Capitulo 9.

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Capitulo 9: Salvarla de ella misma.

La madrugada pasó rápido, me levanté, me di una ducha y después de arreglarme me fui a la recepción a esperar a Matu. Cuando llegué ella ya estaba hay, sonriendo y muy cambiada, aunque tal vez era por qué no la veía con el uniforme de la academia. Llevaba unos pantalones cortos y un top, se me hacía bastante extraño verla sin el uniforme. Fui hacia ella y la abrace recibiendo un beso en los labios por su parte que de verdad no me esperaba. Me tomó de la mano y nos fuimos a desayunar al bufet del hotel.

—Estas preciosa Calle — dijo tocandome la mejilla suavemente.

Seguimos comiendo y accidentalmente mi cafe se me derramó en la camisa que llevaba Puesta. Matu me ayudó a intentar limpiarla pero era un total desastre así que fuimos a la habitación de Poché donde yo aún tenía mis cosas y como era de esperarse Poché no estaba. Me quité la camisa y noté la mirada de Matu quien me miraba sonriente, echó el cerrojo a la puerta y poco a poco se fue acercando a mi y me abrazó por la espalda.

—Estas preciosísima, ¿Ya te lo he dicho? — dijo sonriendo en mi oído.

—Si, como unas cuatro veces — dije soltando una carcajada.

—Pues yo creo que te lo tengo que decir más veces por qué es cierto — dijo está vez besando mi cuello.

Me di la vuelta y ambas comenzamos a besarnos, me besaba con tanta ternura y cariño que me hizo pensar que nunca nadie me había besado de esa manera, ni siquiera Sebastián. Fuimos retrocediendo hasta la cama y en el camino fuimos dejando atrás nuestra ropa quedándonos casi desnudas solo con nuestras bragas. Yo me senté en la cama y ella quedó a horcajadas sobre mi empujándome levemente hacia atrás, ella se acomodó y comenzó a dejar un camino de besos por todo mi cuerpo y pechos. Volvió a besarme y al acomodarse su mano rozó con mis bragas haciendo que de mi boca saliera un gemido; volvió a bajar dejando besos húmedos mientras retiraba con cuidado mis bragas y su lengua comenzó a jugar con mi centro. El cuarto fue tomando calor, un ambiente intenso y lleno de gemidos. Una vez que llegue al orgasmo Matu comenzó a besarme, le di la vuelta en la cama y la dejé a ella debajo, le acaricie el cabello mientas nos mirábamos a los ojos. Ella me sonrió y yo la bese jugando con mi mano en unos de sus pechos, baje hasta este y le di una leve mordida en un pezón mientas con mi mano pellizcaba el otro haciendo que sus gemidos se hicieran presente. Quite sus bragas y empecé a acariciar su sexo el cual estaba bastante húmedo.

—Tu me tienes así — dijo gimiendo mientras mi mano seguía jugando con su sexo.

Volví a besarla y comencé a meter uno de mis dedos, haciendo fricción. Sus gemidos iba cada vez más fuerte. Sus paredes se contraían, metí un segundo dedo y comencé a hacer fricción mucho más rápido, sus paredes comenzaron a contraerse y llegó al orgasmo derarmando sus fluidos en mi mano. Me limpie la mano con la sábana y volvimos a besarnos.

°Narrador omnisciente°

Mientras Calle y Matu tenían su mañana de pasión, en el bar de hotel se encontraba Poché viendo atenta y muy molesta la escena de ambas por la pantalla de su celular el cual había programado con algunas pequeñas cámaras que había instalado en la habitación. Por mucho que no lo crean, Poché no confiaba en Calle, y con la larga experiencia que tenía en sus 20 años ella no podía confiarse de esa manera.

Poché miro la hora en su reloj y pudo ver qué eran la 1:30, hora de comer y por desgracia el avión privado que las llevaría a Rusia tuvo un inconveniente y se quedó sin combustible y Poché no le quedó más opción que comprar los dos billetes de avión a dicho país. Poché al ver la escena desde su celular pensó en irse sola, Calle no la necesitaba para nada y ella se podía ir sola. Pero también pasó su otro pensamiento de dañarles la mañana y estoy segura que ustedes saben cuál decisión prefirió tomar Poché. Pagó sus tragos y se fue directamente a su habitación. La puerta estaba cerrada ya que Matu le había puesto el seguro. Eso la molesto ya que en otras palabras, esa era su habitación. Tomó un poco de impulso y pateo la puerta con fuerza tirandola abajo.

𝐃𝐞𝐥 𝐨𝐝𝐢𝐨 𝐚𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 → 𝐂𝐚𝐜𝐡é 𝐆!𝐩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora