Capítulo 5. Síntomas

46 12 0
                                    


Advertencia: Recuerdo a mis espectadores que esto es mera ficción y no aliento ninguno de los comportamientos aquí mencionados.

Si en algún momento me preguntas, ¿cuándo comenzó?, no podría responderlo, lo único que viene a mi mente son todas esas preguntas, todos esos pensamientos, en los que solo podía pensar en ti

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si en algún momento me preguntas, ¿cuándo comenzó?, no podría responderlo, lo único que viene a mi mente son todas esas preguntas, todos esos pensamientos, en los que solo podía pensar en ti.

Era como si todo mi mundo orbitara alrededor de tu persona.

¿Cómo hacer frente a estos sentimientos?

¿Cómo puedo explicarte que deseo tomar tu mano mientras caminas por la calle?

¿Cómo puedo decirte que deseo sostenerte entre mis brazos?

¿Cómo te digo que deseo explorar la dulzura de tu boca?

Eran las constantes dudas que me atormentan, no me di cuenta de que un día, al despertarme eras el primer pensamiento que venía a mí, mi cerebro estaba plagado de recuerdos.

Casi podía oler tu perfume, casi podía imaginar el tono de tu voz, casi podía tocarte con mis manos, pero al abrir los ojos todo aquello desaparecía, simplemente no sé cómo es que aquello se transformó en esto.

Noche y día pensando en ti.

—Xue Yang, ¿me estás poniendo atención?— este es uno de esos días en los que tu voz me mantenía hipnotizado de tu persona.

No sabía qué sucedía, pero era algo que no podía controlar, lo intente créeme.

—Si, yo... lo siento— me miraste por unos instantes y mis manos comenzaron a sudar.

Tu presencia me ponía ansioso, estar frente a ti me hacía torpe y no podía evitar tratar de verme seguro de mismo, aunque por dentro tenía miedo de mostrar mi debilidad ante ti.

Porque no quiero verme débil ante nadie, mucho menos frente a ti.

Pero admito que aunque lo intentaba, me veía aún más estúpido, porque al final, era por esa razón que estaba aquí, aunque para mi cabeza todo esto no tenía sentido.

Te quitaste los anteojos y me miraste con paciencia reflejada en tus ojos, es normal que cuando me mires, me lata tan rápido el corazón, al parecer no necesito un psicólogo, un cardiólogo estaría mejor.

—Creo que esto no está funcionado, Xue Yang— tus manos se unieron sobre tus esbeltas piernas, la pregunta ahora es ¿desde cuándo observo tus piernas como para decir que son esbeltas?.

Incluso tus manos son hermosas, pálidas y delgadas, puedo imaginar que tacto es suave, al ver como sostienes delicadamente el bolígrafo.

—La terapia no es un remedio mágico, que cuando lo tomas, promete curar todos tus males — tu voz firme me hizo salir de aquel trance en el que me vi sumergido de nuevo.

AU MODERN Limerencia (XueXiao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora