Capitulo 11.

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Capitulo 11: Una línea roja.

Me desperté y lo primero que hice fue buscar a Poché en la cama, pero nada, ella no estaba y eso no se me hacía extraño, Poché solía madrugar todo el tiempo. Vi la hora en mi celular y comprobé que eran las 8:00 de la mañana así que supuse que Poché había ido a cambiar los diamantes. Me levanté y me fui a dar una ducha con hidromasaje la cual era espectacular, encendí el agua y me sumergí tanto en mis pensamientos sobre la noche anterior que parecía una garbanzo en remojo. Pensaba en lo que había pasado con Poché ¿Ella de verdad cambiaría por mi? ¿O todo lo que me dijo era mentira? ¿Estaría hoy conmigo igual de cariñosa que ayer o seguiría igual de fría y distante que siempre? Suspiré y me salí de la ducha. Mientras me secaba veía todas las marcas que me había dejado con una sonrisa haciendo que reviviera cada momento de anoche. Escuché un portazo que me hizo salir de mis pensamientos y me puse ropa cómoda, mi ropa interior, un pantalón blanco, un top negro y una chaqueta de cuero encima. Arreglé mi cabello en una coleta alta dejando algunos mechones afuera y después salí. Observé dos maletines negros sobre la mesa haciendo que recorriera la sala con la mirada dónde no ví rastro de Poché así que me fui a la cocina. Antes de entrar Poché venía saliendo con una taza de café muy, muy caliente ¿Y se preguntarán cómo sabía que estaba caliente? Bueno, ambas chocamos y el café se me derramó en toda la parte baja quemandome hasta las bragas.

-¡Joder Poché, avisa que vas a pasar coño!

-¡Por Dios Calle! No sabía que estabas afuera del baño y yo no soy un auto para pitar y avisar que voy a pasar - dijo ella y eso me hizo reír, se volvió a ir a la cocina supongo que por la fregona y supuse bien ya que después de unos segundos la tenía frente a mi con ella y un trapo en la mano -¿Te quemaste mucho? - dijo pasandome el trapo por dónde había caído el café y negué con la cabeza, tampoco había Sido tan grave. Ella beso mi mejilla y recogió el café para después ir de nuevo a la cocina y buscar otra taza de café - ¡Calle, Calle! ¿Estás o te han abducido? - dijo ella pasando su mano por frente de mis ojos y es que me había quedado embobada con ella y ese beso en la mejilla.

-Si, si ya... Ya me voy a cambiar - dije quitándome mi chaqueta la cual se había manchado un poco y los pantalones blancos los cuales era un desastre. Noté la mirada de Poché encima de mi, una mirada intensa y me volví hacia ella, quien seguía mirándome con cara de póker - ¿Sucede algo? - pregunté pero no respondió, saque otros pantalones que también eran blancos y me los puse, metí la chaqueta en la lavadora y me senté en el sofá mientras que Poché seguía en silencio - tengo hambre, ¿Vamos a desayunar?

-No pensarás ir a desayunar en sujetador ¿Cierto? - asentí.

-Es un top - dije evidente y con una sonrisa, me encantaba ese top.

-Que top ni que nada - dijo Poché - puedes ir así, pero no respondo de lo que haga ¿Ok? - asentí lentamente.

Cuando Poché me dijo eso pensé que se refería a que me empotraría contra una pared, la mesa o algo así. Pero nunca me imaginé lo que ocurrió a continuación.

Nos sentamos en la mesa del restaurante y me preguntó - ¿Que vas a querer?

-Quiero una Coca-Cola y un bocadillo de bacon - le dije a lo que ella se sorprendió y se fue a la barra a pedir.

Desde que llegamos note una mirada hacia mi, pero estaba segura que no era la de Poché, ella me miraba con tanta intensidad que sabía que esa mirada no era suya. Voltee mi cabeza y Vi que se trataba de un camarero al cual solo le sonreí y dejé de prestarle atención al ver cómo Poché volvió con el desayuno de ambas; ella se había pedido dos crussanes con chocolate blanco y una botella de agua.

𝐃𝐞𝐥 𝐨𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 → 𝐂𝐚𝐜𝐡é 𝐆!𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora