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Zahir y Nicole están tirados en el colchón mientras yo estoy con el culo apoyado en el piso, escuchando las pelotudeces por las que discuten todo el día.

—Mentira, él es un egoísta que sólo piensa en él e intenta disfrazarlo con esa mascarita de soldado pobre que estuvo setenta años en el hielo congelado. El verdadero héroe de la historia es iron man, pero vos no estás lista para esta conversación todavía—Zahir y su manera de hablar me hace recordar a mi hermano. Siempre exagera con sus gestos y mueve mucho sus manos al explicar sus puntos. Tampoco acepta que le discutan nada, él dice que es A y es A.

—Tony es el egoísta y por eso Pepper lo dejó varias veces. Piensa en él y en su traje nada más y el final de end game no hace la diferencia porque en todas las pelis sólo le chupa el culo a los del gobierno para que no le saquen sus maquinitas. Y no me lo vas a negar. Steve se merecía estar con Peggy y tener su final feliz después de toda la mierda injusta por la que tuvo que pasar—Nicole, por otra parte, le gusta discutir pero se pone muy nerviosa y termina diciendo muchas cosas sin sentido. También se le nota que cuando no puede explicar su punto le entran ganas de llorar. En esto me recuerda a mi sobrina, cuando no la entienden enseguida se pone caprichosa porque no sabe de que otro modo explicarse.

—Claro mientras Tony se sacrificó por el bien de todos él sólo se fue a tener ese estúpido baile y esa falsa y estúpida historia de amor con la estúpida Peggy. Pepper se quedó sola con Morgan y perdió al amor de su vida. El mundo perdió a iron man. Spiderman perdió a iron man. Yo perdí a iron man.

—Zahir la re vivis amigo—le freno el carro—. No sé que tanto drama por capitan américa o iron man, todos saben que en realidad la mejor de todos es viuda negra. Mujer hermosa de mi vida te doy mi alma te entrego todo lo que soy y lo que tengo con tal de que tengas tu final feliz y digno amor de mis sueños.

—Y después el que la vive soy yo—dice Zahir. Y Nicole está de acuerdo. Bueno, ahora ambos están en mi contra.

Pero logro mi cometido, que los dos estén en paz y terminen de discutir tan pasionalmente.

—¿Éste es Lautaro?—pregunta Nicole viendo el portaretrato de mi foto abrazando a Lautaro en la cancha de racing. Asiento.

—Si. Ahí recién estaba debutando su primer partido en racing y estaba muy feliz.

—¿Cómo se conocieron?—Zahir se acuesta en el colchón y pone sus brazos detrás de su cabeza, listo para el chisme.

—Nuestros papás son amigos. Nos conocimos a los trece y hablamos por primera vez cuando me pegó un chicle en la cabeza para llamar mi atención porque yo le gustaba. Estaba en el patio de su casa y me puse a perseguirlo por todo el lugar para tirarlo a la pileta mientras él se me cagaba de risa. Cuando finalmente lo atrapé después de tanto tiempo había olvidado el por qué lo estaba persiguiendo. Asique solo me acosté al lado suyo en el piso e intenté recuperar la respiración. Lautaro y yo nunca habíamos hablado a pesar de habernos visto tantas veces porque nuestros papás se reunían muy seguido en su casa. Años más tarde me explicó que yo le gustaba pero no sabía como empezar a hablarme. Todo esto me lo confesó cuando ya todo ese amor que me tenía se convirtió en polvo y en pasado.

—¿Te pegó un chicle en el pelo y se hicieron mejores amigos?—dice indignado Zahir. Yo me río por su expresión.

—Fue súper romántico—opina Nicole. Yo niego también riendo.

—Éramos pendejos nada más.

—¿Y ahora ya no le gustas?

—No Nicole, ya no. Sólo le gusté porque no me conocía. Cuando le hablé por primera vez supo que yo no estaba hecha para ser su novia, sino su mejor amiga. Somos unidos desde entonces.

Lautaro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora