Capitulo 8.

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Capitulo 8: Condenadas a no entendernos.

Desperté sobresaltada en una habitación desconocida para mí, era espaciosa y hermosa, tenía una cama matrimonial, un espejo gigante enfrente de la cama y muchas otras cosas mas que me dejaron bastante impresionada, era un habitación de lujo. Fijé mi vista al lado de la almohada y Vi que tenía una nota junto a un celular así que la tomé y la leí.

Calle: me salí un rato a pasear y a checar un poco la zona, si quieres comer sal y pídelo en recepción. Estamos en uno de los hoteles más importantes de Bogotá así que espero que te guste, y te dejo mi celular por si querés llamar a alguien.

Nos vemos en un rato.

Poché.

Tomé el celular y recordé que en mi chaqueta tenía el número de la academia, así que llamé y pedí que me pasaran a Matu y puse el manos libres para hablar y fijarme en la bonita vista que teníamos desde el gran ventanal de la habitación.

Llamada.

— Academia ( Matu ) —

— ¿Calle donde estás? Te he estado buscando por todos lados — dijo preocupada y sonreí.

— Hola cariño, me escapé, ya no aguantaba mas estar en ese lugar — dije mirando a todos lados con una leve sensación de que alguien me observaba.

—Bueno amor, a mi mañana me díploman como comandante — dijo emocionada.

— Oh, ¿Entonces no nos vamos a ver más? — pregunté.

— Claro que si cielo. Yo no voy a servir a no ser que haga falta. Te voy a mandar mi número de teléfono y me hablas a WhatsApp, me mandas tu ubicación y si quieres quedamos para vernos — dijo ella segura.

—Tengo el celular de Poché, pero está bien, dentro de un rato te escribo y quedamos para vernos. Bueno Cariño, me voy a desayunar que tengo mucha hambre — dije riendo.

—Esta bien mi niña, come bien que aquí en la academia se pierde peso y tú necesitas estar más rellenita — Dijo riendo a lo que yo también reí — te quiero Calle.

— Y yo — dije, me dió su número y después colgué con una sonrisa.

Fin de la llamada.

Antes de salir a comer ya que realmente me estaba muriendo de hambre, tomé una ducha y me vestí con algo casual, extrañaba vestir de nuevo como las personas normales. Le mandé un WhatsApp a Matu y cuando iba a salir entro Poché así que no dudé en decirle algo que me inquietaba.

—Poché, estoy intranquila, es como si alguien nos estuviera vigilando — dije confundida.

—¿Tienes miedo? — asentí levemente ya que si tenía un poco de miedo — haces bien en tener miedo, nunca te confíes de dónde estás, a veces las cosas no son lo que parece.

Suspiré y asentí —Voy a comer ¿Vienes? — le dije a lo que ella negó y le pasé su celular.

—Llévatelo, seguro tienes que esperar a que Matu te responda — ¿Cómo putas sabía ella eso? — No preguntes ¿Quieres? Ahora ve a comer — dijo ella mientras se echaba whisky en un vaso y sacaba una pequeña bolsa que al abrirlas saco un diamante.

𝐃𝐞𝐥 𝐨𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 → 𝐂𝐚𝐜𝐡é 𝐆!𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora