Capítulo 6. Fragmentos

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Xiao Xingchen.

Mientras me encontraba comiendo los buñuelos que Xue Yang había preparado para mí aquella mañana, no podía evitar pensar en lo que ha estado sucediendo en mi mente esta semana.

El sentimiento de culpa ha invadido mi ser al soñar con un hombre que no es mi novio, no puedo evitar el sentimiento de traición, se arremoline en mi mente y aunque en mi lengua la miel es dulce, en realidad me sabe agria, porque no puedo evitar hacerme una y otra vez esta pregunta.

¿Por qué tengo la sensación de no recordar algo importante?

—¿Daozang no te ha gustado el desayuno?— pregunto A-Yang, baje mi mirada a la bandeja con comida que había elaborado esta mañana, no pude evitar pensar en esa culpa de que estoy traicionando a este hombre al dedicar mis pensamientos a otro que no conozco, la deliciosa comida que él prepara todos los días y que como siempre con tanto gusto, el día de hoy estaba casi intacto, no tenía apetito. —Puedo preparar algo más para ti— hizo ademán de pararse, pero lo detuve tomándole del brazo.

—No, no es eso— negué con la cabeza y él me miro preocupado —solo no tengo hambre—

El palmeo mi frente en busca de temperatura y su mirada preocupada se centró en mí.

—No hay temperatura, no te preocupes, daozang traeré a un doctor a que te revise— dijo mostrando una de sus características sonrisas.

—No debes preocuparte, debe ser porque comí demasiado anoche— trate de justificarme con la cena de anoche y que había comido demasiado.

—¿Estás seguro? — me miro con algo de duda — no me quiero arriesgar a que te enfermes, puede ser algo grave— beso mi frente y retiro la charola.

Asentí con la cabeza y volví a tirar de su brazo, volteo a verme y le señalé su lado de la cama.

—Mejor ven y recuéstate conmigo, quiero estar junto a ti—

Al final se dio a la petición de recostarse junto a mí, en un abrazo íntimo, donde la frescura de la mañana nos arrulló mientras escuchaba su corazón latir en su pecho.

Cerré los ojos dejándome guiar por los sueños y entonces, una sonrisa se formó en mi rostro y una delgada lágrima se deslizó en mi mejilla.

Y es que aunque estaba rodeado de rosas y espinas, un ligero a olor a lavanda podía filtrarse en mis sueños.

— Debes tener cuidado — menciono la voz de aquel hombre —Ese tipo es peligroso, tu mismo me lo dijiste, no está bien de sus facultades mentales—

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— Debes tener cuidado — menciono la voz de aquel hombre —Ese tipo es peligroso, tu mismo me lo dijiste, no está bien de sus facultades mentales—

El rostro seguía sin aparecer, era como si una bruma se posara en el rostro de aquel hombre que me hablaba tan seriamente.

—¿Quién eres?, ¿de dónde te conozco? — aunque las preguntas se hacían y parecían salir de mis labios, era como si estas no llegaran a sus oídos.

AU MODERN Limerencia (XueXiao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora