CAPÍTULO 39. El mundo real

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Lynette.

—Esto es tan raro —comenta Mia mientras come del pastel.

—¿Qué es raro? —Inquiere, Damián.

—Oh, bueno. Cuando es mi cumpleaños me dan ganas de festejarlo. Montar una fiesta y comer todo el día. en cambio estamos sentados, viendo una película mientras comemos pastel, eso no es festejar —se queja.

—En primera, ustedes no pueden ni caminar; en segunda, estoy disfrutando mi cumpleaños y en tercera, nosotros no festejamos los cumpleaños cómo tal —explica Rodrigo con naturalidad.

—La élite no nos permite un festejo de nuestro cumpleaños, sólo se festejan triunfos o ascensos. Un nacimiento es algo normal y natural. —Prosigo al ver su cara de confusión—. Aun así, nuestros padres nos permitían pedir un pastel grande y pasarla todo el día viendo películas. Supongo que ya es una costumbre.

—Es una costumbre muy buena. —Sonríe Rodrigo—. Y es aún mejor cuando estás acompañado de las personas que quieres.

La mirada de Damián y Mia están más que sorprendidas. Quizá en su mundo es algo con naturaleza, pero nosotros fuimos criados de esa manera y esta es nuestra forma "rara" de festejarlo. Aunque mis planes eran muy diferentes para el cumpleaños de Damián, quiero que festeje y esté muy bien acompañado, no quiero que cambie sus hábitos por estar dentro de esto.

—Tenemos que cambiar eso, es triste. —Mia hace berrinche. Un clásico—. Su nacimiento es lo mejor que puede pasar en este mundo.

—No cuando eres mercancía. —Rodrigo y yo reímos—. Para las personas, tener un hijo es un negocio. Tendrás un sucesor que te ayude a elevar tus ganancias de una manes espléndida, más allá de ser amor somos ratas de trabajo.

—Y cada que pasen los años, esa fortuna seguirá creciendo. Gracias a las aportaciones juveniles. —Concluye Rodrigo.

—Básicamente lo que pasó con Emily. ¿No? —Pregunta Damián.

—Si, Martin necesitaba un hijo. Es una exigencia por parte de la élite. Al haberse casado con una dama de compañía su problema creció un poco más —le contestó.

—Tu dijiste que tu madre y ella vienen del mismo lugar. —Su mirada se fija en mí.

—Ellas eran damas de compañía cuando eran adolescentes. Les quitaron la matriz para no tener que lidiar con embarazos no deseados. Pero Martin y mi padre estuvieron obligados a "Hacerse hombres". Ahí las conocieron, ahí se enamoraron y todo paso —vuelvo a explicar de manera neutral.

—Un cumpleaños esconde muchas cosas atrás, no es sólo una fecha. Es una historia profunda que debemos lidiar todos. —La mirada de Rodrigo sigue sobre Mia—. Es una historia compleja, muy compleja.

—Tristemente lo es, pero estoy bien así —sonrió.

(...)

Damián.

El celular no paraba de replicar sobre la mesita de noche, ese sonido ya estaba haciendo que me doliera la cabeza y parecía que entre más tiempo lo dejara sonar el volumen aumentaba al máximo.

—Deberías atender —dice Lynette aun con la cabeza sobre mi pecho.

—Son las cuatro de la mañana, no tienen porqué estar molestando —le contestó somnoliento.

—Tiene que ser importante, si no, no llamarían. —Besa mi pecho.

Casi a regañadientes me levanto de la cama cubriendo la desnudez de Lynette. Me acomodo sentado en la cama y tomo el celular. Ni siquiera miré el número o el nombre que tenía registrado, sólo conteste.

Moretti © #1 Enemigos #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora