Salí de la habitación buscando a Gaara, revise por todos lados pero no había ni rastro de el, estaba atardeciendo y el lugar de la reunión era en un punto alejado, debía encaminarme lo más rápido posible.
-Temarii―Grité cuando vi su cabellera rubia―¿Dónde está Gaara?
-Es el rey, no te dirijas a el tan irrespetuosamente―Dijo ella con una cara seria, parecía molesta―Y no tengo idea donde está, ¿Crees que el me cuenta todo lo que hace? Tu deberías saberlo, al parecer confía mas en ti.
Al acabar de hablar se dio la vuelta y continuo con su camino, ella normalmente no es así, pero no tenía tiempo para tomarle importancia, revise por cada habitación del castillo pero no lo encontré, así que decidí encaminarme a la reunión, ya le contaría cuando regresara.
Caminé apresurada por los pasillos del palacio, los trabajadores me miraban de una forma extraña, seguro ya habían inventado algunos rumores sobre el incidente en el jardín. Cuando llegué a las puertas los guardias me detuvieron
-No tienes permitido salir―Dijo uno de ellos con voz amenazante-.
-Vamos, somos compañeros, sabes que no voy a hacer nada―No dijeron nada mas y se limitaron a bloquear el paso, parecía que el tiempo entrenando juntos no hizo que fueran más blandos conmigo-.
Pensaba en alguna otra forma de salir, desde que el anterior rey murió la seguridad había aumentado, no podría escapar y los guardias no me dejarían ir por mucho que les explicara, mis opciones se acababan, y solo se me ocurría que podría luchar con los guardias e irme, pero antes de que pudiera hacer una tontería Gaara apareció detrás mio, le hizo un gesto a los guardias para que abrieran las puertas, entendiendo por completo la situación.
-¿Para qué querías salir?―No dimos ni dos pasos fuera y el comenzó a interrogarme―¿Querías escapar?.
-Nonono, claro que no―Moví mis manos a la vez que negaba―Tengo que ir a un lugar, y no te encontraba para avisarte―Le entregué la carta que había leído antes, si el había confiado en mi, quería demostrarle que yo también era de confiar-.
-¿Donde empuñaste una espada por primera vez? ¿No crees que sea una trampa?
-No lo creo, reconozco la letra de la carta, por eso voy, antes de que se haga mas tarde―El sol bajaba a cada segundo, si no llegaba a tiempo quizá mi oportunidad de verlo se perdería―Estaba pensando en ir a caballo, ¿Puedo usar alguno del establo?
-Mmm―Lo pensó un poco y luego me sonrió―Claro, sígueme, Shu es el mejor caballo, llegara a donde sea mas rápido que ninguno―Cuando llegamos a los aposentos de los caballos, el tomó de las riendas a uno especialmente grande, con un pelaje del mismo color que la arena, suave y brillante, luciendo una melena que tenía toques azules-.
-Es muy lindo―El caballo relinchó y Gaara me ayudó a subirme en el―Gracias, enserió, por todo.
-No hay de que―Mostró una ligera sonrisa y me acompañó hasta la salida del palacio―Bueno, haste un poco para adelante.
-¿Mi posición está mal?―Hacía mucho no montaba a caballo, así que le hice caso, pero quedé confusa cuando el subió y se sentó en el espacio que acababa de dejar-.
-¿Sabes cabalgar?ㅡAsentí y puse mis manos en las riendas mientras el colocaba las suyas en mi cintura-.
-No creo que deba ir, majestad, es el reyㅡMe miró confuso y negó-.
-¿Desde cuando tanta formalidad? A demás dije que no me separaría de ti, los demás aun sospechan, es necesario que vaya.
Con una sonrisa tire de las riendas y Shu comenzó a cabalgar, tardamos poco más de una hora en comenzar a avistar una zona boscosa, indicando que salíamos del clima casi desértico del reino de la Arena.
Al llegar al bosque atamos al caballo a un arbol y nos adentramos al lugar que recordaba, justo al lado de un gran y robusto arbol, parecía ser el más grande y viejo de todos.
El viento iba y venía con ecos de personas que alguna vez blandieron una espada contra ese enorme arbol, el cual quedó marcado de todas las formas posibles.
-Llegaste...ㅡUna sombra hablo con espada en mano, Gaara parecía ponerse en guardia, pero yo solo pude sonreír-.
-Muestrate, ¿Quién eres?ㅡHabló el pelirrojo a mi lado, poniéndose en guardia-.
La sombra se mostró con un suspiro, dejando ver a un chico de ojos tan oscuros como la noche y cabellos azabaches, con una piel pálida en la que lucía varias cicatrices, una de estas abarcaba por completo su mejilla izquierda.
-___... Sabía que estabas viva, pero volver a verte me quita un peso de encimaㅡCon pasos lentos se acercó a mi y me abrazó-.
-Sasuke...ㅡSu abrazo era cálido, era un poco más alto de lo que mi recién casi recuperada memoria lo recordaba-.
-¿El quién es?ㅡPreguntó una vez nos hubimos separado del abrazo, mirando a Gaara con la cara seria-.
-Soy un amigoㅡContestó el pelirrojo antes de que yo pudiera articular palabra, un amigo, si me hubiera tocado a mi responder, no sabría describir la relación que teníamos, porque si bien era cierto que me sentía más cercana a el, no sabía si el sentimiento era mutuo-.
-Si, un amigo del reino de la arenaㅡMiré a Gaara sonriente, sintiendo uns extraña calidez en mi pecho, los ojos de este parecieron brillar al encontrarse con los míos, quizá debido a los últimos rayos del sol, que se encontraba ya casi oculto-.
-Akatsuki atacará prontoㅡComenzó a hablar Sasuke, sacándome del trance en el que parecía metidaㅡY mi hermano está con ellos.
-Itachi...ㅡEl ambiente cambió de un momento a otroㅡEl no los ayuda porque quieraㅡDe repente mis sueños empezaron a cobrar sentido-.
Gaara, a pesar de que lucía como alguien que no entendía de que hablábamos, no nos interrumpió, parece que entendió la gravedad del asunto en cuanto el nombre Akatsuki se pronunció.
-Ahora vayamos al asunto por el que quería hablarte, parece que recientemente a Akatsuki se unió un nuevo miembro, que, al igual que mi hermano, tiene ciertos dotes sobrenaturales
-¿Sobrenaturales?ㅡPreguntó Gaara, extrañado-.
-Te daré los detalles luego, hay una explicación muy larga que tengo que darte.
-___, me alegra que estés recuperado la memoria, pero dime, ¿Qué recuerdas del día que fuiste al escondite de Akatsuki? Necesito toda la información posible.
Cerré mis ojos con fuerza, tratando de concentrarme en los fragmentos de conversación que se mantenían en mi mente, logrando que me diera una pequeña jaqueca. Recordaba haber ido a la guardia de Akatsuki, y haberlos escuchado un par de minutos, recordaba haber intentando irme y haber fracasado gracias al sujeto de la mascara.
Suspiré notablemente enojada, como odiaba a ese sujeto, por su culpa, por su culpa me habían atrapado, por su culpa habían podido amenazar a Itachi para que se metiera en eso. Después de maldecir internamente una docena de veces me aclaré la garganta y le conté a Sasuke todo lo que había escuchado en aquella reunion, notando como con cada palabra el dolor de cabeza se hacía más y más grande.
~Blakkel~