Capitulo 5.

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Capitulo 5: Es imposible ¿No?

Me encontraba ya en mi cama sin poder dormir, eran las 12:40 de la noche y los pasillos se encontraban ajetreados mientras yo tenía tantas dudas y preguntas sobre Poché que sentía que la cabeza me ibas estallar en cualquier momento.

-¡Calle! - entró Juampa a mi habitación haciendo que brincara del susto y me preocupara por lo agitado que se veía. Respiró profundo y se asercó lentamente a mi - me ha llegado un informe de la policía, es sobre tus padres.... - dijo está vez más tranquilo y algo en mi se agitó con un mal presentimiento.

-¡¿Que ha pasado con ellos Juampa?! ¡Dímelo de una vez! - pregunté histérica.

-Hicieron un operativo dónde tenían planeado detener o matar a Alexandro y tus padres murieron en el. Lo siento mucho - al escuchar eso los recuerdos de todas las personas que he perdido se me vinieron a la mente, realmente mi vida no podía estar peor.

Saque a Juampa a empujones de mi cuarto y lloré, lloré abrazada a la almohada hasta que me cansé. Por la mañana no tenía ganas de absolutamente nada, bueno si, de matarme y acabar con mi mierda de vida de una vez por todas. Matu estuvo todo el tiempo conmigo mientras me consolaba y no me dejaba sola ni para entrenar, es como si supiera lo que pasaba por mi mente y se quedaba conmigo solo para que no cometiera una locura. Cuando me pude deshacer de ella salí al patio a correr como si mi vida dependiera de ello, me estaba asfixiando y sabía que no podía más, pero también quería saber si lograba reventar y mi muerte no sería tan trágica; pero para mí mala suerte choque con algo o mejor dicho alguien.

-Lo que no te mata te hace más fuerte. Piénsalo Calle, es mejor que tú veas a tus padres ser enterrados a qué tus padres vean a su hija ser enterrada - dijo Poché sin darme tiempo ni de responder, se fue sin dejarme que le dijera nada.

Según me había dicho Juampa está mañana, Alexandro también había muerto en ese operativo, cosa que me alegraba por qué así la muerte de mis padres no fue en vano. También me dijo que eso significaba que ya no había ningún peligro para mí y que podía quedarme aquí el tiempo que fuera necesario y yo no podía creer que ahora que era libre mi vida no tenía ningún tipo de sentido, ahora que era libre de este infierno no tenía ni padres, ni novio, ni hijo; no tenía absolutamente nada. Solo tenía una cosa clara, quería desahogarme y el echo de saber que había alguien más jodido que yo en esta vida me reconfortaba. Por esa razón esa noche volví a tomar el camino del bosque a casa de Poché y toqué su puerta con un poco de nervios, ella tenía las luces encendidas así que supuse que estaba despierta.

-¿Que coño haces tú aquí? - preguntó Poché con su voz sería y calmada como de costumbre.

-Quiero saber que te pasó y por que demonios eres así - dije mientras entraba a su casa sin permiso viendo la cara de molestia que tenía y rogaba a quién fuera para que no me asesinara.

-Mira Calle, si quieres hacerme una estúpida broma, guardatela para mañana que no estoy de animos - dijo acercándose a mi.

Yo solo la ignore y me fui a dónde ella tenía el equipo de música el cual encendí, apagué las luces y solo deje encendidas aquella pequeñas que tenía con baja iluminación y me senté en la alfombra al frente de su chimenea. Poché tenía una botella de vino a un lado y me serví una copa que me tomé de golpe. Pequeñas lágrimas se salieron de mis ojos y de repente recordé aquel sobrecito con droga de me había dado Matu, según ella esa era la mejor forma de evadir la realidad y de verdad funciona mucho. Está mañana me dió para probarlo en las duchas y terminamos teniendo sexo, eso sí quieren se los cuento después, pero volviendo a dónde estaba.

Estába apunto de meterme cuando sentí como Poché me lo quitaba de golpe -Da igual lo que te metas para evadir la realidad Daniela, lo que te ha pasado no se te va a olvidar nunca - dijo sería y supongo que molesta y se fue a la cocina para después volver con una botella de ron en la mano - ten, te aseguro que eso hace menos daño que la porquería que querías meterte - me dió la botella y ella se sentó en uno de los sillones mientras yo comenzaba a beberme la botella con sorbos largos.

Lloraba mientras me tomaba la botella de ron, no podía evitar sentirme miserable, ni siquiera sabía que hacía en el mismo lugar donde se encontraba la asesina de mi hijo, pero si sabía que estar ahí con ella me hacia sentir una tranquilidad enorme, calma y seguridad ¿Por qué? Realmente me gustaría saberlo. De un momento a otro ya llevaba dos botellas de ron y solo bailaba al ritmo de música, tenía mi camisa militar desabrochada y a esas alturas no me importaba si Poché me llegaba a ver algo ya que no tenía sujetador. Si se preguntan por Poché bueno, ella solo estaba sentada en el mismo sofá bebiendo vino como si estuviera esperando que me desahogara tranquila, no hablaba y tampoco me interrumpía, lo único que hacía era verme y seguir mi baile con la mirada.

-¿Te has tomado tres botellas de vino y aún así no estás borracha? - le pregunté sentándome de nuevo en la alfombra viendola a ella de frente.

-A mi esto no me hace nada Calle, solo me relaja para quedarme quieta y esperar a que tú termines de estar de luto - dijo como si nada.

-¿En serio? ¿No sientes nada? ¿No sientes el alcohol recorriendo tus venas? - pregunté yo a lo que ella río y negó con la cabeza - ¿Sabes que me gustaría hacer ahora?

-¿Que? - preguntó ella sería.

-Besarte.....

-Pufff que pereza con los borrachos - dijo tomándose la última copa de vino que le quedaba y se acostó en el sofá.

Me acerque a ella con cuidado y aún sentada en el suelo quedaba a la altura de su cara, ella giró su rostro en mi dirección y yo con uno de mis dedos comencé a acariciar su flequillo, después baje por su frente, su nariz, su labio superior y luego el inferior haciendo que ella entreabiera un poco sus labios, labios que yo miraba por cierto, retire mi mano con cuidado y seguí viendo fijamente sus labios.

-No vamos a tener sexo Daniela - dijo a lo que yo reí.

-¿Tu de verdad piensas que yo quiero tener sexo contigo? - le pregunté a lo que ella asintió segura, ¿Y para que mentirles? Claro que quería tener sexo con ella - pero eso es algo imposible ¿Cierto? - Poché no dijo nada y en ese momento la música se paró - entonces mejor vamos a dormir.... - dije levantándome del suelo para acostarme en otro de los sillones pero Poché me jalo de un brazo y me dijo a horcajadas sobre ella mientras me sujetaba fuertemente de la cintura.

¡Mierda!

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Buenos días, aquí les dejo otro capítulo de esta historia que de verdad me tiene muy cautivada y espero que a ustedes también.

𝐃𝐞𝐥 𝐨𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 → 𝐂𝐚𝐜𝐡é 𝐆!𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora