eso porque no lo has visto por las mañanas, su cabello es un desastre, su rostro está todo hinchado y lleno de baba, además se comporta muy infantil y hace unos berrinches tremendos, pero eso no es todo...- el ojiverde la interrumpió.

-¿Qué dijiste?- contrario a la joven, quién hablaba como si nada hubiera pasado, el ojiverde se notaba un poco aturdido.

-Dije que hace muchos berrinches-.

-No, lo que dijiste antes de eso-.

-¿La parte en la que babea?, verdad que es desagradable, si yo me enterará que la persona que me gusta babea mientras duerme automáticamente me dejaría de gustar, bueno, no tanto así, pero si perdería puntos, ¿no lo crees?-.

-No me refería a la parte en la que babea, yo a veces también lo hago, digo ¿Quien no?, pero eso no importa, yo hablaba de la parte en la que dijiste que- miró alrededor para asegurarse de que seguían siendo solo ellos dos en la cocina y una vez seguro, susurrando, completo la frase- que me gusta tu hermano-.

-Aaa esa parte, ¿a caso estoy equivocada?-.

- Jajaja claro que sí Lena, ¿Quién te dijo que me gusta Hansol?- su voz tenía manchas de nerviosismo que trataba de disimular con un rostro y sonrisa "relajados"- Él solo es mi amigo, ya sabes, hermanos del alma, mi bro, mi compa, mi BFF; se que dije que es perfecto, pero lo decía como amigo, es perfecto como amigo ¿me entiendes?, y lo digo porque siempre me ayuda con los tarea y los exámenes, no porque crea que es lindo o algo por el estilo, bueno, si creo que es lindo, pero como amigo, no te confundas, además, sería raro que me guste un chico ¿No lo crees?- tratando de mantener sereno tomó algunos vegetales que estaban sobre la mesa, los lavó y comenzó a cortarlos en finos cubos- además no sería normal Lena, jajaj cómo pudiste siquiera pensarlo-.