𝑳 𝑳𝒂𝒘𝒍𝒊𝒆𝒕

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Entras a su habitación en el gran edificio.
Lo ves, frente a un pequeño televisor, todas las luces apagadas y con un helado en la mano.

-¿Que te hace venir a esta hora?- Pausa lo que estaba viendo y voltea a mirarte.

-¿Es acaso tan malo que venga a visitar a mi novio en la tarde?- Caminas hacia el, con una sonrisa que enternece a cualquiera.

-¿Ya es de día?- parecía sorprendido.

-Efectivamente-

-Disculpame Dulzura, no sabía que era de día- Se levanto, dejo su helado en un pequeño vaso y te abrazó.

-¿Estoy molestando?- Sabías que tenía un trabajo importante y no querías molestar.

-Claro que no mi dulzura, es más, necesitaba verte- El sonrió.

-Ahora, ¿Puedo tener mi beso de bienvenida?- Preguntaste.

-Eres una niña consentida ¿Lo sabes?-

Era considerablemente más alto que tu, pero aún así se puso a tu altura y te beso, amabas todo de el, pero en especial sus besos y abrazos, eran realmente únicos.

-¿Tengo sabor a helado de frutilla?- Cuestionó.

-No se, creo que tienes que volver a besarme para averiguar eso- Dijiste.

-¡Oye! ¡Eso es jugar sucio!-

Cuando no era L, era un nene chiquito.

-No es hacer trampa, solo es una propuesta- Lo corregiste.

-Es lo mismo-

Solo pudieron reír ante sus propias palabras.

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«𝘖𝘯𝘦-𝘚𝘩𝘰𝘵'𝘴 & 𝘏𝘦𝘢𝘥𝘤𝘢𝘯𝘰𝘯𝘴 [𝘈𝘯𝘪𝘮𝘦]»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora