CAPÍTULO 20. Corleone

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Lynette.

Estos últimos dos meses han sido más pesados de lo que imagine. Damián y Chloe están tomando clases de defensa personal mientras que Rodrigo los entrena en el campo de tiro, sugerencia de mi madre. Entre Martin y yo capturamos a Abraham, fue bastante fácil al ser un hombre tan confiado con las personas logramos capturarlo sin ni siquiera hacer un esfuerzo. Aunque la élite de Corleone ya se está dando por enterado que varios de sus hombres están desapareciendo sin sentido alguno, tenemos contados los pasos que da y para dónde va. Sólo esperamos el momento perfecto para interceptar con él.

—¿Qué información tenemos, Martin? —Pregunto al verlo entrar con algunos escoltas.

—Sábado, 3 de la tarde. Corleone saldrá de la ciudad para tratar algunos negocios. —Toma asiento frente al escritorio—. Se dirige a Miami, se ve con Federico Rivera es un traficante de armas y trata de blancas, al parecer tendrá nuevo cargamento.

—No saldrá de la ciudad —sonrió y me entregó un mapa.

—Me tomé la libertad de estructurar un plan de ataque. Es justo lo que teníamos planeado, igual si gustas checarlo. —revisó los puntos registrados—. No podrá ni llegar al aeropuerto, estará rodeado —se recarga conforme.

—Tengo a Josué y a Dylan dentro de su equipo. —Presione un número en el teléfono—. Esteban, trae a Rodrigo —suelto el botón—. Encontraron piedras preciosas en una caja fuerte y papeles registrados de una cuenta bancaria con más de uno punto seis billones de dólares.

—¿Qué el dueño de ese negocio no es...?

Me mira.

—Diego —prosigo—, principal líder del tráfico de rubíes, espinela, alejandría, diamante, esmeraldas, zafiros y granates. —Doy un sorbo a mi café—. Piedras preciosas registradas a nivel mundial. Según la información de Corleone, Diego escapó y días después apareció muerto por circunstancias "raras" en el hotel Speren —explicó—. Los forenses dijeron que murió por un paro cardiaco, pero él no tenía indicios de padecer de una enfermedad así.

—Corleone dijo que encontraron su casa desvalijada y que alguien saqueo sus cuentas bancarias. —ríe—. Ese idiota se está poniendo la soga al cuello. Es cierto lo que dijo Cassandra, sólo busca más poder.

—Dudo que vaya con Federico a obtener el cargamento.

—Buenas tardes, ¿me buscaba? —entra Rodrigo.

—Necesito que cheques esto. —extiendo el mapa hacia él—. Espero que lo que te pedí esté completo para este sábado.

—Lo tendrá hoy en la noche —dice firme.

—Está más que perfecto. —Apuntó el mapa—. No quiero fallas, quiero estrategias en caso de que esto no funcione.

—Siempre es bueno un plan B —interviene Martin.

—Así es, jefa —toma el mapa y lo guarda—. ¿Algo más?

— Cuando tengas mi pedido, avísame — hago un ademán para que salga y él asiente.

Me paro del escritorio y caminó hacia la caja fuerte color gris que está incrustada en la pared. Coloqué la clave y abrí sacando otro gran fajo de papeles. Aquí también se encontraban los que tenían información sobre los Black y la poca información que tengo sobre mis padres biológicos.

—Compra de los cuatro burdeles más prestigiosos de Los ángeles, seis más de Washington. Eso hablando nada más de dos ciudades. Cada una evaluada en dos billones de dólares. —Cierro la caja y caminó hacia él mostrando los papeles y fotos de cada lugar junto con sus ubicaciones—. Ahora que me hablas de un tal Federico, congenia con estos repentinos gastos.

—Aun así, son los negocios más bajos —hojea los papeles.

—Sólo hay 4 tráficos más poderosos en Estados Unidos. —Vuelvo a tomar asiento—. Tráfico de piedras preciosas: líder muerto por causas desconocidas. Tráfico de blancas: posible muerte o saboteo de negocio. Falsificación de documentos y tráfico de órganos —lo miró directamente—: sabotaje en canales de tránsito. Tráfico de drogas y armas —tomó una carta y se la enseñó—: amenaza de muerte y persecución, posible ataque armado o bomba. —Aviento la carta.

—Todo coincide a la perfección, ya no hay más que preguntar, todo lo tenemos aquí. —Mira toda la información—. ¿Tu familia sabe de esto? —Agarra la carta.

—Llego hoy por la mañana. Ellos saldrán de la ciudad, irán con ellos varios escoltas; tanto aéreo cómo en tierra —explicó—. Se van mañana por la mañana, deberías sacar a tu familia también, mañana es el día.

—Están en Denver, igual los están protegiendo —se paró—. Espero que tus hombres estén listos, una elite está en nuestra espalda.

—Estamos más que listos —me levanto por igual—. A mí nadie me amenaza.

—Moretti tenías que ser —dice burlesco y extiende su mano.

— Y tú un Carter —estrecho su mano.

(...)

La cena transcurría en un silencio tenso, el choque de los cubiertos y el reloj era todo lo que se escuchaba. Todos están al tanto de los hechos y de los planes que se tenían trazados. Mi madre con el ceño fruncido miraba su plato, Sharon miraba a los hermanos con semblante preocupado, Chloe en un estado neutro bebía su jugo y Damián seguía enojado, llevaba un mes así, sin hablarme, sin reírse, para lo único que me buscaba era para su pago o para entregarme algunos papeles.

«—Llevamos un mes saliendo, conociéndonos más —dice con un nudo en la garganta—. Me dijiste que te gustaba, que me querías y ahora que te pido ser mi novia dices simplemente no.

—Ya te lo expliqué, Damián. —Me siento en la cama—. No voy a exponerte a mi mundo, suficiente tengo con tenerte aquí. ¿Sabes lo que puede pasar si te vinculan conmigo?

—No me interesa. —Se hinca frente a mi—. Podemos con esto, yo sé que sí.

—Eres egoísta, solamente piensas en ti y en lo que quieres hacer —lo alejó de mí—. Ponte en mis zapatos, este no es el mundo maravilloso que pintan en las películas de acción. Esto es la realidad, es peligroso y yo lo hago porque tengo un compromiso. —Lo tomó de las mejillas—. ¿Crees que me gusta ver a lo que expongo a mi madre y a mi tía? Y no sólo ellas, te incluyo a ti y a tu hermana, por Dios.

—Lynette —dice cabizbajo.

—Yo no quiero que vivas lo que yo vivo, yo no elegí quererte. —Levantó su mirada—. Tampoco te culpo de eso, son cosas que pasan. Pero si puedo elegir que quiero y que no.

—Por favor —derrama una lágrima.

—Te quiero y por eso digo no. No quiero ser tu novia, no quiero verte sufrir igual que mamá. —sus ojos buscaron los míos—. Te quiero tanto que no planeo ponerte en riesgo y menos con estos problemas. Solamente espero que un día lo entiendas y que comprendas que este mundo no es para ti. »

«No mezcles los sentimientos con el trabajo, nada termina bien y las personas cómo nosotros, no tienen finales felices»  

«No mezcles los sentimientos con el trabajo, nada termina bien y las personas cómo nosotros, no tienen finales felices»  

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Moretti © #1 Enemigos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora